Malditos recuerdos.

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Cierro mi casillero para luego ponerle seguro. Mi tiempo de "trabajo" a terminado. Son las 7 de la noche y mis piernas y espalda gritan que quieren estar en la cama.Me acomodo mi mochila en mis hombros y salgo ya lista y vestida con mi ropa habitual de los vestidores de mujeres. 

Encontrándome a Claudia y a Edson hablando muy cómodamente en la sala de descaso. Incluso llegó a notar cierto rubor en sus mejillas, paso a un lado suyo y ninguno se da cuenta de ello.

Deben de estar bien concentrados coqueteando entre si que no se dan cuenta de lo que les rodea.Ruedo los ojos y salgo de la sala. Dirigiéndome a la salida del hospital. Hoy ha sido un día de locos. Desde el accidente en caravana después siguió atender a un señor de 56 años que se había lastimado la espalda tratando de cargar a su nieta y seguido de eso un joven con un brazo roto.Estuve arriba y abajo y lo último que quiero es ver a parejitas besuqueandose o coqueteando, para hacerme recordar lo que nunca podré tener.

Hasta el jueves, Ana -me despido de Anastasia, quién está atendiendo a unos familiares de algún paciente.

Hasta el jueves, hija -me despedí de lejos. Lista me acerco al elevador, presionando el botón para activarlo y lo espero. Antes de que me de cuenta ya estoy cruzando la puerta de urgencias para dirigirme al estacionamiento donde tengo aparcado mi auto.Saco las llaves de la bolsa de afuera de mi mochila y las acomodo en mis manos. Desde la secundaria se me había vuelto un hábito el hacer eso. Quizás sea por la inseguridad que siento al caminar sola por las calles y más cuando es tarde. Aún recuerdo lo que mi hermano Aarón me había dicho cuando tenía tan solo 13 años.

Cuando estés sola en la calle siempre muéstrate enojada y camina recto. Eso intimida a los abusadores y si vas en auto o casi llegas a casa lleva las llaves en la mano para que si en cualquier momento alguien se quiera acercar a hacerte daño tu te defiendas con ellas o con lo primero que encuentres

Un consejo muy fuerte pero verdadero y completamente necesario. En las últimas semanas han aumentado los casos de feminicidios en la ciudad y la mayoría de ellos son hacia mujeres que no conocen y solo por ser del sexo opuesto quieren lastimarlas.

Camino a zancadas largas, bajando por las escaleras que dan hacia el estacionamiento subterráneo. Justo cuando estoy por llegar a mi auto noto por el rabillo de mi ojo que alguien me sigue.

¿Que pasa? ¿En serio me está pasando a mí?

Me detengo en seco, actuando que estoy buscando algo en mi mochila mientras que de reojo observo sobre mi hombre si alguien me sigue. Un chico algo mayor que yo viene a mi dirección, está enfocado en su teléfono y justo antes llegar a mí da vuelta a la izquierda y sube a un auto color azul.

Respiro aliviada, cerrando la bolsa que había abierto antes de mi mochila y acomodandola de nuevo en mis hombros.

Camino más tranquila a mi auto, dejando de sentir esa extraña sensación de peligro en mis venas. Justo cuando estoy por llegar, noto a alguien apoyado en la parte delantera de mi auto. Usa una playera polo color blanca y pantalones de mezclilla oscuros. Su cabello rubio despeinado y bíceps bien entrenados le da un toque de chico malo a pesar de usar una ropa informal. Tiene una mano dentro de sus pantalones y con la otra usa su teléfono para escribir en este algo.

— ¿Qué haces aquí? -pregunto al verlo tan tranquilo apoyado en mi auto. Todo el día mantuve mi mente ocupada para no pensar en lo que ocurrió ayer en la noche, aún las imágenes siguen vivas en mi cabeza y aunque verlo me provoca cierto nerviosismo siempre he tenido el don de no demostrar lo que siento.

Shawn levanta la mirada de su teléfono, guardandolo en su pantalón dejando de apoyarse en mi carro para sonreírme. Esa maldita sonrisa, la típica que usa para obtener todo lo que quiere y sobre todo la que usa para conquistar a quien quiera. Se acerca a mí, ocultando sus manos en sus bolsillos para dar un toque de ternura.

No te enamores. Solo tu puedes romper mi corazón. [Secuela de DNAC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora