CAPITULO SEIS

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— Es que sólo una persona como usted no lo puede entender. Tengo que aplicarme protector solar y crema hidratante. Además con este sol...Creo que me voy a deshidratar. Necesito tomar agua. 

— Haga lo que quiera... Ni siquiera ha empezado a practicar. 

— ¿Cómo que no?  — Yibo sonrió y mostró la pantalla de su teléfono. Se había tomado muchas selfies para mandarselas a Wenhan y otros amigos.  — Si eso no es montar entonces... ¿Qué es?. Hasta les puedo dar clases ahora. 

El sudor estaba logrando que su ropa se adhiriera a su cuerpo... — Solo una vuelta más y descansamos...

— Por favor, descanse hasta navidad. 

— Pir fivir discansi histi nividid. Pues no! Voy a tomar agua y a retocar mi peinado y regreso, después de la vuelta. 

Xiao Zhan jaló el cabestro, pero enseguida lo que escuchó fue un grito estruendoso.  

— Ahhh Ahhhh ¿Qué es eso? 

Yibo trató de saltar del caballo espantado por el insecto que cayó desde un arbol al caballo. 

— ¿Qué es eso? — Cómo pudo liberó una de sus piernas. — Quitemelo ... Quitemelo! — Chilló.

— ¿Qué le quitó?

Una mirada afilada. — Ese insecto. Los odio...Ash.

Zhan trató de sostenerlo  pero facilmente perdió el balance cayendo hacía atrás con el cuerpo del rubio encima. 

— ¿Lo va a matar? 

El pelinegro aclaró su garganta rogando al cielo que el otro no se moviera ni un centimetro, aunque la situación le causó bastante gracia y quería provocar más pánico.  — Sólo es una abeja...  

— ¿Qué? Ah... No... Que asco! Matela... Eso estaba zumbandome el oído. Soy alergico. — Se escondió aún más en el cuerpo del más alto. 

La risa de Zhan se borró de inmediato. — Deje de moverse.  — La pierna de Yibo había quedado en el medio de las piernas de Zhan. El carraspeó. 

— Matela ... — Se movió en contra del pelinegro debajo y este contuvo la respiración. — ¿Se puede poner de pie? ¿Sino como la voy a matar? 

Yibo sonrió timidamente al darse cuenta que había estado arrinconando al otro contra el suelo.  — Ahh... Ah... — Trató de arreglar la ropa del  pelinegro palmeandola, pero después se dio cuenta de que este lo miraba de forma asesina y lo dejó. 

Zhan se pusó de pie tratando de alejar el caballo de la abeja y Yibo se quedó sentado  en el piso. 

— ¿Está bien? 

—Estoy revisando... Creo que me picó en algún lado. — El se miró por debajo de la camisa desabotonada. 

Zhan bruscamente jaló la camisa para ver. 

— Oiga! 

Yibo se cubrió apretando la camisa contra el hasta el cuello.  — ¿Por qué es tan atrevido? ¿Me va a desnudar? 

— Está bien entonces pongase de pie y deje el drama. 

— No tenía que mirarme... Me podía preguntar. 

— Para lo que hay que ver. — El que se había quedado con las ganas de "devolver" el comentario aprovechó las circunstancias aprovechó. 

Yibo abrió la boca en forma de "o" agraviado.  — Ah... ¿Si? 

Yibo separó los botones de su camisa  mientras sostenía su mirada afilada. Los ojos de Zhan viajaban del rostro del rubio a su pecho. — ¿Y ahora por qué se va a desvestir? 

La Hacienda /// ZhanYi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora