=ᴄᴏᴍᴘʟɪᴄᴀᴛɪᴏɴs= [𝕊𝕥𝕖𝕧𝕖 ℍ𝕒𝕣𝕣𝕚𝕟𝕘𝕥𝕠𝕟]

23

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Al día siguiente se fueron muy temprano, Aine se fue en auto porque ahora sí, Dustin aceptó ir con ella. Steve se fue en su carro.

Pero Dustin había ido al techo nuevamente para ver el almacén, poco rato después regreso.

— Esa tarjeta de acceso abre la puerta, pero por desgracia, el Ruso con la tarjeta también tiene un arma enorme.— Steve, Robin y Aine estaban sentados escuchando a Dustin.— No quieren que nadie averigue lo que hay en ese lugar y en esas cajas.

— Debe de haber una forma de entrar.— Dijo Robin pensando.

— Bueno, saben... Podría eliminarlo.— Aine lo miro como si se tratara de una broma.

— Eliminar a quién?!

— Al guardía ruso.— Ni si quiera Robin se la creyó, Aine solo soltó una pequeña risa ante eso.— Qué? Me acercó sigilosamente por su espalda, lo noqueó y le quitó su tarjeta, es fácil.

— No estás hablando encerio.

— No oíste la parte del "Arma enorme"?— Le pregunto Dustin.

— Si, Dustin. Lo Hice, y por eso me acércare sigilosamente.

— Por favor, dime algo y se honesto. ¿Alguna vez has ganado... Una pelea?

— No nunca, yo lo he visto.— Dijo Aine sería.

— Okay, eso paso una vez.

— Fueron dos, una con Jonathan el año pasado.— Aine Asintió a lo que decía su hermano, pues ella estuvo ahí.

— Oye, eso no cuenta.

— Porque no contaría?

— Cierto, yo estaba ahí y te dió una paliza, Steve.— Le dijo Aine con el seño fruncido.

— Si, pero...

— Tenías el labio hinchado, un ojo morado...

— Fue un caso especial...

Aine vio a Robin distraída. La trato de leer pero está se levantó rápidamente.

— Eso podría funcionar.— Está salió rápidamente con su mochila y tomando el dinero de las propinas.

— Robin.— Steve la llamo pero no le hizo caso así que salieron a la parte de enfrente.— Oye Robin! Oye, que... Qué estas haciendo?!

— Necesito dinero. Aine ven conmigo.— Aine solo alzo los hombros y fue con ella.

— Pero la mitad de eso es mío! A donde vas? A donde te llevas a Aine?

— A encontrar un modo de entrar a ese cuarto! Un modo seguro. Mientras tanto, sirve helado, compórtate y que no te golpeen! Volveremos pronto! Vamos, Aine.

— Espera!— Corrió junto con ella.— A donde vamos?!

— Vamos por los planos de la plaza, creo que podremos entrar por los ductos.— Aine admiro a Robin, admiro por primera vez a alguien en toda su vida.— El único problema es que yo solo tengo una bici.

— Tranquila, iremos en auto.— Dijo Aine sonriendo y corriendo. Robin sin duda admiraba también a Aine.

(...)

— Miren lo que obtuvimos con $20 dólares en la oficina de registro del condado.— Robin extendió los planos de la plaza.— Starcourt, los planos completos.

— Nada mal!

— Aquí estamos nosotros, Scoops. Y aquí queremos llegar.

— Realmente no veo la forma de entrar.