Capítulo 19

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Confía en mí

Narra Liz

—Buenos días, señor, —dije al presentarme en la oficina de mi nuevo jefe, cuya puerta estaba abierta, siendo una agente en entrenamiento del FBI—, soy la agente...

—Elizabeth Miller, ya lo sé. –Terminó él al mismo tiempo que se levantaba, dejando el documento que revisaba sobre la mesa y rodeaba su escritorio para detenerse frente a mí—. Llega tarde.

Matt era más alto que yo, con menos musculatura que ahora, sin embargo, igual de imponente que en estos momentos, con esa seriedad que lo caracteriza y una chispa de burla en su mirada. Recuerdo sentirme intimidada pero traté de no demostrarlo.

—Sí, señor, lo lamento, pero solo fueron 3 minutos, y el tráfico...

—¿Sabe cuánto tiempo le toma a un traficante de droga lograr un trato? Menos de eso, pero aquí estamos, perdiendo esos valiosos tres minutos porque una novata no se levantó temprano de la cama.

—Lo lamento, agente Rogers, —recordando inmediatamente el nombre que ya había visto en la placa de la puerta de su oficina— yo...

—Ahórrese las disculpas, agente Miller, más le vale que no vuelva a ocurrir.

No me dio tiempo a responder y caminó hasta la puerta, revisando la sala, me llamó y señaló los puestos vacíos.

—¿Ves eso? Son las mesas disponibles. Escoja el que quiera, diviértase.

Con una sonrisa obligada y una palmada en la espalda, me dejó perpleja en el umbral de la puerta cuando regresó a su puesto. Volteé a verlo y me regresó la mirada con una ceja enarcada indolente. Pero cuando iba a retirarme, me llamó.

—Llévate eso de ahí, —y señaló un par de pilas de carpetas—. Son los casos abiertos de esta unidad. Tendrás tu primera tarea del día: revisa cada una, ordénalas por orden cronológico, es decir, fecha del primer reporte realizado, no último. Luego, clasifica cada expediente por delito. Y por último, las ordenas desde la más urgente a la más leve. Urgentes arriba, leves abajo. Sin perder el orden cronológico. ¿De acuerdo? Bien. A trabajar.

No me moví de mi puesto, tentada a responder como deseaba hacerlo, o patearle, lo que mejor me convenía, pero ya había trabajado en el departamento de policía, así que sabía cómo funcionaba ese sistema y la insubordinación no era, ni es tolerada. En ese momento, el agente Rogers se había convertido en una de mis personas para nada favoritas, la primera de la lista. Sabía que lo mejor era no replicar.

—¿Por qué no te estás llevando esa mierda? —Preguntó con la mirada fija en su computador.

—¿Cómo se supone que voy a hacer eso sin perder el orden cronológico? Es imposible.

—Agente Miller, soy su supervisor, no su hada madrina. Así que, no es mi jodido problema. Cierra la puerta cuando termines de llevarte esa basura.

De acuerdo, rememorando nuestro primer encuentro hace seis años, sí parece que el mandarlo a un cubículo fue una venganza. En mi defensa, Collins lo ordenó.

Dentro del auto se produce un incómodo silencio mientras conduzco hacia la casa del hermano de Alice, Angel, donde sé que ella se está quedando. Matt la llamó hace unos minutos para avisarles que iríamos y asegurarse de que ella estuviera bien.

—¿Ella está bien?

Asiente guardando el celular dentro de su traje. —Mucho más tranquila que anoche.

Operación Rescate [Operaciones Especiales #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora