Del otro lado del portal, Sayuri se encuentra con Zeta haciéndole una cantidad absurda de preguntas sobre su dimensión, principalmente del estilo de vida que llevan y como es que logran vivir sin actividad económica, pues para la aprendiz le es impensable saber como es que viven careciendo de algo tan imprescindible como lo básico para formar una sociedad civilizada; el hombre de aspecto sereno le responde cada pregunta sin restricción alguna. Él responde que la reina no tolera que sus habitantes, ya sean humanos o sombras, le den un valor innecesario a objetos y recursos que pertenecen a la tierra, pues lo único verdaderamente valioso es todo eso que preserva la vida como el agua y los alimentos en general, que se puede vivir en paz si cada uno tiene de preferencia su propio proveedor de alimentos, pero desde que la reina llegó a aquella dimensión, se hizo cargo con ayuda de Vita, de crear absurdas cantidades de alimentos en gigantescos terrenos donde cualquiera puede acudir cuando tenga hambre, misma que demora hasta días para hacerse presente en un ser vivo, y de esa manera sería imposible que el recurso se convierta en una especie de moneda de cambio. La aprendiz preguntó si solo consumen vegetales, lo que Zeta responde que no, que también carne que crece en zonas muy específicas, Sayuri pregunta intrigada de que está hablando; él responde que la carne que consumen no corresponde a la fauna y mucho menos de las sombras ya que esta es extremadamente tóxica, sino que en ciertas regiones existen campos donde árboles y arbustos proveen de grandes trozos de carne de diversos tamaños y sabores, que mientras se mantengan conectados con la planta, no se echarán a perder. Moebius una ves dijo que tras investigarlo, esa carne es similar a la que los humanos de la otra dimensión consumen. Sayuri no quiso creer semejante disparate de que la carne crece de la tierra, pero él le responde que siendo otra dimensión, puede existir hasta lo más inverosímil que pueda imaginar. Ella le solicitó que si pueden ir a uno de esos terrenos para comprobarlo, pero él se negaba en abandonar a su reina, entonces los escoltas le dijeron que puede hacerlo por un tiempo, ya que ellos no son tan débiles, además de que también está la estúpida de Saia, a lo que la mencionada desde la distancia le levantó el dedo al escolta que dijo eso de ella. Zeta finalmente accedió, así que ambos se encaminaron al mencionado sitio, sin antes advertirle a la aprendiz que está a cuarenta kilómetros del lugar, por lo que ella le pregunta si tienen un medio de transporte que les lleve, pues ir caminando les llevará demasiado tiempo, él dice que en esa dimensión todos se desplazan con impulsos, así que le mostrará, pues no quiere alejarse de su reina por mucho tiempo, así que le dice que se sostenga de su espalda para ir rápidamente. Ella accede y se coloca a las espaldas de Zeta para sostenerse; al ponerse encima, puede sentir lo amplio y fuerte que es aquel hombre que momentos atrás tenía un aspecto desagradable, pero tras el cambio, hay alguien cálido, muy apuesto y con un par de hermosos ojos color miel; ella quedó cautivada por todo lo que él representa, que incluso podría decir que tras convivir tan poco tiempo con Zeta, terminó por enamorarse, algo que jamás en su vida le había ocurrido tan rápidamente. Ya estando Sayuri sobre su espalda, Zeta comienza a correr un poco hasta que repentinamente de un impulso alcanzó una velocidad muy alta, se sentía como si ella estuviera montada en una moto yendo a una velocidad que no sabe calcular, entonces como pudo, miró los pies de Zeta y podía ver que estos no se movían, tocaban el suelo de vez en cuando como dando pasos muy largos y rápidos, probablemente para mantener la velocidad que tiene, pero ¿Cómo se detendría al llegar a su destino? Le preguntó si está volando a ras de tierra, pero él responde que no, que así son sus impulsos, correr a gran velocidad controlando su trayectoria y esto lo puede hacer a cualquier altura, no sólo a nivel de tierra, lo que le sorprende a la aprendiz teniendo deseos de verlo a mayor altura. Tras sólo diez minutos, finalmente llegan a su destino.
Esta parte de la otra dimensión es muy diferente, con un aspecto asombroso: El cielo nocturno es completamente negro pero deja ver una gran cantidad de estrellas y una especie de nebulosas en color carmesí recorriendo el firmamento, el césped por lo que puede ver debido a la poca luz, es de color igualmente carmesí pero este despide una partículas luminosas que podrían confundirse con luciérnagas pero no lo son, son luces que el mismo césped despide. El lugar parece ser sacado de un sueño, ella jamás imaginaria algo semejante ni para una historia de ficción, pero ya tras el asombro, le pregunta a Zeta dónde están las supuestas plantas que proveen de carne; el hombre sin expresiones señala hacia atrás y ahí puede verlo, habían muchas formaciones parecidas al capullo donde ahora está alojada la reina de diversas formas, unos más pequeños, otros más grandes y algunos más, no tienen formaciones de capullo, sino que estas parecían una especie de tentáculos con protuberancias, toda esa vegetación, si es que se le puede llamar así, daba un paisaje bello pero inquietante. Zeta le dijo que puede acercarse con confianza para comprobar la carne que crece de ese follaje, ella accede sin evitar pensar que los árboles y arbustos de carne iban a tener un aspecto más típico, pero no. Se acerca al más cercano que es uno de esos con aspecto de tentáculo, es de un color negro brillante como el plástico pero se consistencia gomosa, como si estuviera tocando cuero comestible, Zeta le dijo que para acceder a la carne de al menos esa planta, debe extraer la protuberancia, por lo que ella algo temerosa, toda una de esas protuberancias y la jala con fuerza, pero inmediatamente se asustó y la arrojó al suelo, pues al momento de hacerlo, sintió como aquello que tenía en la mano se retorcía; tras el susto, usó la lámpara de su móvil para ver que aquello que tiró, era nada menos que un pez, por lo que pregunta si son animales vivos los que albergan esas plantas, él responde que en algunos casos es así, mientras que en otros, son trozos de carne listos para ser cocinados y que aquel pez estaba alojado en esa protuberancia que lo mantiene vivo hasta que sea sustraído, cuando pueda ser recolectado es cuando esa misma adquiera el mismo color de la planta. Por el lado de las plantas más grandes, hay que abrirlas, pues dentro hay numerosos trozos de carne de varios tamaños y eso es lo que Zeta hizo para mostrarlo, derribó una de esas plantas cuya consistencia es idéntica a las más pequeñas, no es necesario derribarlas, pero ahora lo hizo para la demostración, todas tienen la misma textura y coloración. Ya en el suelo la planta cuyo aspecto es similar al capullo de la reina, procede a abrirlo, cosa que por supuesto Sayuri decide filmar con el móvil, el interior nuestra una gran cantidad de carne en trozos ensangrentados, como si hubiera abierto a un animal, la escena es visceral, algo que la chica solo se imaginaba en los mataderos pero lo está viendo, lo que está abriendo no es una criatura viva, es sólo una planta. Zeta se acerca a ella con un trozo de carne en la mano demostrando que este parece ser carne roja, la aprendiz le pregunta cómo es que esto sucede, a lo que el hombre responde que los tallos de las plantas están llenos de vísceras que ayudan al desarrollo de la carne que siempre es variable donde puede salir con o sin hueso; las plantas son capaces de retoñar si se plantan de nuevo y que una nueva, tarda un par de meses en crecer su máximo y comenzar a dar alimento, sólo se puede extraer la carne si el relieve de la planta se tiñe de rojo, porque de no ser así, el alimento sale envenenado. Sayuri está sin palabras, ¿Cómo es que puede existir un lugar así? Ahora comprende como es que esta dimensión no se rige por la economía, todos y cada uno de sus habitantes, ya sean humanos o sombras, son autosuficientes, lo único que necesitan para tener una vida sostenible es caminar para proveerse de sus alimentos que no necesitan a diario porque hambre no les da hasta pasado un tiempo prolongado, su alimentación es sana, solo consumen carne misteriosa y vegetales extraños a nuestra percepción, se mantienen en buena condición física por su necesidad de aprender a defenderse de criaturas peligrosas que de todos modos no les amenazan todo el tiempo y también a veces luchan entre ellos por mera diversión; la aprendiz le pregunta como es este sitio de día, Zeta responde que el césped cambia de color a un naranja otoñal, mientras que el cielo es un verde azulado, pero los días y las noches son muy largos, pues cada etapa dura ochenta horas. Tras saber y escuchar al menos un poco del estilo de vida de los humanos de esa otra dimensión y sus inverosímiles paisajes, ella se siente con el deseo de abandonar el hostil y descompuesto mundo del que proviene, para vivir el resto de su vida en esa dimensión que diría ser el paraíso con ese hermoso y dócil hombre que acaba de conocer, pero por ahora decide callarse ese deseo. Hubo un par de cosas que aún se pregunta y estando a solas con él, decide preguntar sobre la creación de sus extrañas vestimentas, Zeta responde que en los bosques hay abundantes árboles cuya corteza es usada para crear las telas, no se derriba ningún árbol en el proceso y las prendas que ya no se ocupan, son devueltas a la tierra, pues terminan en un agujero previamente cavado y esta se convierte en nutrientes para la vegetación, pues el origen de la prenda es orgánico; ellos no contaminan su mundo, por eso es tan impecable. No obstante, a Sayuri no le agrada los diseños que sus habitantes usan, así que con su móvil le nuestra una foto de un modelo masculino usando unos brillantes zapatos, elegante pantalón negro y una ajustada camisa de manga larga en azul turquesa, mencionándole que a ella le encantaría verlo vestido así; él le dice que no es necesario al mismo tiempo que le pregunta que si el sujeto de las fotos es su pareja, pero ella responde que no, que sólo es un modelo que le gustó y descargó varias imágenes de él, pero que ya no las quiere porque ahora está con alguien mucho más atractivo que ese ser humano común y corriente. Tras esa conversación, Sayuri recordó de cuando recién se presentó con Moebius, le preguntó por qué tenía ese aspecto indigente tan lamentable, él sabe que no debe decir nada que comprometa la misión, así que tuvo la necesidad de mentir mencionando que para complacer a su reina, él debió viajar lejos para ser tan fuerte como para poder protegerla sin necesidad de ayuda. Sayuri le pregunta si siente algo por ella considerando la ilusión con la que menciona a la elegante mujer, él responde que de ninguna manera, porque nadie es digno de corresponder a su amor, además de que ella jamás ha mostrado ese interés y no parece que eso ocurra algún día, pero es algo que a Zeta no le importa, él sólo quiere protegerla. La aprendiz le pregunta qué fue lo que hizo su reina para prácticamente entregarle su vida; Zeta responde que esa vida efectivamente le pertenece porque le salvó, él estaba a punto de morir al ser atacado por una bestia enorme pero fue ayudado a través de su propia mano, ella intervino y no sólo eso, sino que también ordenó a sus acompañantes en ayudarlo, así que de ese modo le juró lealtad para siempre y que si algún día es necesario, se sacrificará por ella. Sayuri queda sorprendida por la devoción que le tiene, y queda también aliviada al saber que la prioridad de Zeta no es más que protegerla, que no tiene intereses románticos hacia aquella mujer.
Ya terminado su objetivo de esa expedición, decidieron volver, no sin antes Zeta levante la planta para ponerla de nuevo en la tierra, ya que hacerlo inmediatamente, podrá evitar que se seque y continúe dando carne; en el viaje de regreso antes de ir a gran velocidad, ella preguntó sobre el clima, de cada cuando llueve, si hay sequías, si hay algún otro tipo de fenómeno que ella desconozca. Zeta responde que hay tres tipos de lluvia, una de agua pura y cristalina, otra de fragmentos de cristal, mientras que la otra es de fuego, y cada una se presenta sólo en regiones específicas, por ejemplo, en el lugar donde ahora se encuentran, la lluvia es de cristal, la cual es agua acompañada de fragmentos del material que podría confundirse con granizo, pero la diferencia es que esta es peligrosa ya que el cristal puede causar heridas o incluso la muerte si la víctima es débil, pero dicha lluvia se presenta en pocas ocasiones. En otras regiones, hay tormentas de fuego, tan literal como suena, vientos fuertes de altas temperaturas que son capaces de incendiar la tierra, aunque la flora y la fauna es capaz de resistir tales temperaturas, Sayuri sabe que ella no sobrevivirá en semejante infierno. Zeta sostiene de nuevo a la chica en brazos y regresan a gran velocidad a donde está el capullo de la reina; ella ha documentado cada detalle de su experiencia en su móvil con fotos, videos y grabación de voz, no quiere perder nada de lo visto hasta el momento. Llevó algunos trozos de esa carne misteriosa y pasaron por un valle para tomar vegetales, algunos podía reconocerlos, pero otros tenían una extraña apariencia, a lo que Zeta explicaba cada uno de esos. No obstante, la aprendiz vio un árbol muy particular a la distancia, así que decidió acercarse mientras Zeta estaba distraído. Al estar frente al árbol, le inquietó su apariencia, ya que es un tronco negro infestado de espinas, adornado por hojas con forma de trébol en color violeta, cuyos frutos tienen un brillante color plateado; Zeta pregunta que está haciendo, Sayuri responde que nada y le pregunta sobre esa cosa plateada que cuelga de las ramas de ese árbol; su acompañante responde que es una fruta sagrada llamada Xula y que el árbol se llama Xilo. Advirtió que está prohibido tomarla y que la reina es la única que puede consumir y autorizar su consumo. ¿Fruta sagrada? ¿Qué propiedades tiene? Preguntaba ella, pero Zeta no pretende responder, así que sin remedio se quedó con la incógnita.
Han vuelto al sitio y no ve ninguna diferencia, los escoltas cerca del capullo, la mujer de nombre Saia vigilando desde la distancia siendo víctima de constantes insultos de los escoltas. Sayuri quiso hacer algo de comer con los alimentos traídos, pero no sabía cómo, en eso interviene Saia para ayudarle, le llevará a las rocas ardientes. ¿Rocas ardientes? Pregunta la aprendiz, Saia le responde que hay muchos lugares resecos de unos treinta metros cuadrados de extensión donde la tierra es completamente estéril debido a que ahí se encuentran cúmulos de rocas tan calientes como para hacer hervir el agua en unos segundos, su temperatura no cambia ni en días de lluvia, las rocas suelen ser de diversos tamaños y formas, algunas pudieron trasladarse al castillo de la reina mientras que la mayoría permanecen en su sitio. Llegando al lugar a tan sólo unos cuatrocientos metros, Sayuri vio una extensión de tierra estéril entre todo el césped de la zona, al acercarse pudo sentir el calor, estaban muy calientes, preguntó a la despampanante mujer del origen de esas rocas, pero ella dijo que eso solo lo sabe el imbécil de Moebius. Sayuri pregunta si no tienen utensilios para comer, Saia responde que no, ya que debido a que la necesidad por comer o beber tarda mucho en cada uno, no es necesario fabricar objetos así, ya que los alimentos son ingeridos tan pronto como son cocinados, solo la reina Luxy tiene utensilios en su castillo ya que ella come con total calma, pero ella ahora podría tomar unas enormes hojas comestibles de algún árbol para usarlas como platos y traer agua de un río cercano utilizando esas mismas hojas; la aprendiz estaría encantada de ayudar a Saia para ver un poco más del estilo de vida de los habitantes de aquella dimensión, por lo que deja los alimentos cerca de las rocas para una cocción lenta y acompañarla para conocer su proceso de alimentación.
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GÉNESIS: INICIO
غموض / إثارةPrecuela de "Génesis: Después de la oscuridad" En busca de la partícula de Dios, un grupo de científicos logró abrir un portal que conduce a otra dimensión, el cual debería ser cerrado pronto debido a las presiones de todo el mundo, pero no hicieron...