Siempre unidos por amor

8. Un encuentro agridulce

Un nuevo amanecer llegaba a la ciudad y con ello un bello comienzo de día para Leia que girándose en la cama deseaba abrazar a Lincoln para para así fuese él lo primero que viera al abrir los ojos, pero por más que buscaba con su mano no podía encontrarlo, entonces se giró al otro lado teniendo ya una expresión de disgusto en su rostro, pero nuevamente no pudo sentir al chico por ningún lado así que rápidamente se sentó en la cama molesta mirando a su alrededor dándose cuenta que estaba sola y soltando un grito maldiciendo el nombre de Lupa la cual por su parte, se encontraba aún dormida abrazada a su hermano de cabello blanco al cual había ido a buscar en la madrugada con la excusa de que había tenido una pesadilla. El chico también se encontraba profundamente dormido con una sonrisa abrazando tiernamente a Lupa, una escena sin duda conmovedora.

Aún faltaba para que fuese la hora de levantarse y parecía ser que ninguno de los dos tenía la intención de hacerlo, sin embargo, un dulce aroma de pronto inundó la nariz de ambos ocasionando que se sentarán al unísono en la cama inhalando profundamente aquel maravilloso olor dulce a pastel, crujientes galletas de las cuales incluso el olor a chispas de chocolate llegaban a ellos, suaves panqueques y deliciosos waffles bañados en mermelada, jarabe de chocolate o coronados con deliciosas moras, fresas y cerezas. La claridad con la que se podían imaginar cada uno de los platillos con tan sólo el aroma denotaba el esfuerzo y cariño puesto a la hora de cocinar los, incluso el aroma a leche caliente perfecto para comenzar el día podía ser olido con gran facilidad.

Eran muchos los aromas que llegaban a ellos, cada uno más delicioso que el anterior y hacia que se les hiciera agua la boca, ante tal hecho el chico después unos segundos regocijado por el olor con una sonrisa se puso de pie para correr al comedor para sorpresa de Lupa que no le dio tiempo ni de reaccionar por el maravilloso aroma que le hacía agua la boca, ella también se levantó para poder ir al origen de aquel magistral aroma.

Incluso Loan desde su habitación pudo oler el delicioso aroma a dulces pasteles y galletas, la chica estaba cautivada por el olor hasta que recordó quién sería la única que podría provocar aquel aroma con sus preparaciones, esto la puso nuevamente nerviosa e insegura pues su llegada indicaba también la llegada de otra persona a la cual no tenía ánimos de ver por lo que sentada en la cama se cubrió con sus sábanas a espera de la llegada de Lincoln con si desayuno aunque en su rostro reflejaba la inseguridad que poseía en aquel momento.

Por otro lado el chico estaba llegando a la cocina al igual que Leia que al sentir el aroma al igual que Loan no le costó imaginar de quién se trataba y por ende se apresuró para evitar que Lincoln llegase primero, pero no fueron los únicos pues todos los niños y niñas del lugar que se despertaron con tal delicioso aroma rápidamente se dirigían al comedor aunque ambos tenían la ventaja. Lincoln podía esquivar y pasar entre todos con rapidez y cuidado de no pasar a llevar ninguno, por otro lado Leia solo iba de frente pues por más que todos se sintieran cautivados por el aroma, sin dudar todos le abrían el paso a la pequeña.

A pesar de que ambos se dirigían con rapidez, el primero en llegar fue el chico que había partido antes y en cuanto llegó rápidamente entró a la cocina para ver a quién sabía era la responsable de ocasionar aquel delicioso olor.

"¡Liena has vuelto!"

Gritó el chico a la quién se encontraba de espaldas a él preparando los platos para servir. Al momento de oír su voz ella rápidamente se giró con una gran sonrisa cerrando sus ojos dándole una tierna expresión llena de amor e inocencia.

Liena: Lincoln, buen día [dejando las cosas en la mesa se voltea extendiendo los brazos para así indicarle que la abrazará, cosa que rápidamente hizo mientras sonreía igual que ella] me alegra tanto verte uhmmm~ [acariciando su mejilla con la suya] no me quiero separar de tí nunca más [acaricia su cabello y su espalda] me alegra tanto verte