Perdoname, hermano

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— Valentina está aquí -dijo en voz baja y llámenme loca, pero podía interpretar en su mirada el cómo le costaba pronunciar el nombre de su amiga.

Me quedé en silencio, observándola y esperando a que ella hablara o emitiera un sonido, pero no fue así.

Fue entonces que mi cerebro finalmente funcionó. Valentina estaba aquí, en el departamento de Ronald y no solo eso, parecía como que estaba a punto de matar a mi hermano a gritos. De pronto sentí como aquella irá, aquella emoción negativa me invadía el cuerpo y sin dudarlo grité.

— ¡¿Que hacer esa zorra aquí?! -chillo para después quejarme. Al parecer el ruido de mi voz me esta afectando demasiado, jodida cruda.

— Alice -me llama en advertencia.

— ¿Qué? ¿Ahora la vas a defender? ¿Donde quedó esa Julieta fucking bitch de hace rato? -digo lo último de manera exagerada. ¿Por qué la defendía? si ella sabia que su amiga se había comportado de una forma demasiado extraña desde que supo toda la verdad. Incluso ella sospechaba algo de su amiga y solo por un instante, por un momento, me sentí tentada en decirle todo, pero no lo hice debido a que no quería que le afectará.

— En el café de artes, ahí se quedó ella y en donde tú estabas haciendo el ridículo -menciono señalándome con un dedo. La duda no tardó en aparecer en mi rostro para después ponerme pálida.

— ¿Cuánto tomé? -preguntó en un sollozo.

— Lo suficiente como para hablar con plantas -añado mientras se cruzaba de brazos. Me relaje un poco y deje caer mis manos a la parte trasera de mi espalda para apoyarme en el colchón de la cama.

— Bueno, no fue para tanto -bufo.

— Y sin añadir el hecho que bailaste en medio de la calle al ritmo de la Macarena y que insultante a tu hermano por llamada, y ¡ah! -trono los dedos— Cantaste la canción de Gosth y señorita de Camila cabello en el coche de tu hermano, eso sin decir el que me estabas... -comenzó a contar mientras se señalaba el pecho, mientras que yo comenzaba a ponerme roja de vergüenza.

— Ok,ok,ok, ya entendí -la interrumpí con rapidez.— Bueno, puede que haya tomado un poquito -hice un gesto con mis dedos como si estuviera explicando la cantidad de bebida que bebí.

— Ajam, como sea -dijo, dejando caer sus brazos a sus costados comenzando a mirarme con seriedad.

— Bueno, ahora que estoy en mis sentidos voy a sacar a esa garrapata de mi casa -añadí mientras comenzaba a salir de la habitación.

Julieta no tardó en seguirme el paso mientras comenzaba a caminar con rapidez hacia las escaleras.

Baje cada escalón con rapidez y en cuanto estuve en la planta baja mi atención no tardó en centrarse en Ronald y Valeria.

— ¿Qué carajos haces aquí? -solte casi a gritos al verlos juntos discutiendo.

Vale se puso tensa por unos segundos al verme bajar y con Julieta detrás de mi provocó que su rostro se pusiera rojo.

Ella se alejó unos cuantos pasos de donde estaba y su expresión de enfado cambio a una de preocupación al ver a su amiga de pies a cabeza.

— July -la llamó mientras se acercaba a ella.

— ¡Oh, no! chica -la alejo con brusquedad en cuanto está por llegar con Julieta. Valentina me observa desconcertada para después demostrar a través de sus ojos el odio y rencor hacia mi.

— ¿Que quieres? o más bien ¿Que haces en mi casa? -reto a la rubia. Si, creo que exagere en decir que está casa es mía, pero bueno, me gusta el drama.

No te enamores. Solo tu puedes romper mi corazón. [Secuela de DNAC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora