20. El León y la gasela [parte 1]

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Italia. Templo Sagrado Iuramenti.

En el ostentoso y enorme templo de grandes pilares de mármol, hermosa cerámica brillante y enormes cuadros con figuras divinas, escritos y algunas personas importantes alrededor de la historia se puede ver a una mujer correr rápidamente estando algo agitada por uno de los grandes pasillos del lugar donde todo relucía con colores blancos, dorados y celestes. Siempre el mismo patrón de tres colores.

La mujer finalmente al llegar a su destino abrió las enormes puertas de par en par mientras gritaba el nombre de alguien o más bien del rango que esté poseía el cual únicamente parecía orar frente a una enorme escultura y un mueble de roble en cual yacían cuatro filas cada una con diez velas.

???: ¡¡Caelestis Custos!! ¡¡Caelestis Custos!! ¡¡Caelestis Custos!! [se acerca la mujer rápidamente al hombre el cual al notarla da un suspiro para voltearse a verla y ella se detiene en frente de él para arrodillarse bajando la vista] santo es el cielo y santas son mis palabras, perdone que me dirija a usted de improvisto

Caelestis Custos: [con una sonrisa alza su palma frente a ella] santo es cielo contigo y la sabiduría sea contigo. Sacerdotisa Nicole no le veía desde su misión en territorio conflictivo ¿A qué se debe que se encuentre tan alterada?

S. Nicole: ¡Sí! [colocándose de pie y firme le habla con un rostro algo molestó] señor ¿Son ciertos los rumores de Estados Unidos? ¿Es verdad que solo enviamos poco personal allí?

Caelestis Custos: Oh veo lo que te preocupa, pero no te mortifiques. Hemos enviado apoyo como señal de buena fe, pero claro está no estamos de acuerdo con lo que se intentó hacer, pero hemos estado recabando información al respecto y descubrimos cosas preocupantes

S. Nicole: ¿A qué se refiere señor?

Antes de responderle el hombre comienza a caminar y ella le sigue.

Caelestis Custos: Verás, por lo visto allí hace un par de años ha nacido una niña con una inteligencia prodigiosa la cual la ha convertido en una de las jóvenes promesas para el futuro de su nación. Sin embargo, por lo visto ni ellos mismos pueden controlarla ni tampoco utilizarla

S. Nicole: ¡Malditos! ¿Quieren utilizar una pequeña para sus sucios planes verdad?

Caelestis Custos: Sacerdotisa Nicole, no es bueno juzgar a otros, menos cuando nuestros métodos no se distancian lo suficiente

S. Nicole: ¿Qué? Señor con el debido respeto...

Caelestis Custos: Tú, Magda, Violette, Artemisa y nuestros sacerdotes William, Adams y Lirio son huérfanos al fin y al cabo los cuales ofrecimos a nuestros dioses con tal de mantener el mundo en paz

S. Nicole: Y siempre es y será un honor señor...

Caelestis Custos: Lo sé, lo sé, pero... Me disgusta el pensar lo mal que está el mundo para que nos hayamos visto en la necesidad de criar una nueva generación de sacerdotes aunque bueno... Gloom ha sido más que suficiente

La mujer al escuchar su nombre se detuvo sintiendo un escalofrío el recorrer todo su cuerpo y unos pasos más adelante el hombre también lo hizo volteando a mirar el rostro de la mujer, uno que denotaba miedo, inseguridad y preocupación, pero el guardó silencio observando atentamente como ella salió de su estado de shock para mirarle algo nerviosa.

Siempre unidos por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora