Guia para enamorar a la deportista Boschlow

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Oh...estupido cupido....

La campana sonó, dando aviso a el nuevo inició de clases, los grupos de estudiantes menores y mayores abarrotaron la entrada.

Los mayores utilizando su uniforme distintivo a los de un grado menor a ellos.

Una chica de cabellos castaños acomodo uno de sus coloridos mechones resaltando entre el color tras una de sus orejas, caminando con nerviosismos entre la multitud.

Ya no vería más a sus amigas de octavo grado, ahora tenía catorce y tendria que enfrentar un nuevo cambió de colegió. A Hexide.

— ¡Cuidado niña! — Un chico robusto la empujo al pasar corriendo junto a ella, provocando que chocara con alguien más.

Algo no tan grave, de no haber sido porqué en sus manos llevaba sus materiales para clases de artes las cuales comenzaría cómo extra.

Entre ellas un tintero...un tintero de tinta negra la cual dejo una enorme mancha en el sacó azul.

— ¿Ah? — El mayor con el cual había chocado se miro la mancha en el costado izquierdo.

La castaña termino debido a el choque sentada en el suelo, con materiales regados y manchas de tinta en su sacó crema.

— ¡Perdón! No quería ¡Perdón! — Asustada agacho la cabeza esperando el regaño, había escuchado qué todos en ese colegio o al menos la mayoría venían de familias acaudaladas.

Qué los mayores podrian ser aterradores si se te ocurria si quiera mirarlos por mucho tiempo.

— ¿Estas bien? ¿Te lastimaste? — El chico se busco en los bolsillos un pañuelo blanco con el cual intento torpemente limpiar las manchas.

— Disculpame me quede embobado — Su mirada se cruzo junto a la de el mayor y pudo verlo mejor.

Los mechones en un tono similar al magenta descansando en su rostro, los lentes redondos, las orbes casi negras que le miraban con preocupación.

— Perdón soy un idiota y un grosero, soy Morn Dasu Morn — Dasu la ayudo para levantarse y se apuro a levantar los libros y articulos regados por el suelo.

— ¡Perdóname tú! Mira tu saco ésto es un desastre — La chica nego con la cabeza, sintiendose aun preocupada por un regaño. — Soy Yarah.

Le extendió una mano, la cual Dasu acepto en un saludo antes de qué ambos comenzaran a reír.

— Bueno ésto es un desastre apuesto que el director nos va a dar una...

La sonrisa en el rostro de Dasu se borro al escuchar un craspeo tras el, un hombre mayor se aclaro la garganta.

— ¡Director Bump! Yo choque bueno ella choco ¡Fué mi culpa! —.

— Fué un accidente director disculpé ya sabemos cómo es Morn — Un chico más alto y curpulento se unió a la charla.

Las chicas gritaban y suspiraban emocionadas al verlo pasar, el viento parecía estar en algun acuerdo para hacer lucir su cabellera anaranjada genial con cada movimiento.