Gran error

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— ¿Qué haces aquí? -pregunte sin pensar. Julieta dejo de lavarse las manos y me miró por el reflejo del espejo.

— ¿Perdón? -pregunto como si no supiera de que hablaba.

— Hay, Por Dios. ¿Ahora te haces la tonta? -pregunte molesta. Ella se giro finalmente para mirarme. Parecía curiosa y nerviosa al verme. Era como si tratara de recordarme, cosa que me hacía cabrear mucho. ¿Es que ahora no recuerda todo lo que le hizo a mi hermano? ¿El daño que le causó?

Bueno, el corazón roto tu se lo provocaste...

Ignore los comentarios de mi conciencia, odiaba que está me hiciera sentir mal conmigo misma, suficiente tenía con los recuerdos de aquel día como para soportar escucharla decir lo mala persona que era. Sabía que era mala, pero era así a causa de varios factores.

— Ehmm... creo que te confundiste de persona -dijo con timidez, sonriendo incómodamente y lista para irse.

Ah no chica, tú no te vas de aquí.

Ella paso por mi lado, lista para salir huyendo de aquí con su teléfono en mano.Parecia como si le enviaba un mensaje a alguien.

No será a Ronald, ¿O si?

Por instinto la detuve del brazo con fuerza, logrando detenerla. La sorpresa no tardó en aparecer en su rostro, lucía miedosa e incómoda.

— ¿Porqué apareciste otra vez? Suficiente daño le hiciste a mi hermano cómo para que ahora aparezcas - solté sin pensar en que hacia. Ella intento quitarse mi mano de encima, pero por la fuerza en como la tomaba le costaba un poco.

—  Yo no se de qué me estás hablando -dice entre dientes. Parecía cada vez más ansiosa.

Esta mintiendo...

O la estás haciendo sentir incómoda y en peligro

Volví a ignorar a la conciencia y me enfoque en mi rencor hacia ella.

— ¿No lo sabes? ¿o no lo quieres decir? -añadi— Julieta, se muchas cosas de ti y no te gustaría que mi hermano se entere de lo que pasó el verano de hace tres años

Y con esas simples palabras ella se puso pálida. Parecía como si al fin recordara algo, algo muy importante, sentí como su cuerpo comenzaba a temblar, un temblor extraño y que comenzó a preocuparme.

Julieta miro mi rostro con miedo, su ojos parecían apagados. Se veía mal, se veía en un tipo de transe, la solté al notarla así.

— Julieta -la llame, pero ella parecía perdida en algo, bajo la mirada a sus pies por un segundo para volver a verme.Sus ojos estaban llenos de lágrimas las cuales no tardarían en caer al suelo.

— ¿Julieta? oye, no estoy para bromas ¿estás bien? -pregunte algo preocupada. Sentía como si hubiera cometido un error, un gran error, fue entonces que ella cerró los ojos y cayó al suelo.

Asustada me puse a su lado, tomándola del rostro para darle palmaditas en las mejillas y que despertara.

— Julieta -la llame mientras la movía para que pudiera despertar, pero no lo hacía. Su piel se notaba pálida y apagada. — Carajo, Julieta, despierta

Busque con mis dedos la vena arterial que hay en su cuello. Suspire algo tranquila al saber que tenía aún signos vitales, pero sus palpitaciones era muy rápidas para alguien inconsciente.

— Mierda -maldije. Estaba teniendo una taquicardia fuerte.
Me sentí nerviosa por primera vez en mi vida. Estaba estudiando para ser doctora, pero ahora el ver a una persona inconsciente delante de mí me dejaba helada.

No te enamores. Solo tu puedes romper mi corazón. [Secuela de DNAC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora