Capitulo 16

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CAP 16

Natasha entró en el auto de Michel, se sentó en el asiento del copiloto y sonrió, ante un Michel serio.
—¡Buenas!—le dijo Michel mirándola de arriba a bajo.
— Hola Michel Brown... Pensé que vendrías con la motocicleta esta vez.
—Estando embarazada, no lo creí oportuno.
—¡Ay qué bobada! ¿No puedo viajar en motocicleta si estoy embarazada? ¿Qué tal el miedoso?
—Sé que te gusta ir conmigo en la moto, pero no vamos a discutir más.—sonrió Michel.
Michel conducía el auto, y se alejaron del barrio de Natasha, en silencio.
—¿Nos dirán ya si es niño o niña seguro?—preguntó Michel, serio.
—Aún es muy pronto Michel.—le respondió.— Oye, yo quiero que sea un niño pero creo que tendré otra niña, ¿y tú, qué te gustaría más?
—Yo quiero que sea niña—dijo Michel sin despegar la mirada de la carretera.
—¡Ay, no soporto que estés tan distante conmigo hijueputa!—dijo Natasha, incómoda.
—¡Estoy distante porque no voy a permitir que me apartes como pretendes hacer!
—Para NADA, pretendí apartarte. Quiero que seas su papá... ¡Pero estoy en una situación muy complicada, entiéndelo!
—Lo entiendo, pero ¡yo soy el papá y no veo que tengas intención de decírselo a tu futuro esposo!
—AH NO. ¡!¿Y cuando se lo vas a decir tú a Girasol?!! ¿¡SOLO YO tengo que informar?!
Michel paró el auto.
—¡YA LO HICE! ¡Pero mucho antes del embarazo! Al día siguiente de estar juntos... La dejé.
—¿Hablas en serio?—Natasha quedó muda.
—Obvio... Me la iba a jugar con todo... No se lo dije a nadie, ni siquiera a Gato. Pero si no lo hacía, estaba siendo un hipócrita... lo que estás siendo tú.
—Shirk me perdonó, yo quería seguir con él.
—Divino, ahora tienes que añadirle el extra, que nos embarazamos en Miami.
Michel arrancó el auto y pasaron todo el trayecto en silencio.

En la clínica...

Natasha estaba recostada en la camilla.
Le pusieron gel transparente en la panza, para iniciar la ecografía y todas las pruebas.
—Bueno, Natasha, Michel... Lo primero que vamos a hacer, antes de ver nada, es escuchar los latidos del corazón. ¿Están listos?
Ambos asintieron. A los segundos se escuchaban latidos muy rápidos.
Natasha se puso las manos en la boca.
—Dios mío mi bebé...—dijo emocionada.
Michel, contenido, le agarró la mano.
—Uy, escucho...—dijo el doctor.
—¿Qué sucede?—preguntaron Natasha y Michel al unísono.
—Escuché más de un latido... Un momento.
El doctor entonces, inició la ecografía ante unos expectantes Michel y Natasha, agarrados de la mano, mirando la pantalla de enfrente.
—Ajá. Así es... Está embarazada de mellizos. Mire.—el doctor les señaló a sus dos futuros hijos.

—el doctor les señaló a sus dos futuros hijos

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Michel y Natasha abrieron la boca.
—Pero no, cómo que... ¡¿Qué es esta bendición?!—Natasha empezó a llorar.
Michel abrazó a Natasha, emocionado y nervioso.
—No me lo puedo creer—le dijo Michel agarrándole la cara. Michel se acercó, y le quitó las lágrimas con las dedos, para finalizar dándole un besito en la nariz— Todo irá bien. ¿Ok? No importa si son dos, tres, o 20. Estamos acá, los amaremos y todo irá bien.
Natasha asintió.
— ¡Mellizos, qué bendición! Pero doctor...—Natasha no podía parar de llorar. —¿No será un embarazo de riesgo, a mi edad, doctor? Estoy asustada de repente.
—Para nada, usted interiormente tiene el organismo como el de una mujer de 20. Ningún riesgo en este caso, quédese tranquila y felicitaciones.
—¿Cuando podremos saber el sexo de ellos?—Michel miraba la pantalla nervioso.
—En casi...dos meses—contestó el doctor.
—Ah no, me moriré de los nervios.—dijo Michel.
Natasha no podía parar de llorar.

En la cafetería de la clínica...

—Mañana se lo voy a decir a Shirk. Estoy muy feliz, pero muy asustada por todo lo que viene...
—¿Lo que viene? Nos vienen dos hijos, en el mejor momento sentimental y económicamente hablando. Van a ser los más consentidos. —Michel se agachó y sin importarle nada, le dio un beso fuerte a la panza de Natasha.
—Venga para acá.—le agarró de la cabeza y le besó.—Necesitaba hacerlo, extrañaba tu boca, mi amor.
—Pará, tenemos que pensar en los nombres... —le ignoró un entusiasmado Michel.— A mi me cantaría ponerle Coraline si es niña. O Sara.
Natasha sonrió.
—Si es niño Misael. Y si es niño-niña Misael y Alejandra.
—¿Me estás cargando? Misael no.
—Deberemos ponernos de acuerdo, señor.
Natasha no sintió, durante todas las horas con Michel, ni media náusea, de parte de sus futuros bebés.
Sonrió, pensando en cómo le diría a Shirk sobre esta situación y, en como iban a decidir dos nombres, ella y Michel.

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