Día 7: Camino al recuerdo

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– ¡Apúrate Kirishima!, nos cancelarán la reservación si llegamos tarde – el cenizo esperaba en la puerta del apartamento a quien desde hace exactamente un año había desposado convirtiéndolo oficialmente en su pareja de vida, actualmente estaban camino a celebrar aquel maravilloso día pero el pelirrojo estaba tomando su tiempo para arreglarse – ¡Finalmente! – esbozó al escuchar al contrario correr hacia él, pero al mirarlo, se quedó atónito, vestía elegante, como muchas otras veces lo había hecho, pero algo era especial en esta ocasión, se veía radiante como la luz del sol matutino
– Cierra la boca cariño, esta empezando a caer saliva – bromeó Eirijo al ver que sus esfuerzos habían dado frutos, no es como si no pensara que Bakugo se veía hermoso con aquel traje adornado de rosas que le recordaba a su primera cita en I-Island, pero siempre había considerado la belleza del cenizo como algo natural y que no necesitaba de producción, por lo que esta vez se había esmerado en lograr que su pareja obtuviese la misma sensación que él tenía cada vez que lo miraba
– C-Cállate imbécil, tenemos media hora para llegar y las nevadas no ayudan – desvió la mirada y el tema logrando que el pelirrojo sonriera, caminaron todo el trayecto hasta el aparcamiento donde reposaba su auto y comenzaron el viaje, tal como había predicho Katsuki, el tráfico debido a las primeras nevadas decembrinas estaba creando un caos – A este ritmo no llegaremos – maldijo el cenizo entre dientes, sin embargo, un recuerdo atravesó su mente haciéndole reír
– ¿Qué sucede? – preguntó Kirishima apenas notó aquel cambio repentino de humor
– Nada, es sólo que… esto me recuerda a la primera vez que me invitaste a salir, terminaste siguiéndome hasta I-Island con tal de que te dijera que si y al final nos perdimos intentando llegar a la fiesta – Eijiro se sonrojó al recordar el “reto” que suponía invitar a Katsuki, se alistó con todo lo necesario incluyendo trajes a la medida y al final, todo su plan se fue al carajo, aunque no negaba que ahora que lo recordaba, aquello había sido divertido, así que sonrío con cierta vergüenza
– Estaba tan emocionado que olvidé por completo donde era, también dejé mi teléfono en la habitación y actué como idiota cuando creí que había quedado atorado en la pared – mencionó sacando otra risa de parte del contrario – Aunque tú también has hecho cosas graciosas
– ¿En serio?, no recuerdo ser tan idiota – le sonrió mirándolo de reojo logrando que Kirishima carraspeara, amaba la sensualidad de ese hombre
– Por supuesto, como cuando te invité a pasar el festival cultural y creíste que sólo seríamos nosotros, debiste ver tu cara cuando Midoriya y los demás llegaron – el rostro del cenizo enrojeció de golpe y una mueca avergonzada apareció en su rostro, estaba a punto de decir algo cuando un hombre pasó junto de ellos a la mitad del camino, tocó el cristal y les informó que la carretera se mantendría cerrada un par de horas debido a la nieve, Bakugo suspiró frustrado y luego miró a Kirishima que se mantenía pensativo en el asiento del copiloto
– Lo siento, sé que querías ir a ese restaurante de carne… aunque también fue tu culpa por tardar tanto – recapacitó mirando de nuevo al frente
– En realidad no me importa – la respuesta le tomó por sorpresa por lo que nuevamente se giró a mirarlo – Si por mi fuera, pasaría el resto de mi vida atrapado así, ya sea en este auto, una isla o bajo la nieve, no me importaría si es contigo – nuevamente el rostro de Bakugo se tiñó de rojo, Kirishima no desaprovechó la oportunidad y se acercó lentamente hacia el chico depositando un suave beso sobre sus mejillas y finalmente, tras mirarlo directamente a los ojos, besó sus labios con dulzura – Feliz aniversario cariño
– Feliz aniversario…

#Kiribakumonth 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora