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Punto de vista Rhys:
- ¡¿Mei Smith?!- Estaba confuso a la par de sorprendido, no sabía si de verdad era ella, o simplemente se produjo de una imaginación mía. - ¿Eres tú de verdad? -La toque la cara lentamente, parecía estúpido al hacerlo, pero es que seguía sin poder creer lo que mis ojos veían.

-Rhys, soy yo... Mei. - Al escuchar aquellas palabras no dude ni un segundo más en abrazarla lo más fuerte que pude, las lágrimas se deslizaron lentamente por mi rostro, estaba feliz, emocionado, conmovido, estaba en mi sitio seguro de nuevo, y la verdad, lo había extrañado durante todos estos años.

Mei me devolvió el abrazo, no quería q este momento acabara nunca, siempre pensé que nunca más nos volveríamos a ver, que ella se quedaría a vivir de por vida en la ciudad, y eso me aterraba, me hacía sentir fatal, pero siempre lo intentaba ocultar, porque siempre me intentaba hacer el fuerte, y no solo con mis amigos, sino que también me intentaba hacer el fuerte conmigo mismo.

-Ya estoy aquí.- Me calmaba, cosa que adoraba de ella, siempre era así con las personas, era buena gente, y eso fue lo que sobre todo me enamoro de ella, además de ser la persona más guapa que nunca en mi vida había conocido.- Nunca más te abandonare, ¿vale?-La verdad es que me tranquilizo bastante el saber que ella se quedaría, pero había algo q todavía no me encajaba del todo, pero tampoco quería darlo más vueltas, estaba conmigo, había vuelto , y ahora mismo eso me había convertido en la persona más feliz del mundo sin lugar a dudas

-Te eche tanto de menos. - Susurre en su hombro.

-Yo también Rhys, yo también. -Me agarro de las manos. ¿Qué te ha pasado? -Obviamente se iba a dar cuenta, ciega no estaba, al menos que yo supiera. -Esta todo bien?- Su tono de voz era casi un susurro, el cual demostraba que estaba preocupada, agobiada, me senti mal por hacerla sentir asi.

-No es nada, tranquila. - Aparte mis manos de las suyas y las escondí, siempre era ella la que acababa comiéndose todas las mierdas familiares mías, y no quería que nada más rencontrarnos lo tuviera que hacer también.

-No seas bobo, anda vamos a mi casa que te lo voy a curar. Se puso de pies y entendió su mano para ayudarme a levantarme, la verdad no sabía si estaba haciendo bien del todo, quiero decir, Tracy seguía siendo mi novia, y aunque ella desapareciese, mis amigos y yo la encontraríamos, es una promesa que nos hicimos el día que se fue y no dijo nada.

-Esta bien. - Acabe accediendo la mano de Mei, al fin y al cabo, éramos amigos, o eso creía yo.

Sin decir nada más, ambos nos pusimos camino hacia su casa, la verdad era que no podía ni mantenerme en pie de los nervios que tenía, pero intentaba controlarlos.

-Bueno, supongo que el camino a mi casa ya te le sabrás. - Rompió el silencio de nuevo Mei, tampoco me resultó incómodo del todo, pero la sensación de que me había dado era básicamente que ambos necesitábamos hablar.

-Como olvidarlo. - Me gire para poderla ver mejor, lo cual la produjo cierto nerviosismo. No era esa mi intención, tan solo quería que Mei estuvieran cómodos, que ambos estuviéramos cómodos de nuevo. - De hecho, Mei, quería contarte algo...- Estaba bastante nervioso, no sabía ni como empezar, es más, no sabía ni si podía contarle lo que sentía ahora mismo, los nervios me podía, tenía miedo de lo que podía pasar , de su reacción, y todo porque parecíamos completos desconocidos...

-Claro centavo. - Contesto bastante curioso lo cual me pareció bastante lindo por su parte, no quería decepcionarla y mucho menos perderla de nuevo, me aterraba el solo pensarlo enserio.

-Bueno, en realidad no es nada, olvídalo. - La sonreí y seguí caminando, los nervios pueden contra mí, como siempre, estaba harto.

-Supongo. - Note cierto descontento en su tono de voz, ya la había vuelto a fastidiar y nos acabábamos de volver a encontrarnos, no hacía absolutamente nada bueno, y eso me hacía sentir como una carga para el mundo entero. - Vamos, entremos a casa. - Finalizo la conversación a la par que entrábamos a su casa.

No os iba a mentir, en estos momentos sentí como si mi corazón se me fue a salir en cualquier momento, era una sensación bastante incómoda, pero tenía que hacerlo, tenía que superar esta angustia que desde hacía mucho la llevaba dentro, era ahora o nunca

Punto de vista Mei:

Cada minuto que pasábamos juntos era como si pasáramos cinco horas, se me estaba haciendo muy incómodo, pero tengo que admitir que me sentí a gusto, porque de alguna manera u otra, una parte de mi es como si hubiera vuelto a casa, y eso me hacia sentir en paz conmigo misma.

- ¿No esta hermano? - Pregunto Rhys volviendo un romper el silencio.

-Se fue a por unas cosas, no te preocupes. - Le sonreí dulcemente.

Sabía que ellos dos siempre se habían llevado bastante bien, es más, Luke le había considerado durante muchos años a Rhys parte de la familia, pero después de tantos años sin vernos, no sabía exactamente en qué punto estarían ellos dos, bueno, ellos dos y yo con Rhys. Pero lo que de verdad me preocupaba era el saber cómo reaccionaría mi hermano al saber que estuvo aquí Rhys Anderson, enserio, no quiero ni imaginármelo.

-Entiendo. - Su tono de voz era bastante nostálgico lo cual me hizo sentir igual aun sin saber el que le pasaba para estar así.

- ¿Estas bien Rhys? - No pude evitar el preguntarle, al fin y al cabo, por mucho que lo negara siempre, le seguía queriendo con todo mi corazón, y la verdad, no me gustó verlo así.

Este suspiro rendido, lo cual respondió a mi pregunta perfectamente. Le quería ayudar, pero de verdad que no sabía el que podía hacer por él, no sabía cómo había cambiado durante todo este tiempo, ni tampoco sabía si de verdad Rhys era el mismo que dejé cuando me fui, estaba confusa, perdida, estaba desolada por él.

No pude aguantar más mis sentimientos por dentro y me eché a llorar. Nunca antes Rhys me había visto así, pero ya iba siendo hora de que ambos nos abriéramos el uno al otro y que de verdad supiéramos quienes éramos y porque estábamos aquí, porque de verdad que yo daría lo que fuera por el...pero lo que no tenia del todo claro era que si el lo hará también por mi.

-Mei, todo va a estar bien, ¿vale? -Las palabras de este me resultaban familiares, es decir, como si alguna vez ya me las hubiera dicho, y en realidad nada había estado bien, por ese mismo motivo, no pude calmarme ni un poco. -Ya sé que no soy la mejor compañía para ti ahora mismo, pero quiero que confíes en mi por favor. - Las palabras de Rhys parecían sinceras, pero en mi interior aún se podía sentir el cómo todo estaba vacío y sin nadie, básicamente como cuando lo dejamos. -Se que no he sido la mejor persona, y tampoco te he tratado estos años como debería de haberlo hecho, me siento horrible por ello...Pero quiero que sepas que he cambiado, soy otra persona, otro Rhys Anderson.- Cada vez estaba todo más oscuro, mis ojos se estaban cerrando poco a poco, sentía como si me estuviera yendo, como si todo se apagara en mi interior mientras escuchaba hablar a Rhys de fondo.- Mei, si tan solo pudiéramos hablar, conversar de todo lo ocurrido durante todo este tiempo que no nos hemos visto, la verdad es que nos ayudaría bastante a ambos...¿Tu qué piensas?-De un momento a otro, todo se apagó en mí, como si de repente todo mi cuerpo hubiera muerto de la nada. Estaba en paz, tranquila, sin nadie a mí al rededor que me juzgara o criticara por cualquier cosa, me sentía a gusto por primera vez en mi vida conmigo misma.

- ¿Me-Mei?

𝓪 𝓽𝓻𝓪𝓿é𝓼  𝓭𝓮  𝓵𝓸𝓼  𝓻𝓮𝓬𝓾𝓮𝓻𝓭𝓸𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora