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Punto de vista Rhys:
Habían pasado ya dos horas desde que yo y mis amigos habían entrado a la fiesta, no os iba a mentir, lo estábamos pasando genial, el ambiente, la música, las horas, bueno, todo en general era increíble, lo único que me echaba un poco hacia atrás era el estar en la antigua casa de Mei, y no estar con ella, porque de nada me servía el estar aquí sin ella.
-Ya estoy aquí. – Regreso Noah después de una larga espera, ya pensaba que no regresaría.

-Joder tío, ¿te has perdido? – Se quejo Harry, como no.

-Pues no listo, simplemente había mucha gente. - Se defendió mi amigo, de hecho, a Noah no le sentó demasiado bien lo que Harry le dijo, se lo pude notar en su tono de voz, en como respondió.

-Eso tío, que no te enteres. - Oliver se sumó a la conversación, y la verdad que para haber dicho semejante tontería, podría haber llamado, que no había aportado nada.

Mientras ellos dos reían sin parar de la situación, yo no pude evitar el mirarlos mal, y mas sabiendo que se estaban riendo de Noah, y el problema no era ese, que también lo era, el problema de verdad se encontró en Noah, en como era el ante estas situaciones, todos sabíamos que Noah era un chaval de mas de sentido, es decir, que todo se lo tomaba de mas de personal, y aunque todo esto fuera una estúpida broma de los imbéciles de nuestros amigos, sabia que a Noah le afectaría en algún momento.

-Sois una imbéciles, ¿lo sabias? - Intente cambiar de tema, ya se que no era la mejor manera de hacerlo, pero sabiendo en las circunstancias en las que nos encontrábamos, no encontramos ninguna otra solución mejor.

Noah me dedico una sonrisa, sabia que en cierto modo me lo estaba agradeciendo, nada mas que vierais como la cara de este habia cambiado de un momento a otro, y eso me hacia feliz, muy feliz, por una vez yo habia sido el conciliador del grupo, y eso era bastante raro, porque de normal yo era el que generaba los conflictos, y casi siempre con Harry.

-Bueno, ¿y ahora que hacemos? -Pregunto Oliver.

- ¿Vamos a por algo de beber? Estoy sentado. – Propuse, tampoco utilizar muchas mas cosas que hacer, porque bailar no lo íbamos hacer ninguno de los aquí presentes.

-Por mi bien, tampoco se me ocurre nada mejor. –Oliver acepta.

Dicho eso, todos empezamos a caminar en busca de algo para beber, pero era casi imposible el moverse por la casa, había demasiada gente como para viajar a gusto.

Pasados ​​unos cinco minutos, aun seguimos intentándonos abrir paso entre la multitud de gente que se encontró en la sala de estar, enserio, recordadme no volver a ninguna fiesta, esto definitivamente no es mi ambiente ideal.

- ¡Arg! - Se quejo una chica al chocarnos cuando intentábamos pasar. - Mira por donde vas acosador. - No me lo podía creer, esa voz solo podía ser de una sola persona.

-Vaya por dios, no me libro de ti ni en una fiesta con mil personas en ella. – Ironía.

Es que no sabia ni como se llamaba, y suponía que ella tampoco sabia mi nombre, pero el odio que nos usaba el uno hacia el otro era bastante obvio.

-No le hagas ni caso, es gilipollas. – Vaya por dios, Harry si no se sumara a la conversación, explotaba. - Soy Harry, encantado. – Le guiño un ojo, vaya pringado de verdad.

-Si, el acosador del parque, ¿cómo olvidarte?! - La chica se entusiasmó bastante al decirlo, pero no era entusiasmo de emoción, si no de ironía pura y dura.

Yo no pude evitar las ganas de reírme de mi amigo, porque la cara que se le había quedado después de la contestación de la chica fue de película, enserio, pagaría por volver a ver su cara mil veces más.

𝓪 𝓽𝓻𝓪𝓿é𝓼  𝓭𝓮  𝓵𝓸𝓼  𝓻𝓮𝓬𝓾𝓮𝓻𝓭𝓸𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora