Con Harold.
—después de haber dejado a Keyla en el hospital, condujo en dirección a la empresa de Maximiliano Collins, uno de los empresarios más conocidos en Florida, y un viejo amigo de juventud, puesto que su familia en muchas ocasiones se relacionaba con los Contreras. Max, como era llamado de forma cariñosa, le había citado para ver un negocio de prendas de vestir con las telas de importación, era raro que la familia Contreras hiciera acuerdos nacionales en las telas, pero sí al señor Enrique le parecía un buen negocio se aceptaba.
Quince minutos más tarde ya había estacionado el auto para así ingresar a la gran empresa, saluda de manera cordial a cada una de las personas que pasaban y le llegaban a reconocer; esto de ser "famoso" no era nada fácil en ocasiones, pero bueno, después de varios saludos por fin fue recibido por una joven mujer, que por su gafete decía que era la secretaria.
—Buenos días, joven Contreras, mi nombre es Soraya Smith y soy la secretaria del señor Collins, es un gusto para mí recibirlo, sea usted bienvenido —sonríe mientras le extiende la mano al contrario con una sonrisa algo coqueta.
—El gusto es mío, señorita Smith —le toma de la mano a la chica con un semblante serio como era de costumbre en él a la hora de hablar de negocios, terminando por soltarla luego del saludo y adentrar sus dos manos en los bolsillos de su pantalón.
—Venga, lo llevaré donde se encuentra el señor —finge una sonrisa por aquella actitud dada por Harold, por lo que se da media vuelta para caminar un poco más adelante moviendo en un vaivén sus caderas, pero el chico solo la seguía sin siquiera darle una pizca de atención, de hecho se mantenía con su vista en el celular, hasta que ingresaron y fue donde ella invadió su espacio al estar a solas—. ¿No le han dicho que usted es muy guapo joven?
—Siempre he recibido ese tipo de cumplidos, pero me sentiría más cómodo si se los reserva, no creo que sea profesional de su parte y menos que invada mi espacio personal, se lo agradecería mucho —sonrió fingido al igual que ella volviendo a llevar su mirada al costoso reloj que portaba en su muñeca.
—¿Por qué tan serio? Yo no muerdo a menos que lo quiera —esta suelta una risita ignorando todo lo que este había mencionado, tomando así el atrevimiento de jalonear la corbata que este portaba para que la mirara.
—Señorita Smith le pido el favor que deje su intensidad y calentura, yo tengo una hermosa esposa que amo, por ello le pido respeto si no desea problemas conmigo —le mira fulminándola con la mirada terminando por soltarse de ese agarre de forma brusca, pero está solo se reía en su cara; estaba loca.
—Por favor, nadie se ha de enterar de lo que usted y yo hagamos —suelta una pequeña risa burlesca antes de dejarle algo de labial en un intento del beso en el cuello de la camisa blanca, del contrario, tras un empujón de parte de este—. Usted ha sido el hombre más amargado con que he tratado, que fastidio —chilla levemente para salir del ascensor y dirigirse a la oficina, haciendo un toque para luego entrar al escuchar el famoso "pase".
—Y usted la secretaria más arrastrada que he conocido —dice al pasar por su lado e ingresar en la oficina, recomponiendo su traje al saludar al joven que estaba detrás del escritorio— Buenos días, Max, tanto tiempo sin vernos.
—Harold, que gusto que hayas aceptado mi invitación, seas bienvenido, toma asiento —comenta mientras le estrechaba la mano para luego señalar la silla con una sonrisa en su rostro.
—este simplemente asintió para tomar asiento y empezar con las debidas reuniones, cuatro horas después salió para almorzar, su itinerario había terminado más temprano de lo que esperaba, por lo que llamo a su esposa para saber cómo iba, esperaba no interrumpirla.
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Destinos Cruzados [Libro 1]
أدب المراهقينKeyla Jones llega a trabajar como empleada a la casa de los señores Contreras, específicamente para su hijo, Harold Contreras, todo para poder pagar sus estudios de medicina. Sorpresas se llevará de parte del joven que termina siendo su esposo, con...