Capítulo 04 - Te extrañe Sesshomaru.

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Ambos quedamos uno frente al otro, yo enojada y apretando los puños; él con una mueca en su rostro.

—¿Entonces lo sabias todo? Era verdad mi hipótesis de todos estos años.
—¿Qué estas—
—Mira Higurashi, mi empresa contrato a la tuya para la revista, lo hice porque no creí que eras tu quien haría el proyecto así que toma tus cosas y pide que alguien más venga en tu lugar.
—Es mi trabajo Sesshomaru.
—Taisho. Soy Taisho para ti.
—Como sea. Señor Taisho, es mi trabajo, no puedo abandonar el proyecto solo porque usted no quiera verme.
—Llamaré a tu jefe. Entenderá que no quiero tener contacto con alguien como tú.
—¡¿Alguien como yo?! ¿Qué significa eso?
—Ya sabes inmadura, inestable y sobre todo mal mentalmente. Esos golpes los hizo alguien, no quiero tener problemas en mi empresa. Toma tus cosas y renuncia al proyecto, así me ahorras darle las razones por llamada a tu jefe.

El enojo se redujo totalmente, estaba aguantando mis ganas de llorar desde que desperté hasta ahora para no echar a perder mi esfuerzo ocultando los golpes. Sin embargo, sus crueles palabras derramaron el vaso, no pude más y deje salir mis lágrimas sin importar los golpes.

—Si eso quiere, me iré.

Tome todas mis cosas rápido dejando caer un cuaderno al suelo, ambos intentamos recogerlo al mismo tiempo haciendo que quedemos cerca el uno del otro.

—¿Qué mier— me tomó de los hombros viéndome horrorizado— ¿quién te hizo esto Kagome?
—No es su asunto.

Tome el cuaderno y todo lo demás para después salir corriendo de la oficina.

Al salir me choqué con alguien, solo pude disculparme y seguir para irme.
Antes de salir del edificio, busque el baño para poder ocultar de nuevo los golpes, no saldría así a la calle a exponerme y ser señalada. El maquillaje se corrió dejando ver el gran golpe que tenía, no sé que fue mas difícil, ocultarlo o aguantar las ganas de llorar para no echarlo a perder de nuevo. No es tarea fácil, debo renunciar al proyecto luego de esforzarme tanto en conseguir esta oportunidad, de nuevo lo estoy perdiendo todo.
Había perdido muchas cosas últimamente, mi relación con Tami se fue al barranco, estuve sola y no pude hacer más que aguantar y ser fuerte. Ahora era probable que pierda mi trabajo por reencontrarme con Sesshomaru, parecía pagar el karma de todas mis vidas pasadas.

Sali del servicio y me encontré con la misma persona de hace un rato.

—Señorita, lamento molestarle, la vi muy mal y me quedé preocupado ¿está usted bien?

Lo vi detenidamente intentando identificar al sujeto de cabello negro —estoy bien, no fue un buen día, es todo.

—Ya veo, como salió corriendo de la oficina del señor Taisho creí que había pasado algo, es un poco cascarrabias pero que no te intimide.
—Gracias.
—Bien, debo irme, tenga cuidado y espero su día sea mejor.

Lo despedí con la mano como si fuéramos conocidos, aun no sabía su nombre. Ya no hacía falta tampoco.

Decidí volver a casa. Llamaría a mi jefa para renunciar, no tendría el valor para volver a la oficina así que era lo mejor.
Mientras sobre pensaba lo ocurrido, esperaba un taxi para irme, debía ir a casa y redactar mi renuncia en lo que buscaba fuerzas para volver a casa.
Tenía encontrarme con Tami, recordar lo ocurrido me dio escalofríos, recordé los golpes que tenía y lo ridículo que era permitir algo así, pero no pude hacer nada para defenderme.

Después de la relación con Inuyasha, creí ser lo suficientemente fuerte como para ponerle un alto a quien sea que intente ponerme una mano encima, pero cuando llego el momento solo me quedé en el suelo llorando. No era fuerte y tal vez nunca lo sería.

creí que era fuerte, creí que ahora si podría con todo pero de nuevo termino en la nada. Al final del día estoy camino a casa llorando. Solo que esta vez no hay nadie esperándome, la soledad es la única que me abraza con frialdad por las noches.

Volver a ver a Sesshomaru provoco tantas cosas. Hace años deseaba verlo para abrazarlo con fuerza y ahora tengo miedo de acercarme demasiado a él. Sus palabras me dolieron tanto que hubiera preferido su silencio, aunque moría por escucharlo, moría por ver esos ojos tan hermosos.

Sus palabras fueron crueles, pero, aun así, te extrañe con toda mi alma Sesshomaru. Te extrañe.

Eres Mi Medicina, Mi SalvaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora