-¡Oto-san! - gritó la niña bajando corriendo las escaleras con una sonrisa antes de lanzarse a los brazos de Tougo ante la atenta mirada de los hermanos.
-Hola pequeña - dijo el hombre sosteniendo a la niña en sus brazos.
-¿Qué haces aquí? - preguntó Sayumi alzándose para mirar a su padre sin borrar la sonrisa.
-Bueno, dentro de poco es tú doceavo cumpleaños, y necesito mantener una charla contigo...a solas - masculló desviando la mirada de la niña al resto de los hermanos, que fruncieron el ceño ante la mirada de su padre.
-Tampoco es cómo si no fuésemos a enterarnos de que vas a hablar con ella - masculló Reiji acomodándose las gafas y fulminando a su "padre" con la mirada.
-Puede, pero vosotros no decidís - dijo Tougo alzando un poco la barbilla victorioso, antes de aparecerse en un despacho poco usado de la casa y dejando a la niña sobre la silla de enfrente del escritorio, tomando asiento poco después en la silla de detrás de la mesa, juntando sus manos frente a su rostro con los codos sobre la madera y observando detenidamente a la niña.
-¿Papá? - preguntó Sayumi apoyando sobre la mesa devolviendo la mirada a su padre.
-Sayumi, hay algo que a lo mejor no sabes de nosotros - murmuró Tougo ocultando el movimiento de sus labios con sus manos - nosotros somos parte de una de las familias vampiresas más importantes de la región de Japón, y yo ahora mismo soy el rey sobre todos los vampiros - Tougo observaba con detenimiento la expresión serena de la niña, que pestañeo un par de veces, antes de abrir y cerrar la boca en varias ocasiones.
-Papá...no soy tonta...es decir llevó viviendo con los chicos y creciendo oyéndoles hablar a escondidas sobre el tema - dijo la niña apoyando una de sus mejillas en la palma de su mano con una pequeña sonrisa - es decir...ya sabia que eran vampiros, los dientes, que no les lata el corazón, la piel fría, los poderes - dijo la morena alzándose de hombros con una sonrisa.
-Sí, supongo que no podía mantenerse en secreto mucho tiempo - dijo Tougo con una leve risa.
-Pero...papá...- murmuró la pequeña bajando un poco la mirada, llamando de nuevo la atención de aquel hombre - ¿porqué me adoptaste...? No soy igual...y seguro les causó problemas a los chicos... -
-Porqué eres especial, y estabas destinada a pertenecer a está familia...pero querida princesa...no como hija mía...si no como esposa de uno de ellos - dijo con voz seria e imponente, haciendo que la morena alzase de golpe la mirada, con los ojos abiertos y la boca levemente abierta.
-¿Nani...? - preguntó la pequeña Sayumi con una leve risa mientras negaba suavemente con la cabeza.
-Así es, cuando cumplas dieciséis años, tendrás que elegir con quien casarte para toda la eternidad - dijo esté levantándose para juntar sus manos a la espalda, mirándola desde arriba haciéndola sentir más pequeña de lo que era.
-Sayumi por favor...abre - dijo Ayato desde fuera de la habitación de la pequeña, junto a todos los hermanos.
La niña suspiró cansada, solo quería pensar y analizar las palabras de su "padre", pero obviamente los cotillas de sus hermanos escucharon la conversación, escucharon como la niña corría y se encerraba en su habitación, y ahí afuera, seguían después de una hora y media. La pequeña abrió las puertas del balcón, sintiendo el frío y reconfortante viento golpearle en la cara, se acercó a una de las esquinas para sentarse observando el jardín trasero iluminado por la luz de la luna.
¿Y qué pasa si me opongo a elegir a alguno?
Qué yo te obligaré a casarte con quién me parezca más conveniente.
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The Little Sakamaki
RomanceUna niña de ojos azules, que con su pequeño corazón podrá ser la única salvación de esas tristes, solitarias y negras almas. Sayumi...nombre de origen japonés...significado: "Mi princesita" La pequeña princesa del clan Sakamaki.