Día 11: Consecuencias (Pt.2)

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Abrió lentamente los ojos, una bruma densa se esparcía sobre su mirada y pensamientos, no tenía ni la menor idea de dónde estaba, el aire era denso y el aroma a humedad impregnaba el lugar; cuando finalmente pudo enfocar algo, lo primero que notó fueron un par de botas frente a sí, eran enormes, negras, clavadas en el suelo como un muro impenetrable, levantó su mirada lentamente encontrándose con la figura del pelinegro, aquellos ojos escarlata le miraban con detenimiento, un quejido ahogado se abrió paso hasta rasgar sus cuerdas vocales, su garganta estaba seca y el sonido procedente de ello sólo logró sacarle una sonrisa a su captor – Finalmente despiertas – se dio media vuelta y caminó a una vieja estantería situada al fondo de la habitación – ¿Agua?, debes estar sediento – indicó con voz profunda evocando un escalofrío en el cenizo, poco después se dirigió de vuelta con un vaso en manos, lo extendió hacia el menor y el rostro que éste esbozó al sentir un par de pesadas cadenas sobre sus manos, no tuvo precio – Te ayudaré – indicó tomando entre sus manos las mejillas del contrario, apretándolas con fuerza hasta lograr que su boca se entreabriera, intentó verter el líquido directamente en sus labios pero la mayor parte de él fue derramado, por lo que optó por beber un poco y hacer la entrega directa de su boca, era casi como si lo estuviera besando

Podía sentir la lengua intrusa abriéndose paso por su adolorida boca, apenas y podía pensar en tragar la escasa cantidad de agua que logró terminar el recorrido hasta su garganta, cuando finalmente le liberó, una escabrosa tos lo atacó colocándolo de rodillas en el suelo. Su atacante no dijo nada, simplemente le observó hasta que volvió a mirarle – ¿Qué fue lo que...? – su interrogante se perdió en el aire cuando el mayor se inclinó hasta su altura y paseó sus dedos por sobre sus labios, eran fríos, gruesos y ásperos, una sensación de esperarse considerando el quirk de éste

– Deberías preocuparte más por tus amigos – indicó regando algunas fotos sobre el suelo, "héroes" pertenecientes a los departamentos del resto de su graduada clase de heroísmo estaban retratadas en ellas – Es gracias a ellos que ahora estás aquí... llegaron justo a tiempo para entorpecer el trabajo de tus compañeros y dejarnos escapar – reconoció a algunos de ellos, viejos conocidos que solían frecuentar algunas zonas en las que él trabajaba – Tienen la orden de matar a Deku y Shoto si escapas – el rostro del cenizo palideció enseguida, pero su ira pudo más que su miedo y trató de abalanzarse sobre el causante de todo ese desastre, sin embargo, las cadenas que le sostenían evitaron que pudiera alcanzarlo, por más que halara de ellas era imposible, en un desesperado intento trató de hacerlas volar pero fue inútil, su quirk había sido desactivado – ¿Los reconoces?, los utilizan mucho en el Tártaro, grilletes inhibidores, tenemos otro par por si ese no es suficiente – alardeó burlonamente mientras retomaba su lugar en la pieza – ¿Quién es el inútil ahora?, pedazo de mierda... – sus ojos pasearon por sobre el cuerpo del héroe, su traje estaba roto gracias a la batalla y al poco cuidado que tuvieron al trasladarlo, si no tuviera que torturarlo, juraría comérselo

– ¿Qué quieres?, es obvio que no estás dispuesto a negociar así que suéltalo de una vez – el cenizo se había cansado de jugar a la víctima, era hora de buscar soluciones, por más escasas que parecieran ser

– ¡Directo al grano!, tal como me gusta – sonrió de lado a lado dejando a la vista aquella dentadura afilada que tanto le caracterizaba – En realidad no soy un hombre codicioso, no quiero riqueza o el poder que existe en el control de las cosas... – afiló su mirada sobre el cenizo y se relamió los labios, se acercó peligrosamente al aludido y éste retrocedió por impulso, las cadenas chillaron ante el movimiento y para cuando el ruido cesó, Kirishima se hallaba prácticamente encima de Katsuki – Te quiero a ti... eres el más grande trofeo que cualquier villano puede obtener, quiero tenerte a mis órdenes, intimidado y temblando de miedo – acercó su rostro a escasos centímetros del contrario, lamió sus labios observando el gesto asqueado de su víctima y luego susurró sobre ellos – Quiero que sientas lo mismo que he sentido todos estos años por tu culpa... Bakugo Katsuki, quiero quebrarte y desnudarte por completo... exhibir cada parte indeseable de ti, cada diminuto rincón de tu detestable existencia – su respiración comenzó a acelerarse al ritmo de sus palabras logrando que Bakugo se contrajera en su sitio; esperaba algún movimiento por parte de su agresor pero éste se levantó rápidamente del suelo y caminó hacia la puerta – La cena es en 15 minutos, más te vale no llevar esos harapos a la mesa – dicho esto, salió de la habitación cerrándola detrás suyo, los grilletes que sostenían al joven héroe rechinaron y descubrió que habían aumentado su longitud

Caminó alrededor de la habitación antes de toparse con una puerta andrajosa de madera, estaba corroída por la humedad y el tiempo, entró con cautela y se encontró con lo que parecía ser un baño, poseía regadera, lavamanos y un retrete, pero más allá de eso, estaba desprovisto de espejos o ventanas, todo era concreto sólido adornado únicamente por un conjunto de ropa al fondo de la ducha – Esto debe ser una puta broma... – Dynamight renegó al observar los atuendos, debía encontrar la manera de contactarse con el exterior antes de que aquello llegara demasiado lejos

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Bueno, esta es la segunda parte, ustedes díganme si quieren que lo termine con una tercera y última parte o lo dejo para un fanfic independiente con más capítulos y trama, estoy algo indecisa al respecto, así que háganmelo saber!!!

Ciao!!!!

#Kiribakumonth 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora