Tres horas más tarde.
—sonó el despertador exactamente a las cinco, por lo que me levante levemente adormilada, me estire, lo apague y me fui a duchar para poder quitarme ese sueño que cargaba así tal como la pegajosidad del cuerpo de la noche anterior, pero al entrar al baño y abrir la llave del agua esta se encontraba tan fría que logre dar un grito tan fuerte que desperté a Harold de golpe, viéndolo entrar en el baño.
—¿¡Amor estás bien!? —dice alarmado mientras la miraba, mientras que su rostro se veía un poco cansado.
—Lo siento amor, sí estoy bien, lamento despertarte así —solté una leve risa nerviosa mientras lo miraba algo apenada.
—Me asusté por ese grito... ¿Por qué fue? —suspira un poco tocando su cabello levemente mientras bostezaba.
—Todo fue culpa del agua que estaba fría y me sorprendió, pero todo está bien —sonreí para acercarme a mi contrario, dejándole un corto beso en sus labios como todas las mañanas— hazme el favor de ir bajando las maletas a la sala mientras me termino de duchar y así puedas entrar tú, ¿te parece?
—Me parece bien amor —sonríe mientras le vuelve a depositar otro beso en sus labios para salir a realizar lo que le habían ordenado.
—me duché colocando el calentador de agua para así salir y vestirme con un jean largo roto, una camisa algo holgada para mayor comodidad, mis zapatillas negras, para culminar con una cola de caballo en mi cabello; al estar lista salí inmediatamente a la habitación de mi hija encontrándome con que su padre la tenía en brazos— qué hermosos mis dos amores.
—Qué bueno que llegaras amor, creo que alguien despertó con hambre —suelta una pequeña risa mientras ve que Cloe le andaba buscando el pecho con sus ojitos a medio cerrar.
—lo miré para reír un poco y cargar a la pequeña sacando inmediatamente mi pecho para poder dárselo— amor, ves a ducharte, ya hablé con Guadalupe y me dijo que Jennie y Kevin la iban a recoger y se pasarían directo al aeropuerto.
—Entendido amor, no te demores tanto con Cloe, que apenas salga de la ducha pido el taxi —sonríe para antes de salir, le termina por plasmar una fuerte azotada en el glúteo derecho de su contraria, lo cual hizo que está de un pequeño saltito de sorpresa.
—¡Oye! —lo miré sorprendida mientras sobaba mi glúteo dolido por su gran y pesada mano.
—Yo no fui, fue mi mano —suelta una pequeña risa para salir de la habitación de la menor para ir a la suya ingresando al baño.
—negué un poco para ver como mi niña soltaba mi pecho a lo que la empecé a bañar con pañitos húmedos, porque si la bañaba con agua a esas horas se me podría resfriar. Al acabar le coloqué un vestido floreal para tomar su bolso y bajar a la sala donde se encontraba todo.
—Harold baja a los minutos con un jean ajustado y un polo holgado, sus botines nike y con el cabello todo despeinado, pero con estilo, para así empezar a tomar las maletas, puesto que a los segundos se escuchó como el taxi sonaba la bocina en forma de avisar sobre su presencia.
—Hora de irnos de paseo mi pequeña —sonreí levantándome del sillón cargándola mientras el chofer y mi esposo subían las maletas, para después los tres subir en la parte de atrás, emprendiendo rumbo al aeropuerto.
—Amor, ¿crees que tu madre aún me odie o esté enojada conmigo? —suelta una pequeña risa mientras la mira pasando su brazo por los hombros de su esposa acariciándole el cabello a su pequeña hija.
—No lo creo, pero es que solo a ti se te ocurre hacerle ese tipo de bromas amor.
—Fue graciosa en su momento, pero amor, nuestra bebé tiene ya un año y medio, además que si en verdad fuese pasado eso estaríamos devastados.
—Lo sé, pero es que si te pasaste Contreras —reí negando.
—Solo espero que mi suegra no me odie aún y se le haya pasado lo enojada, porque aun cuando llamaba y era yo el que contestaba estaba seca.
—Tranquilo, ahora que estemos frente a frente seguro y se arreglaran. —sonreí tranquila mirando el camino mientras seguíamos conversando en lo que llegábamos.
Sé que se van a preguntar por qué mi esposo decía eso, y bueno, es porque cuando le entregamos la casa en Florida hace un año y medio a mi madre, yo tenía tres meses de embarazo de Cloe. Harold, queriendo bromearle como estaba acostumbrado, le dijo que al enterarnos tarde termine por abortar a mi pequeña y como no tenía vientre grande aún era algo creíble, ese día mi madre casi lo hace ahogar en el mar, es decir, yo no sabía de su juego hasta que llegue a la casa observando que mi madre estaba persiguiendo a Harold con la escoba.
Debo aceptar que fue divertido verlos correr, pero tuve que interferir antes que se hicieran daño, desmentí la broma y ella quedó muy enojada con Harold, es la hora y aún lo trata con cierta frialdad. Y es entendible, ella estaba muy ilusionada al saber que sería abuela, y de hecho, Harold tuvo regaños hasta de sus padres, puesto que mi madre con la señora Elsa se volvieron muy cercanas luego de que Harold y yo consolidamos nuestra relación, esa broma le costó bastante tiempo de arrepentimiento para que todos le disculparan.
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Destinos Cruzados [Libro 1]
Roman pour AdolescentsKeyla Jones llega a trabajar como empleada a la casa de los señores Contreras, específicamente para su hijo, Harold Contreras, todo para poder pagar sus estudios de medicina. Sorpresas se llevará de parte del joven que termina siendo su esposo, con...