3.

26 5 0
                                    




Punto de vista Mei:

- Jack, hay aquí unos chicos muy pesados ​ que quieren verte, y que hasta que no salgas no se van.

Acabábamos de llegar al bar donde mi tio había trabajado durante toda su vida. Casi se me olvidada lo amargada que estaba la gente de este pueblo, y con la reciente actitud de la camarera, los recuerdos me iban invadiendo haciendo así recordar el como era mi pueblo. Aún así, a pesar de todo, sentía como poco a poco las piezas del puzzle iban tomando sentido y como esa sensación de sentirse, como en casa, que había perdido tres años atrás, volvía a apoderarse de mí

- Estoy ocupado, que vuelvan en otro momento - una voz ronca y grave se alcanzó a oír detrás de la barra.

- Tenéis que iros, el jefe ahora no puede atenderos.

- Deja de joder y déjanos pasar, ni que te costara la vida, que solo hemos venido a ver a nuestro tío -

- ¿Cómo tío? - La señora de repente fue echada a un lado de un empujón por parte de este.

- ¿Mei? – Su cara lo decía todo, nosotros nos miramos cómplices y acto seguido asentimos - ¡HAN VUELTO LOS SMITH! – grito eufórico por todo el bar.

- Nosotros también nos alegramos de verte - masculle mirando hacia abajo avergonzada.

- Pasad a la cocina, ¿queréis tomar algo sobrinos?

- ¿Tienes tabaco? – pregunto Luke, yo le mire bastante sorprendida, no pensé que le pediría algo así.

- ¡Luke! - le di un golpe en el brazo, lo cual le produjo risa a mi tío, ¿tanta gracia tenía?

- No te preocupes Mei - mostró su semblante preocupado – Toma sobrino - lanzó una cajetilla de Marlboro.

- Muchas gracias, tío.

Sinceramente, no me molestaba que fumara al fin, y al cabo, yo también lo hacía de vez en cuando, lo que realmente me había molestado habían sido sus modales.
No le quise dar gran importancia ya que se trataba de nuestro tio, pero realmente sentía que Luke tenía que cambiar en ese sentido.

- Bueno queridos Smith, ¿qué os trae de nuevo por aquí? – preguntó curioso.

- Nos aburrimos de la ciudad, ya sabes, nosotros siempre hemos sido de pueblo -

- Ya veo, ¿y vuestro padre? – Ambos nos miramos sin saber el como responder, no llegué a imaginar que nos preguntase por el. -Entiendo, entiendo, ¿os habéis escapado de casa? – Preguntó burlón.

- Me hace gracia la situación–. Se sumo a la conversación Luke-. Coma dije a mi hermana antes, yo a esto no lo llamaría "escaparnos", es más bien, coger a mi hermana y volver a casa. - Se encogió de hombros.

- ¿A sí que no lo llamarías escaparos? – Repitió sus mismas palabras seriamente.

- Si - sentenció.

- Sobrinos, ¡sois la ostia! Enserio, mis felicitaciones chavalines - alzo la voz haciendo así que resonara por toda la cocina. –¿Y dónde pensáis quedaros?

- Pues nos hemos mudado a nuestra antigua casa - aclare.

- Si, pero el problema es que no tenemos dinero para mantener los gastos de la casa – Añadió Luke.

- Vale, vale, a ver si me ha quedado claro, ¿habéis vuelto los dos solos al pueblo? - Asentimos al unísono- ¿No tenéis dinero para mantener la casa? - Volvimos a asentir, sentía el estrés de solo escucharlo-. Y supongo que Mei no estará ni matriculada en el colegio, ¿me equivoco? -Diana, no ha fallado en nada, es que ni se nos había pasado por la cabeza lo del colegio, menudo desastre, recordadme que la próxima vez que me escape de casa con Luke, sea yo la cabecilla de grupo.

- Haber, dicho así suena muy mal-. Mascullo Luke. -Tampoco te estamos pidiendo ayuda para mantener nada, ya se nos ocurrirá algo a nosotros - . Lo fulminé con la mirada. Acto seguido disimuladamente le di una pequeña patada de modo de advertencia, ya que no entendía lo que se le estaba pasando por la cabeza para decir semejante chorrada.

- ¿Con que no queréis mi ayuda? – Nos miró a ambos con semblante tranquilo, a lo que nos limitamos a asentir a la vez

- ¿Enserio? –Pregunte alzando un poco la voz.

- Canija no interrumpas a los mayores.

- Pe-pero.. y-y - Note como el pie de Luke se posaba sobre el mío haciendo algo de fuerza mientras tanto vi como mi tio, se había percatado de la situación y me guiñó el ojo.

- De verdad tío que no hace falta, no queremos molestarte nada más llegar.

- No es molestia, sois mis sobrinos, y os voy a ayudar en todo lo posible, ¿estamos? -Nos miró a ambos.

- Estamos, estamos. – Mire de reojo al cretino de mi hermano.

- Está bien, pero solo porque nos lo dices tú.

- Pues no se hable más, vamos a ver que desastre tenéis en vuestra casa- Se levanto y fue directamente hacia la salida. Luke y yo nos miramos un par de veces y sin decir nada más y le seguimos hasta la salida del bar.

Punto de vista Rhys:

Había pasado una semana desde que me enteré de la noticia más horrible que uno podía recibir. Sabía que en algún momento tendría que salir de mi cuarto y dejar de lloriquear por las esquinas, pero me era difícil, no podía asimilar el duro golpe que me habían dado.

La verdad, no estaba del todo seguro en cuanto a la mudanza aquella, sabía que Los Smith no volverían, porque como en la ciudad, en ningún lado, pero tampoco podía estar seguro al cien por ciento de que la chica del parque era la que se había mudado, a lo mejor se trataban de vecinos encantadores, pero claro, yo no quería a cualquier tipo de vecinos, yo quería a los que siempre había tenido desde que tenía uso de razón.

-Rhys cariño, no puedes estar aquí todo el día metido-. Mi madre entró sin llamar a mi habitación.

-Déjame, no tengo ganas de hacer nada.

- No puedes seguir escondiéndote del mundo aquí en tu habitación, algún día vas a tener que salir y afrontar la realidad-. Tenia razón, sabía que en algún momento de mi vida tendría que salir y afrontar todo lo que me atormentaba, pero sinceramente me costaba mas de lo que me imaginaba-. Y te digo otra cosa, ¿Qué mas da si la casa de al lado ya no es de los Smith? Sabíamos que este momento llegaría, y se que duele, pero hay que llevarlo de la mejor manera posible cariño.

Yo solo quería un poco tranquilidad, olvidarme de todo lo que mi cabeza pensaba, pero mi madre no ayudaba, es más, lo empeoraba todo por cada palabra que soltaba por su bocaza.

– No me mires así cariño, solo quiero comprenderte y ayudarte en todo lo que pueda-. Se sentó a mi lado.

-Joder mama, si tanto quieres ayudarme, pues déjame en paz y piérdete un rato. – Grite sin darme cuenta.

Esta sin decir nada más, se levantó y se giró para irse, la verdad es que me había sentido un poco mal después de haberla hablado así a mi madre, pero es que a veces en vez de ayudar, estropeaba más las cosas, y ciertamente ella lo hacia con su mejor intención, pero la verdad, su punto fuerte no era el ayudar a los demás.

-Por cierto, han venido tus amigos a verte-. Alzo la voz de nuevo, se la notaba algo enfadada.

- ¿Cómo? –Mi rostro se torno a confuso, no entendía por qué estaban aquí.

- ¿Cómo que como? ¿No habíais quedado hoy aquí? – Ostras, se me había olvidado por completo.

- Eh...no, nada, ahora mismo bajo. – Me levanté y cerré la puerta lo más rápido que pude.

Tenía que pensar en cómo podía despejar mi mente, en cómo dejar de sobre pensar las cosas, porque al final me volvería a pasar lo de hoy, y tampoco era plan el estar olvidándome de las cosas por estar pensando en algo que no podía remediar.

Ya listo, sin pensármelo dos veces, cogí un par de cosas y bajé lo más rápido que pude, no quería hacerles esperar más.

𝓪 𝓽𝓻𝓪𝓿é𝓼  𝓭𝓮  𝓵𝓸𝓼  𝓻𝓮𝓬𝓾𝓮𝓻𝓭𝓸𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora