Hace 6 meses.
Volví a casa de la escuela, tiré mi maleta por ahí y fui a ver a dogi (mi gato), nunca he pensado detenidamente en el nombre que le puse y ahora me parece ridículo.
Él,como siempre, estaba tumbado en la repisa de mi ventana. Es un gato negro que tendrá unos 3 meses,le falta una pata pero le queremos igual.
Le rellené los cuencos con agua y pienso,así se apañará hasta cuando vuelva.
Cogí mi móvil y los auriculares blancos y salí a la calle. Es una tarde de invierno como cualquier otra, no hace tanto frío pero prefiero no quitarme la chaqueta al entrar a casa, porque, para el tiempo que voy a estar...
El camino hasta el hospital no es tan largo pero psicologicamente te destroza, 2 km de avenida con casas y parques a ambos lados, de vez en cuando pasa algún coche. Los árboles de este camino me tocan mucho las narices porque las hojas están cayendo constantemente y acabo con más de una en la capucha. Pasé por delante de un vagabundo que estaba pidiendo dinero pero, cómo no llevaba nada encima, le dí mi merienda. Su sonrisa vale más que ese triste bocadillo, que dios te bendiga me dijo. Y le dejé allí, devorandolo.
Al entrar al hospital me saludó el enfermero de prácticas,como siempre, era un chaval muy guapo pero también mayor. A las chicas de mi edad se supone que le gustan los mayores pero a mi me causan repulsión,pues les he visto en su "hábitat natural" y,creeme, no son nada agradables. Por primera vez me saluda la pediatra amargada con la que me cruzaba todos los días y me miró con condescendencia, extraño.
Después de esto subí a la habitación de mi padre, corriendo, pues esta señora me alarmó. Al entrar estaba mi madre sentada en una silla llorando y en la camilla de mi padre no había nada, ni las sábanas.
Sé lo que eso significa, ha muerto. Las lágrimas se agolparon a mis ojos, joder, que buena suerte tengo.El segundo padre que se me muere, por lo menos me queda mi madre... Respiré hondo y fui al lado de mi madre, le pasé un brazo por encima del hombro a modo de abrazo, pensé que me iba a gritar, porque ella es una mujer de armas tomar, y que me iba a hechar la culpa pero simplemente me miró con el rimel corrido se secó las lágrimas con la manga de su chaleco.
Tenía ganas de hablar,decirle algo,consolarla, pero tenía un nudo en la garganta así que solo pude soltar un pequeño gruñido. Ella se me quedó mirando y me dijo:
-Tranquila, todo lo vamos a solucionar tú-me acarició la mejilla-,y yo.
No volvimos a mediar palabra en todo el día, volvimos a casa en su coche. Ni siquiera pusimos la radio, las dos sabíamos que las emisoras que estaba seleccionada era la favorita de mi padre así que teníamos miedo de encenderla. Al llegar a casa ella fue directamente a la cocina y yo a mi habitación,abracé a dogi y lloré mientras miraba por la ventana.
Menos mal que mi madre siempre ha trabajado y,aunque ella está rota por dentro, sigue sonriendo y viviendo con esperanza o al menos eso me hace creer.Hey pequeños cotillas por ahora subiré capítulo cada 5 lecturas :D.
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Live and love music
Teen FictionMaya es una niña huérfana de 15 años y desde que su último padre adoptivo murió se ha dedicado a la música para recaudar fondos, para tratar la enfermedad de la cual murió. Esta afición fue a más y su madre la ha ingresado en una escuela de arte...