—Karel, llegamos —llamó Dante, después de horas.
Su sueño era profundo, así que dejó de intentar despertarla y comenzó a sacar las maletas. De pronto escuchó un ruido, vio hacia Karel, pero ella seguía dormida, entonces tomó el control de la casa y apretó el botón blanco. La casa comenzó a quitar el color de los ventanales, lo que antes parecía ser un reflejo del bosque, ahora era solo cristal. Había un hombre pasando por la recámara, alguien lo estaba vigilando.
—Karel, Karel, Karel —movió, desesperado.
Karel despertó, vio los ojos de Dante y sintió preocupación.
—¿Qué pasa?, ¿ya llegamos? —preguntó confundida.
—Necesito que te pongas los pupilentes blancos, vamos, hazlo rápido.
—¿Qué? Yo no sé como hacerlo, siempre me ayudaba Chris o tú.
—Tienes que encontrar la forma, iré a hablar con ese hombre.
—¿Qué hombre?, dime que pasa.
—No hay tiempo, viene hacia acá.
Se puso nerviosa. Dante sacó los pupilentes del estuche y quiso ponérselos, pero no le dio tiempo.
—Él está muy cerca —susurró, sin saber que hacer.
—Señor —saludó un hombre detrás de ellos.
Karel se paralizó.
—Por ningún motivo salgas del auto —susurró Dante.
Karel hizo lo que le pidió. Dante sacó la cabeza del auto y cerró la puerta.
—Señor Hemingway —nombró el hombre, con una sonrisa maliciosa.
—Pierre —saludó Dante, serio—. ¿Qué hace aquí?
—Su padre me envió, quería verificar que todo estaba en orden para su llegada.
Al escuchar que el padre de Dante estaba vivo se quedó boquiabierta. El padre de Charly estaba vivo y Dante lo sabía.
—Bien, yo le he dicho a mi padre que no me gusta que entren a husmear a mis casas, así que le advierto a usted y un mensaje para él, al próximo que encuentre husmeando mi casa, lo mataré —amenazó—. Puede irse, señor Pierre.
—¿Es su prometida la que está en el coche?, quisiera felicitarla por el compromiso —dijo el hombre, yendo hacia la puerta del auto.
—Sí —respondió, sosteniéndolo del brazo—. En este momento ella está cansada por el viaje, espero comprenda.
—¡Oh!, está bien. Bueno señor Hemingway, un placer haberle visto, espero verlo en la reunión de está noche —se despidió, estrechando la mano de Dante.
—Ahí estaré.
Dante espero a que Pierre se subiera a su auto para ir con Karel.
—Vamos —dijo Dante, abriéndole la puerta a Karel.
Ella se quedó ahí sin moverse.
—Dije que salgas de la camioneta.
—Tu padre está vivo y todo este tiempo mentiste —reclamó.
—No me interesa que ese bastardo siga vivo —soltó, comenzando a molestarse.
—¡Ya sé que a ti no te importa nada, ni nadie!, ¡¿solo importas tú no?!, ¡¿y qué pasa con Charly?! —Karel sentía un nudo en la garganta.
Dante golpeó la camioneta provocando que Karel diera un brinco.
—¡Sal de la maldita camioneta!
Salió con miedo y se contuvo para no llorar. Recordó como su hermano la había mandado a matar sin importarle todo lo que ella había sufrido y era lo mismo que hacía Dante con Charly al no decirle que su padre estaba vivo. Caminó hacia la casa y pudo ver que esta parecía un cubo de cristal. Toda la casa por fuera era de cristal reflejante, el bosque se reflejaba en ella. Dante llegó con las maletas.
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LA CIUDAD FRÍA {TERMINADA}
Novela Juvenil-Karel, las emociones no se van del todo. Es verdad que no siento amor, compasión, tristeza y todas esas cosas que solo te vuelven vulnerable, pero en cada ser de esta ciudad hay un vacío que es imposible llenar, es como cuando. -Le dio una calada a...