Algo nuevo

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—No podemos solo esperar a que vivas tu luna de miel y luego regreses —espetó Christian, furioso.

Habían estado un largo rato discutiendo sobre el plan de Dante en la sala, estaban nerviosos, asustados y confundidos.

—No habrá tal cosa —gruñó Dante, apretando sus molares—. Me libraré con alguna excusa.

—Sabes que no puedes evitarlo —insistió Christian, retándolo con la mirada.

—Acompáñame, Christian —llamó Dante, intentando controlar su furia.

Dante sabía que Christian estaba enojado porque estaba con Karel.

—¿Qué? —espetó, una vez saliendo de la casa.

Todos los miraban por la ventana como si fueran dos seres peligrosos.

—No puedes seguir con esto, debes apoyarnos. Sé que no podrás perdonarme, pero tienes que entender que...

Christian le dio un golpe en el rostro, interrumpiéndolo. Dante sintió el dolor atravesar cada músculo de su cara.

—¡Eres un maldito asesino! —gritó Christian, intentando golpearlo de nuevo.

Dante lo tomó del brazo y le enterró el puño en la mejilla. De un momento a otro se volvió un festín de golpes, gritos y sangre. Christian lo derribó y no paraba de golpearlo, hasta que Dante se llenó de furia y lo puso debajo de él, los puños de Dante aterrizaban en el rostro de Christian una y otra vez, pero Christian se levantó tambaleándose y justo cuando se iba a lanzar sobre Dante de nuevo llegó Jayden a tomarlo por atrás.

—¡Déjame! —gritó, mientras Jayden intentaba agarrarlo—. Lo mataré, así como él mató a mi padre.

Karel estaba asustada y agradecida de que Charly aún no se hubiera despertado.

—¡Lo maté porque no podía controlarme, era un maldito, sí, pero siendo yo jamás lo hubiera hecho! —gritó Dante, limpiándose la sangre de los labios.

—Eras tú mismo, hijo de puta.

Más golpes vinieron de parte de ambos hasta que los gemelos lucharon por separarlos de nuevo.

Dante tenía una mirada llena de furia y culpa, mientras que Christian solo irradiaba odio y desprecio.

—Conociste a mi padre. —Christian comenzó a llorar sin dejar de ver a Dante a los ojos—. Tú le prometiste cuidarme como a un hermano y y lo mataste.

Se sintió asqueado de él mismo y por primera vez en mucho tiempo pudo sentir un terrible dolor que emanaba de sus heridas interiores, la culpa. Sus ojos picaban por las lágrimas que amenazaban por salir, pero las contenía. Quería a Christian como el hermano que nunca tuvo y había querido a su padre como si fuera el suyo.

—Perdón —articuló, casi sin voz.

—Jamás te perdonaré, no después de todo el daño que has causado.

—Vamos adentro —le dijo Jaylen a Christian—. No tiene caso seguir así.

Christian siguió a Jaylen. Dante miró a Jayden indicándole que se fuera.

—Vamos a curar esas heridas —dijo Karel, al llevárselo a la habitación—. Estás sangrando horrible.

—Él tiene razón, su padre Owen siempre fue un hombre honorable —dijo Dante, reteniendo las lágrimas—. Me quería tanto como a su hijo, yo lo amaba como si fuera mi padre.

—No eras tú.

—¡No! —gritó Dante, pasándose las manos por el cabello en señal de frustración. —Era yo, disfrutaba hacerlo, sentía placer, todas esas muertes, tu madre, su padre, niños, niñas como Charly, ¡por dios! Yo... yo merezco morir de la peor manera. —Las lágrimas brotaban sin parar y Dante comenzó a sentir todo ese dolor que había estado evitando—. No merezco nada bueno.

LA CIUDAD FRÍA  {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora