Capítulo 20

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CAP 20

Natasha estaba tomando el sol en el jardín. Paloma jugaba en la piscina con Michel.
Definitivamente se mudó con sus hijas, a casa de Michel. La casa de Michel era mucho más grande que el departamento de Natasha, así que decidieron que era lo mejor para todos.
   Días atrás, pintaron juntos la que sería la habitación de sus mellis, de un tono beige. Color que costó mucho decidir entre los dos, pero por fin, ya tenían todo listo.

 Color que costó mucho decidir entre los dos, pero por fin, ya tenían todo listo

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Natasha estaba teniendo un embarazo muy tranquilo. Nunca más tuvo náuseas. En pocos meses, llegarían los dos nuevos integrantes.

En la cocina, horas después...

—Amor... siento que debo decirte algo.
—A ver—contestó Michel terminando de comer una banana.
— Estoy muy feliz desde que vivo aquí contigo.—le dijo Natasha sonriente.
—Y esa era la idea, mi amor.—sonrió Michel alejándose.
—Gracias por todo... ¡Venga para acá y deme mimos!
Michel río y se acercó abrazándola, dándole besitos en el cuello. Se miraron a los ojos, y Natasha lo besó suave en los labios.
Michel bajó su cabeza en dirección a la pancita de Natasha, para besarla dos veces.
—Uno para Alex, y otro para Victor.
—Misael—le corrigió Natasha.
—Oiga... por cierto.—se levantó— No me olvido de la conversación a medias... sobre definir nuestra relación, "amiga".
—Amigo mío.—le dio un besito— Me dijo Paloma que la vas a llevar con la moto.
—Cómo le gusta cambiar de tema... —se separó— Así es, en 10 min la llevo a casa de una amiguita.
—Sí, ya me dijo... divino, eres divino.—Natasha lo tiró hacia ella y lo abrazó.
—Soy divino—le besó el cuello— Quiero definir ya esto, ¿ok?
—Ay... Bueno, esta noche hablamos.
—Justo esta noche... ¿Por qué no ahora? No tardaremos mucho.—seguía besándole el cuello a Natasha.
—Sí señor.... esta noche...—se le dificultaba el habla, con los besos de Michel en el cuello— ¿Por qué no? Oiga, este pesado...
—¿Pesado?—frenó los besos— Ah bueno, yo lo decía porque esta noche estaremos... SOLOS, solitos.—le miró a los ojos con media sonrisa.
—Aaaajá, entonces lo hablaremos cuando regreses de llevar a Paloma, listo —rió Natasha dándole besitos en la cara a Michel.
—Entonces... esta noche mejor vemos Pasión de Gavilanes 1, que hay una parejita que me gusta mucho.—vaciló Michel.
—Ah ya ¿Norma y Albin?
—Mich, ¿nos vamos?—preguntó Paloma sonriente, entrando en la cocina con la mochila.
—¡Sí, vamos preciosa!—Michel se separó de Natasha, dándole un besito en la nariz. Se puso la chaqueta y agarró las llaves de la motocicleta— Chau, mi amor.
—Bye ma.—le dijo Paloma.
—Hermosos, bye.—contestó Natasha.

Natasha estaba sola en la casa. Miraba la habitación de sus futuros hijos. Se sentía satisfecha e imaginaba cómo sería la habitación, con sus hijos en las cunas, con ella y Michel dándoles amor.
Pero sonó el timbre, interrumpiendo sus pensamientos con los mellizos.
Caminó hacia la puerta.
—¿Quién es?—preguntó por el interfono.
—Traigo un paquete para Misael.
Natasha agarró sus llaves y abrió la puerta.
—Hola mi amor.—dijo Shirk.
Natasha abrió la boca y quiso cerrar la puerta pero este se adelantó y puso el pie para que no pudiera cerrar.
—¡Lárgate! ¿¡Qué estás haciendo acá?! ¡Lárgate!
—¡Necesito dinero, Natasha! Me quedé sin biyuyo...
—Ah, con esto se confirma de nuevo que sólo buscabas mi dinero...
—Sí, pero dame plata.
—¿Pero tú te volviste loco? ¡Lárgate o llamo a la policía!
—Por todo lo que vivimos... Necesito dinero, Natasha, no tengo un peso.
—Por tu dichosa adición al juego y las apuestas. Yo si gustas te pago ENCANTADA una terapeuta para que te saque de ese pozo en el que estás. ¿Pero dinero? Olvídate.—Natasha le dio un empujón fuerte y cerró la puerta.
—¡Los psicólogos son lo peor! ¡Necesito dinero, Natasha!—le dijo a través de la puerta.
—¡Eso me hiciste creer tú con tus medias verdades sobre tu anterior relación! ¡Pero mi terapeuta me sacó de tu lado, imagínate si funciona!—le gritó y se alejó de la puerta.
—¡Natasha!—gritaba.
—¡Lárgate porque ya estoy marcando a la policía!.—dijo con el celular en la mano.
—Ayúdame, dame algo por favor.
—¡¿Qué carajos haces tú aquí?!—escuchó Natasha la voz de Michel.
—Pinta, me quitaste todo hermano, yo vivía de esta mujer... ¡Estoy pelado! ¡Necesito dinero!
Michel agarró por los brazos a Shirk y atravesó el jardín hasta llegar a la puerta de la finca, mientras este se quejaba.
Natasha salió para verlo todo.
Michel lo soltó en la puerta de acceso.
—¿Cuánto necesitas?—le preguntó Michel.
—$10.000.000 como poco por favor, hermano.
—Qué hermano, ni qué ocho cuartos. Te doy $50.000 y lo aprovechas, porque no vas a volver por acá. ¿Entendiste?—le entregó billetes— Pienso dar aviso a la policía de esto que acaba de ocurrir.
—¡Pinta de mierda!—lo empujó Shirk.
Michel agarró a Shirk y lo lanzó al suelo.
—No vuelvas por acá, ogro.—cerró la puerta Michel.

Horas más tarde...

—Primero Girasol y ahora Shirk, ¿Qué les pasa? ¿Con quién estuvimos todo este tiempo?—preguntó Michel atónito, abrazando a Natasha.
—A Girasol la comprendo, mi amor, y sé que tú también....—Michel asintió— Pero parece que somos Sarita y Franco, de repente—suspiró Natasha.
—Bueno, y ahora que estamos solos... Te propongo hablar sobre...
—¿Quieres ser mi novio?—le interrumpió Natasha.
Michel, sorprendido empezó a reír junto a Natasha.
—Ah, usted señor, quería definir esto... Pues nada, ¿Quiere o no?
—Mmmm... en unos días le contesto.—se alejó Michel sonriendo.
—Venga para acá ¿Qué tal este? Respóndame ya.
Michel se acercó rápidamente a Natasha y la besó.
—Sí, amiga, seré tu novio...
Ambos se reían sin parar.
—Novio. Me suena muy adolescente...¿Qué?
Y entre risas, Natasha sintió por fin, que tenía una relación en la que ambos daban por igual, había confianza, comunicación, mucho amor y libertad. Una combinación sana, que jamás creyó posible.
— Te amo.—le dijo Natasha besándole.
— Te amo... Os amo.—le respondió Michel acariciándole la pancita.

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