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Nota de la autora: Antes de comenzar quería decirles que este es un tipo "maraton" serán de 2 capítulos seguidos, también quería decirles que no tuve mucho tiempo de editarlos, así que disculpen las faltas de ortografía. Espero los disfruten.

MARATÓN : 1/2

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MUNICH, ALEMANIA.

Volver a Alemania fue un respiro.

Fue aire fresco en medio de un poco de certidumbre.

Admito que llegar a Alemania me trajo muchos recuerdos, y al parecer no fui la única. Kaia y yo habíamos estado hablando sobre todo lo que había pasado y sobre los nuevos planes que tenía.

Con mamá hable bastante tiempo. Hablamos sobre cosas de la última vez con los que ahora estaban más tiesos que yo al bailar. Claro, tampoco fue el tema central.

Pase leyendo todo el tiempo en el avión. No había leído desde que paso todo y creo que necesitaba desconectarme un poco del mundo. Mamá me echaba ojeadas de vez en cuando.

Al llegar a casa, entre a mi recámara.

Todo estaba como lo había dejado.

Tomé una respiración y me deje caer en la cama, cansada. Mire las maletas con cansancio, me volteé, evitándolas.

Ya mañana desempacaría.

Así que ahora a disfrutar mi gran momento de descanso y gloria.

Al día siguiente de haber llegado, tomé la decisión que ese día desempacaría, y acomodaría todo. Así que con un poco de cansancio decidí levantarme de la cama.

Me mire al espejo y medite un momento. Volteé hacia alrededor de mi recámara, analizando que podría hacer con los libros nuevos. Hice un tipo de estructura sobre cómo acomodaría todo.

A pasos lentos, me dirigí de nuevo a la cama y me deje caer con mucho cansancio. Puf, tenía que reacomodar todo.

A lo lejos oí pasos acercándose a mi recámara y seguido la puerta abriéndose.

- Oh, me alegro que hayas despertado - la voz de mi madre habló. Paso por delante de mí dirigiéndose a las cortinas y dejando lo que parecía una carga de ropa sobre la cama.

- Mmh - masculle y volteé mi cara hacia otro lado para evitar que la luz me diera en la cara.

A pesar de no verla, supuse que había puesto mala cara. Solo sentí como cierto peso se había puesto a lado mío.

Seguido, sentí la mano de mi madre acariciando mi cabello, de forma tenue y delicada, como si fuera lo más preciado del mundo.

- Vamos, aún falta desempacar - me susurro calmada.

- No quiero, aún soy joven - masculle, a lo que ella río.

- Eso no tiene nada que ver - rebatió - Puedes hacerlo después de desayunar - propuso

Yo volteé mi cara para verla, la luz le daba en la cara haciendo que sus hermosos ojos azules le brillarán. Mi mente viajo a mis padres, ¿Cómo era posible que ellos tres la conquistaran? Me pregunté, después de todo, quería hablar seriamente con mamá sobre cómo conquistó a alguien tan frío como Peerce.

Mi vida como una STEIN (fancic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora