𝐃𝐀𝐌𝐍 𝐘𝐎𝐔 ━ Nikki Sixx.

Capítulo 5.

ᴍᴀʟᴅɪᴛᴏ ꜱᴇᴀꜱ.

California, 1983.

—Levanta los brazos —le pedí a Vince, él lo hizo y pasé la cinta de medida de un extremo a otro, por ambos brazos.

—¿Tienes que medirme el pantalón o el paquete? —preguntó divertido. Escuché a Tommy soltar una carcajada y a Nikki también, Mick rodó los ojos.

—No creo que exista una cinta de medida tan pequeña —dije bromeando.

—¡Oh! —exclamaron los demás y soltaron carcajadas, menos Vince.

—¡Oye! —el rubio me miró enojado. Me encogí de hombros.

—¿Todo listo? —preguntó Doc apareciendo de la nada junto con Zutaut.

—Ya casi.

—Nos vemos más tarde, ¿sí? —habló mi novio acercándose a mí para besar mi mejilla.

—Oye y hablas de nosotros, Doc —habló Vince soltando un bufido.

—Él es su novio —dijo mi jefe aclarando la situación.

—Ahhhhh —dijeron Vince y Tommy al mismo tiempo. Yo los miré confundida.

—¿Qué?

—Nada importante —contestó Mick.

—Robin, tienes una visita —dijo mi jefe.

—¿En serio? —cuestionó Tom.

—Sí, ya regreso —habló Doc desapareciendo entre bambalinas.

—¿Quién puede ser tu visita? —me preguntó Zutaut acercándose a mí.

Le pedí a Vince que volteara, mientras medía el largo y el ancho de sus piernas.

—Tom, ahora no —le pedí tirando de la cinta para poder medir mejor.

—¿Estás celoso? —preguntó Vince con gracia. Tom lo miró serio.

—Esos son asuntos personales.

—Así es, asuntos personales que no debemos estar hablando al frente de los Crüe —le dije recordándole que ellos estaban ahí.

—Está bien —se encogió de hombros.

—No nos molesta, al contrario, nos gustan los chismes —habló Tommy mientras encendía un cigarrillo.

—Cállate, Tommy —le dijo Mick.

Le dije a Vince que había terminado y fui a la caja en la que tenía todos mis materiales y empecé a enrollar la cinta para después guardarla.

—Hola viejo —Vince lo saludó.

—Hey, qué bueno verte —habló el baterista—. En una hora tenemos un concierto, pero puedes esperarnos y podemos salir a tomar algo.

—Como siempre lo hacemos —dijo Vince.

—Eso suena genial, Crüe —escuché la voz de esa persona y se me hizo familiar—. Pero esta vez, no he venido a verlos a ustedes.

—¿Qué? —cuestionó Nikki confundido.

—¡Altman! —exclamó sacándome de mis pensamientos y busqué a la persona que me había llamado.