25. El preámbulo de nuevos comienzos

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En la tienda de antigüedades y curiosidades de Fergal esté se encontraba acomodándose la camisa mientras que Beatriz se colocaba su largo vestido negro frente a él haciendo que no despegue su vista.

Beatriz: ¿Quieres que te clavé una aguja ahí abajo?

Fergal: Tú quieres que te vuelva a clavar... [rápidamente se inclina hacia atrás al ver como ella sacaba una aguja bastante larga con la que le amenazaba] {ninguna soporta una bromita} va-vamos no me harías daño ¿Verdad?

Beatriz: Eso depende de tú comportamiento... [guarda la aguja entre su vestido para luego sentarse sobre el mostrador en una pose muy provocativa] ¿Y qué harás con la amenaza de esa mujer?

Fergal: ¡Ja! [se sienta dando un giro en la silla para luego verla a los ojos con una sonrisa] ¿A eso le llamas amenaza? Solo me está intentando intimidar para que no deje el trabajo, creo que tendré que hacerle una visita para explicarle un par de cosas

Beatriz: ¿Seguro qué puedes con ella? Conmigo a penas pudiste [le responde con un juguetón tono burlón]

Fergal: Muy graciosa ¿Estuve en una explosión sabes? Que siga vivo demuestra que soy más poderoso sus dioses ¡Jajajajajaja!

Beatriz: Ojalá algo te subiera tanto como el ego jajaja

Fergal: [rápidamente se acerca desafiante a la mujer y azota su mano al costado de dónde se encontraba sentada acercando su rostro al suyo] ¿A caso quieres que sea más agresivo?

Beatriz: ¿Ah crees poder? [devolviéndole la mirada desafiante le toma del cuello de la camisa]

Los dos iban a volver a desatar toda su pasión una vez más, pero la puerta de entrada fue abierta de golpe por una patada.

Leia: ¡¿Qué clase de tienda de quinta cierra a las dos de la tarde?!

Beatriz rápidamente se bajó y se colocó al lado del hombre que aún seguía inclinado hacia delante esperando un apadionado beso que ya no llegará por lo que con total desprecio miró a las instrusas.

Fergal: ¡Cualquier tienda con alguien que quiera comer! ¡Como yo! ¡Yo iba a comer hasta que llegaron malditas alimañas! [gritaba dando palmadas a la mesa muy molestó para luego apuntar a la salida] ¡Largo de aquí!

Leia: [saca un encendedor] ¿Quieres que mande devuelta al infierno tú maldita tienda?

Beatriz: ¡Oye niña no...

Leia: ¡Y tú...! Sí no quieres que le diga a la hermana Eleonora que tú disque paseo fue otra escapada será mejor que vuelvas ¡Ya!

Beatriz: Como te atreves...

Lupa: Sabes, sí van a hacer esas cosas deberías cerrar las cortinas, seguro que le encantarán estás fotos [con una maliciosa sonrisa saca su celular revelando algunas de las fotos que les tomo, pero de repente esté slaio volando a las manos de la mujer] ¡Ey!

Beatriz: Buen intento niña, pero conozco sus mañas, ahora ¿De dónde sacaste el encendedor? [preguntó con una fija mirada aterradora a Leia aunque está a diferencia de Liby que estaba detrás de ella asustada, no se dejó intimidar y señalo al hombre]

Cuando la mujer se giró para verle furiosa se percató que él ya no estaba, se escabulló hasta la puerta trasera para intentar escapar dejando la cerrada con llave para ganar tiempo, pero mientras se acercaba a su vía de escape la puerta fue rota por varios hilos.

Fergal: ¡A por favor! Ni que forzar una cerradura fuera tan difícil, es la segunda puerta que ¡Agh!... [de pronto cae al suelo dándose cuenta que cerca de él habían tres agujas y que una de sus piernas estaba atada para luego ser arrastrado devuelta] ¡¡Nooooooo!! ¡¡Ayudaaaaa!!

Siempre unidos por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora