— Les juro que ya me siento mejor. Esto no es necesario. — Al caminar al interior del hospital aun con su rostro pálido, el estaba muy preocupado por su imagen. — Zhan... Bajame! Los hospitales huelen a viejo a anticuado... No son lugares para alguien como yo. — Chilló.
No quería pensar en lo que haría si la gente se enteraba que había estado haciendo dieta estricta.
Se cubrió el rostro con el pañuelo de Wenhan dejando solo ver sus ojos al llegar a la recepción.
— Buenas noches. El se desmayó hace un rato y su rostro está pálido aún. Necesitamos que lo revise un médico por favor.
— Zhan! — El rubio habló entre dientes, pero en seguida su mundo se balanceó.
— ¿Nombre del paciente?
— Wang...
Yibo tosió con fuerza. — Sehun... — Dijo lo primero que se le ocurrió.
— Necesito el nombre completo.
— Oh Se Hun
— ¿Oh Sehun?
Yibo se cubrió la cara aún más.
Zhan frunció su ceño sin entender lo que hacía.
— Señorita. De verdad requiere atención... ¿Podría alguien atenderlo?
La enfermera miró con detenimiento y emoción al hombre...Tomó su teléfono.
Zhan atrajó a Yibo del brazo.
— ¿Qué estás haciendo?
— Callate charrito! No puedo simplemente dejarle saber a la gente que Wang Yibo está aquí y así. Osea mírame! Hello! Parezco una lechuga. Yo tengo una imagen que cuidar, he sido de los mejores vestidos en los eventos por años.
— Estás loco. ¿Por qué piensas en eso ahora?
Yibo actuó mimado mientras esperaban, apoyó su mentón en el hombro de Zhan.
El pelinegro sostuvo su mejilla y la acarició con suavidad. Zhan. — ¿Qué quieres? ¿Quieres algo? Pídeme lo que sea.
El soltó una risita débil.
— ¿Me abrazas?
Wenhan aclaró su garganta recordándoles que estaban en un hospital.
— El paciente puede pasar al consultorio 3.
En ese mismo instante alguien que estaba sentado detras de ellos se quejo. A simple vista el hombre se veia bien. No parecia tener ningún asunto urgente... — Señorita, yo he estado esperando desde hace más de una hora. Parece que algunos tienen corona.
Yibo se sintió aludido. — Osea obvio. Yo si... — dibujó su sonrisa mientras la mujer se apenaba y trataba de apaciguar los ánimos.
— Yibo. No estás ayudando para nada
— Thank you Sweetie. — Sonrió ignorando los reproches de Zhan y sin dejar de cubrirse ingresó al consultorio.
— Señor.... ¿Oh Sehun? ¿Cómo se siente?
— Mareado. Siento que todo me da vueltas y no tengo ánimos de...
Antes de que el médico empezara a revisar. Wenhan se dirigió a él. — Lo que pasa es que se puso en un régimen de dieta y ejercicio estricto.
— Li Wenhan! Nadie te preguntó.
— ¿Así que una dieta estricta? ¿Qué clase de dieta?
— Lechuga y agua. Ejercicio en ayunas y para rematar cócteles para hidratarse más.