Capítulo 16 - Confusión.

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KAGOME

Perdí la noción del tiempo y espacio. Mis piernas gritaban que corra lejos pero no podía. Mis suegros me veían expectantes mientras esperaban que diga alguna cosa.

Mi vista se posó en un punto fijo de algún lado de la chimenea. Los sirvientes iban y venían mientras limpiaban. Todos presenciarían la peor humillación.

No hay salida. Se acabó.

El sonido se desvaneció dejando únicamente el silencio junto a un chillido que parecía que solo yo podía escuchar. Fue ahí cuando abrí la boca.

—Señor, lamento lo ocurrido la otra noche. Me casaré con su hijo.

Todo se movia de manera extraña, como si fuera una película y todo pase a poca velocidad. A penas distingui las frases de la señora dueña de la casa "son unos niños inmaduros, estas bromas son de mal gusto", "perdimos horas valiosas para organizar la boda", "hubiera sido una vergüenza informar que no hay matrimonio", "niña tonta".

—Señorita venga conmigo.

Una empleada me tomó con delicadeza y me llevó a la cocina, mi semblante debió ponerla en sospecha.

—¿Qué le ocurrió señorita? Mire como está. —balbuceó.
—Lo siento.
—No, no. Por favor disculpe mi atrevimiento.
—¿Qué estoy pagando? —me brindó un vaso de agua, pero no lo recibí, si fuera veneno con gusto lo bebería. —¿Por qué me hacen esto? No pueden obtener ningún beneficio conmigo.

Me dio un pañuelo y limpió mis lagrimas que caían de mis ojos desde que puse un pie en esta casa.

—Pone en riesgo mi trabajo si digo alguna palabra sobre eso, pero... no lo merece señorita.
—¿A qué se refiere? —pregunté sin obtener respuesta— por favor. —Volteó dándome una mirada de lastima.
—Llevo años en esta casa y solo puedo deducir que es conveniencia.
—¿Qué dice? No tengo nada.
—Se podría decir que al señor le conviene mas que el joven esté con una chica sencilla que con una cualquiera.
—No entiendo.

Soltó un suspiro pesado. Si alguien escucha esta conversación la metería en serios problemas.

—Antes de que usted entre en la vida del joven, estuvo enredado con una mujer mayor que él. Era una señora de la calle, vivía de trabajos poco decentes. Sin dar tantas vueltas, se vendía por dinero.

Ante tal revelación me quede muda. No podía entender muy bien.

—¿Su padre lo sabía?
—Claro que lo sabe. Quiso traerla a la casa, darle una vida de lujos, aunque ya le daba regalos caros. Cuando los señores supieron, le ordenaron olvidar a esa mujer pero no hubo poder que controle al joven.
El señor lo obligo a conocer a las demás señoritas que estudiaban con él. Que si lograba casarse y mantener un matrimonio por lo menos un año. Aceptarían esa relación con la otra mujer.
—Ahí es donde entré yo.
—No merece esto, está atada de manos lo sé, pero debe huir lejos de aquí.
—No puedo. No tengo nada más. Perdí todo.
—¿Qué quiere decir?
—Acabarán conmigo si me voy. Lo he pensado tantas veces, pero no hay forma de escapar. Su familia me dejará en la ruina, no por el dinero, pero pueden hacer daño a mi familia. Así como Tami acaba conmigo cada día.
—Lamento lo que le está pasando señorita.

Traté de sonreír un poco pero solo pude hacer una mueca.

Estaba en casa. Tome unas cosas y me traslade al cuarto de invitados para dormir, aunque el temor de que Tami llegue no me dejó dormir.

Le puse seguro a la puerta para darme algo de tranquilidad. Al menos tardaría en entrar al cuarto si me llega a buscar.
Traté de dormir para recuperar fuerzas por el día tan horrible que tuve. Mañana debía tener los avances de la revista así que no hay tiempo que perder.

El sonido de siempre por la alarma me despertó. Parecía que a penas parpadee y ya era de día nuevamente.

Me di un baño rápido y me maquillé ocultando un poco las marcas. Es un día importante, pero estos golpes están arruinando todo.
Mis cosas estaban listas así que salí de frente a la empresa D'Taisho. No tardaría mucho en taxi así que solo me prepare mental mente para lo que sigue.

Me encontraba en la sala de reuniones esperando a las personas que escucharían mi exposición. Faltaban diez minutos lo que me ponía nerviosa. Jugaba con mis dedos de manera inquieta hasta que todos llenaron la sala y el señor Taisho me permitió dar inicio.

Me presenté y di una breve introducción para luego entrar en detalle a cada parte de la revista.

—Se plasmó la empresa desde un punto de vista externo, mostrando sus instalaciones y el ambiente laboral que hay con cada empleado en cada piso.
—Muy bien.
—De igual forma existe contenido con información de forma interna, los números y estadísticas como índice de rotación del personal, sobre todo los ingresos e inversiones.
—¿Debería ir términos de dinero?
—Le di la indicación a la señorita. —habló el señor Taisho.
—Está revista busca no sólo llegar al público en general. Los futuros inversionistas pueden ver los números y estar interesados.
—Veo su punto.
—Este es el avance. Me encuentro a la espera de unos datos para continuar.
—Contaras con esos datos por la tarde señorita Higurashi.
—Gracias Yako.
—Bueno, ¿qué opinas Sesshomaru?

Me observó con detenimiento para luego dar un vistazo rápido al documento. Cerró el archivo y sin decir más, se fue de la sala. Provocando que todos empiecen a murmurar.

—No está de acuerdo. —murmuraron de un lado.
—A mí tampoco me convence. Le falta mucho a esta joven.
—Me preocupa que exponga los ingresos.

Ya no sabía si estaban intentando ocultar sus comentarios así que vi al señor Taisho.

—Puedes retirarte Kagome.

Asentí y me fui de la sala a mi oficina a recoger mis cosas. Tenía medio día libre así que salí de la oficina.
No tenía ganas de volver a casa así que me dirigí al parque que hay cerca.

Me senté en un punto lejano donde podía relajarme un poco y tratar de idear alguna forma de salir de esto. No sé me ocurría nada.

—Kagome. —algo temerosa voltee encontrándome con Yako. Me regaló una sonrisa y se sentó a mi lado.
—¿Qué hace aquí?
—Paseaba y me dio algo de curiosidad el lugar. ¿Y usted?
Sonreí de lado y respondí —igual. Pero ya iré a casa.
—Espera. Acompáñeme un momento, por favor.

Lo vi con confusión y me senté a su lado.

—Sabes, hasta ayer quería hacer algo, pero hoy me doy cuenta de que tal vez estoy cometiendo un error. Siempre he sido fiel a mis amigos y personas a las que estimo, pero hoy por primera vez me cuestiono si está bien o no.
—El cariño por esas personas debería ser mas fuerte.
—Créeme que me repetí eso todo el camino hasta aquí, pero he llegado a una conclusión.
—¿Qué conclusión?
—Dejaré que mi intuición tome el control.
—¿Qué significa?
—Seré neutral esta vez.
—Hago la pregunta nuevamente. ¿qué significa?
—Ya lo verás. Nos vemos.

Con una sonrisa se levantó despidiéndose con la mano y dejándome sola en este lugar.

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⏰ Última actualización: Sep 11, 2023 ⏰

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