14- Día de Libertad.

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-Al cole, al cole, al cole - canturreaba la morena mientras preparaba su maletín con una imborrable sonrisa, antes de caminar hasta delante del espejo de su tocador, dónde se encontró una sonriente y sonrosada Sayumi, que después de mucho tiempo había recuperado el característico brillo de sus ojos. Había recogido su pelo en dos largas y bajas coletas, mientras tenía una cinta con un pequeño lazo de color rosa a un lado, haciendo juego con el uniforme del colegio. Sonrío al reflejo con una pequeña risa antes de salir con paso alegre hacía la puerta principal de casa.

Los hermanos esperaron pacientemente a la morena, algunos más reticentes que otros de tener que asistir a la escuela, pero todos con las mismas ansias de ver a la menuda chica con el uniforme escolar, y cuando está pisó la estrada de la mansión recibió de golpe seis miradas, que no se despegaron de ella en todo el trayecto que hizo hasta la limusina familiar.

-¿Cómo es el colegio? - preguntó mientras observaba como corría el típico paisaje en el que se había criado por la ventana del vehículo.

-Aburrido.

-Da sueño.

-Es estimulante.

-A Teddy le gusta.

-Hay gente entretenida~

Contestaron a la vez los seis hermanos provocando una sonrisa torcida a la morena, que pocos segundos después suspiró apoyando su sien sobre el frío cristal, con las mejillas ligeramente sonrosadas.

-Espero hacer amigas...- susurró con una dulce sonrisa mientras mantenía la vista en el exterior, impidiendo que alguno de los hermanos le advirtiese de que no se acercase a nadie, sabiendo que aunque se lo dijesen la morena no les iba a hacer caso.

-Siento mariposas en el estómago - dijo la morena, notando como le temblaban las manos de los nervios y las ansias que su cuerpo llevaba guardando tantos años.

-No te preocupes, Yumi-can~ - dijo Laito rodeando los hombros de la chica, la cual se mantenía estática y con los labios ligeramente entreabiertos - ¿Yumi-chan?

-Es él... - murmuró de una forma apenas audible, sintiendo cómo poco a poco sus habituales sonrosadas mejillas se tornaban en un rojo candente.

Frente a la familia Sakamaki, casi en la puerta del instituto, cuatro figuras masculinas les devolvían desafiantes la mirada, pero solamente una de esas nuevas y extrañas miradas se conectó con los claros ojos de Sayumi, provocando una reacción química, similar a la que se produce cuando enciendes una cerilla, que la hizo apretar ligeramente los labios, mostrando una expresión de vergüenza que provocó una delicada sonrisa en aquel extraño.

-Vamos, Sayumi - dijo Laito con los labios apretados antes de tirar ligeramente del brazo de la morena para hacerla pasar por delante de ese grupo de chicos que les siguió con la mirada.

-¿Quién...?

-No te juntes con esa gente - dijo Reiji que caminaba detrás del castaño y la morena.

-Pero...

-No hay escusa está vez Sayumi - dijo Shu haciendo que está apretase los labios, volviendo la mirada al frente.

-Arigato - dijo la morena saliendo de dirección juntó al moreno de gafas, que se había hecho cargo de todo el papeleo.

-¿Entonces? - preguntó Ayato con una ligera sonrisa al volver a ver la sonrisa de la chica.

-Estaré al parecer en la clase de Subaru - dijo con una alegre sonrisa mientras ojeaba su horario, con insana ilusión.

Aunque la morena no lo dijese, no podía esperar por recorrer ese majestuosos edificio, conocer gente...y aún cuándo los chicos se lo prohibieron, saber más sobre aquel chicos de ojos candentes, por el cual guardaba una completa curiosidad...sabes quien era...quien era la tal "Eva"...el porque sus hermanos no querían que lo buscase...

The Little SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora