11. Con severidad y amor

966 89 54
                                    

La hora del almuerzo había acabado y el chico no podía estar más tenso, no había salido del cuarto de Liby hasta hace muy poco, no era que no le gustase cuidarla ni mucho menos, de hecho con gusto la había atendido pues realmente a pesar de que no siempre podían hablar debido a las intervenciones de Lupa o Leia, su salida juntos le mostró que con el debido tiempo a solas ellos podían llevarse bastante bien además de que tenían muchas cosas en común lo cual les daba más puntos a favor para ser grandes amigos a su punto de vista, pero el problema era que durante todo esté tiempo y durante toda la hora del almuerzo no había visto a Lyra por ninguna parte, tampoco a Lupa y esto sí que era muy preocupante para él, después de todo no era ningún secreto que después de él quien más la iba a ver o jugaba con Loan era precisamente la chica de cabello blanco. Esto genuinamente le preocupaba, no era que no confía se en Lupa como en las demás, pero sabía mejor que nadie lo "protectora" que podía ser con las personas que ama o quiere mucho como él, Lizy y por último Loan, que aunque no lo admita para Lincoln era obvio que ella deseaba poder ayudarla a salir de su habitación, siempre bromeaba respecto al tema o le sugería disimuladamente que saliera aunque nunca daba resultado, ella no dejaba de intentarlo y era por está actitud que sabía no le facilitaría las cosas a Lyra, pero quería creer que a pesar de esto habían logrado solucionar las cosas. Sin embargo, su inquietud y nerviosismo eran notorios por como movía su pierna constantemente además de que siempre que podía giraba sus ojos en dirección al pasillo por el cual se encontraba la habitación de la chica de cabello rubio.

Liena: Conejito la señorita Eleonora me dio el dinero para que vayamos... [alegremente le habló con una dulce sonrisa, pero rápidamente se percató que él ni siquiera se dio cuenta de que estaba a su lado] ¿Conejito?

La chica iba a tomar su hombro preocupada por el hecho de que no le responda, algo muy impropio en él, pero no tuvo tiempo de hacerlo pues de pronto una joven de particular cabello castaño claro como sí estuviese desteñido se abalanzó sobre él en una fracción de segundos.

El chico no pudo evitar soltar un grito del susto mientras caía junto a la responsable quedando está encima de él provocando que él se sonroje.

Lincoln: ¡¿La-Lacy?!

Lacy: ¡Escuché que irían a comprar! Yo también quiero ¿Puedo? [le mira con ojos llorosos haciendo un puchero dándole un adorable aspecto aunque su emoción la hacía moverse de adelante hacía atrás provocando la incomodidad en Línea que miraba esto] ¿Eh? ¿Qué dices? ¿Puedo, puedo?

Lincoln: {e-esto... S-se siente... Raro...} Eh, ah... S-sí, pe-pero... Por favor no te muevas más...

Lacy: ¡¡Síii!! ¡Gracias Linky!

Liena: E-en realidad Lacy... Esto era... Algo bueno, entre él y... Bueno yo... Ah~ supongo que tenemos muchas cosas que traer... [no pudo evitar estar de acuerdo, pero aún así se podía apreciar la decepción en su tono de voz, pero esto paso a molestia rápidamente por la forma en la que se había movido y aún seguía estando encima de él] por cierto... ¿No te había dicho hace tiempo que no hicieras esas cosas? Pudiste lastimarlo además no es bueno que te acerques tanto cualquier persona...

Lacy: Pero a él no le molesta además... Él no es cualquier persona, es mí pareja [volteando a verla le explicó sonriendo alegremente]

Liena: ¡¡¡¿Pa-pa-pa-pareja?!!! ¡¡¿Aaaaah?!!

El shock fue tan grande para l chica que por un momento pudo sentir como su alma abandonaba su cuerpo o al menos pudo sentir como perdía las fuerzas pudiendo desmayarse en cualquier momento por lo que se apresuró a sentarse. Tratando de calmarse cerró sus ojos dando un largo suspiro intentando negar mentalmente lo que acababa de escuchar. Luego de un par de segundo miró fijamente al chico que por alguna razón que no comprendía lo hizo sentir un escalofrío al igual como cuando lo ve Leia después de que hizo algo malo según la pequeña aunque nunca lograba comprender el qué, está vez sentía que podía decir la razón.

Siempre unidos por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora