XXX. París

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Una sola cama era lo que _________________ y Jennie estaban presenciando. La castaña estaba sorprendida y miró rápidamente a su asistente.

—¡Te juro que pedí dos camas! —ella habló con rápido—. Lo juro, _______________.

_______________ fijó su vista en ella y podía ver su rostro de desesperación. A su vez, estaba confundida y no tenía idea de lo que acababa de pasar.

—Llamaré a recepción —Jennie fue a buscar el teléfono de la habitación.

—Tranquila, no es para tanto —______________ trató de llevar las cosas con calma.

—Sí, si lo es —caminaba por la suite en busca del teléfono.

______________ la seguía y cuando iba a tomar el teléfono, ____________ la detuvo poniendo su mano en su hombro con delicadeza.

—Dije que estaba bien —______________ le aseguró—. Yo puedo dormir en el sofá de la sala.

—No vas hacer eso —la castaña sonó como si fuese una orden—. Es incómodo y te dará dolor de cuello o espalda.

—He dormido en sitios peores, no creo que sea tan malo —decía _____________ tratando de convecerla.

—No y no, me rehuso a que duermas así —Jennie negaba preocupada—. Llamaré a recepción a ver si te pueden dar otra habitación.

—Bien... —_____________ no iba a insistirle y se sentó en el sofá mientras miraba a la castaña.

Así que Jennie tomó el teléfono y llamó a recepción. Trató de no insultar al personal por el error causado, lo cual logró. Las disculpas empezaron a resonar en toda la llamada por parte de la recepción. En ese instante, la castaña preguntó por la posibilidad de otra habitación disponible y se impacienta al escuchar que le pidieran un segundo para hacer búsqueda, que se tardaron un poco.

—Entiendo... y por favor la próxima vez estén más pendientes... —colgó el teléfono y se giró para dirigirse a ______________.

—¿Y? —____________ miró a Jennie.

—Pues... no hay más habitaciones disponibles —suspiró derrotada.

—Bueno, dormiré en el sofá —dijo ______________.

—¡No! —Jennie chilló—. Dije que no vas a dormir ahí, es incómodo.

—¿Entonces que sugieres? —______________ con un poco de cansancio porque no podía entender a la castaña, era algo simple a su entender.

Jennie se quedó callada por unos segundos mientras pensaba y en ese momento se le ocurrió una idea que podría ser la más descabellada. Su cuerpo nervioso hizo que ella jugara con su pulsera de perlas, hasta que reunió el valor para poder compartir su propuesta.

Oppa (Jennie Kim y Tú) G!P/GnReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora