-___________ Oppa... -la castaña iba a continuar su oración pero fue interrumpida.
-Ya te dije que no tienes derecho a decirme así -le recordó con molestia.
Kang ___________ de nacionalidad Sur Coreana vivió toda su vida en Japón y no ha sido fácil...
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Japón 19:37
Las calles de Japón a mediados de abril en las noches de por sí eran frías y para Kang __________ significaba que comenzaba otro año escolar y el último que tendrá que soportar. Había salido del trabajo de medio tiempo que a la semana que comenzó, ya le habían puesto doble turno y sin titubeos. ¿Y para qué? La paga seguía siendo la misma o solo unos yenes extras que ni se notaba la diferencia. Mientras caminaba hacia su casa con su corbata desecha y los primeros botones de su camisa blanca sueltos con rastros de pequeñas gotas rojas, recordaba cuando hace 9 años le rogó a su madre al no querer mudarse.
Vivir en Japón para _________ era un castigo y no sabía que había hecho para merecer ese infierno.
Al llegar a la casa, se quitó sus zapatos para dejarlos junto a los demás pares, notó que sus padres y su hermanito ya habían llegado. Con cuidado caminó con lentitud para ir a su habitación para no tener que entrar en otro interrogatorio como de costumbre. Ya las excusas no tenían efecto y ____________ lo sabía. Cuando empezó a subir las escaleras con éxito, la voz de su madre le detuvo. Cerró sus ojos suspirando y fue al comedor; en donde su familia estaba allí reunida.
—¿Por qué no entras? —preguntó su madre sentada al lado de su padre. —Necesitamos hablar contigo.
—Hoy fue un día cansado, podemos discutirlo mañana si...
—Ven —no dejó que terminara. Suspiró de nuevo y con paso firme se adentró al comedor, la luz iluminó su rostro y su aspecto. Su madre tapó su boca con una mano por la sorpresa, mientras que su padre la rodeó con su brazo para darle soporte.
—¿Otra vez? —el señor Kang tomó la palabra. —¿Acaso no tomaron en cuenta nuestra reunión?
—Olvídalo...
—¡¿Qué dices?! —esta vez su mamá había alzado la voz y con ojos llorosos. —Llegas a casa casi todos los días con un golpe nuevo, algo roto y mal aspecto.
—Solo me falta un año, cuando termine me iré a la universidad. Puedo soportarlo.
—Lo siento pero no, —la señora Kang le miró y el rostro de ___________ se tornó en uno confundido.
—¿De qué hablas? —preguntó __________ sin poder entender lo que estaba insinuando su mamá.
—Te irás a vivir con tu primo a Seoul. Terminarás tu año escolar allí y harás tu nueva vida —sentenció.
—Madre no puedes hacerlo, ya tengo una vida aquí y no quiero hacerlo otra vez —dijo ___________ tratando de calmarse.
—Una vida horrible que yo te forcé a vivir, es hora de que tengas otra oportunidad.
—Pero...
—¡Ya está decidido! —alzó la voz de nuevo con frustración. —Te irás mañana en la mañana, hablé con tu primo y ya te está esperando. Sobre la escuela, me contacte con ella y harás todo el trámite allá —se levantó de la mesa y se fue de allí para irse a su habitación dejándole a solas con su padre.
