•CAPITULO 3
-Esto fue un completo desastre- entro a su departamento un rubio totalmente frustrado.
Jimin arrojo su bolso y las llaves a la mesa de la sala, detrás de él, un pelinegro observaba todas sus acciones con sumo cuidado.
-¡Tan solo mírame!- dijo palpando su atuendo mientras se miraba en uno de los espejos de la sala- Ay no, pude haberme arreglado más- cohibido el pelirubio, ahora miro a su novio- ¡¿Por qué no me dijiste que me veía tan simple?!
Jungkook mordió sus labios, sabía que si no usaba las palabras correctas la situación se saldría de control. Por lo que acercándose cuidadosamente, poso sus manos en los hombros de Jimin, comenzando a acariciar estos para relajar la tensión.
-Mi amor, no te lo dije porque para mí estás perfecto- sonrió levemente- ¿Qué más deseabas ponerte? Con esto luces fenomenal, atrajiste por completo la atención de todos en la fiesta, eso hasta me puso celoso- esta vez, Jungkook le regaló una sonrisa más grande, mostrando sus hermosos dientes
Jimin llevaba puesto un saco color negro con unos cuantos destellos plateados, un pantalón de vestir a la medida y una camiseta cuello v del mismo color, su cabello rubio iba peinado hacia tras y llevaba unos pendientes plateados de aro pequeños, con un maquillaje que transmitía total sensualidad y elegancia.
Jungkook lo miro de arriba abajo sin poder comprender que era lo que causaba tanta inseguridad en su hermoso novio.
-Solo lo dices por qué eres mi novio y si hubo alguien que siquiera noto mi presencia debió ser por los efectos del alcohol- cabizbajo, Jimin apartó las manos de Jungkook de sus hombros- Te recuerdo que cuando llegamos ya tu equipo llevaba unos cuantas copas encima.
-Bebé, ¿Te paso algo en los momentos que no pude estar junto a ti? ¿Te dijeron algo que te hizo sentir incómodo?- preguntó en voz baja mientras levantaba delicadamente el rostro del rubio.
Los ojos de ambos se encontraron, y Jungkook pudo ver un destello de tristeza en los contrarios. Era obvio que algo había pasado.
Desviando su mirada, Jimin nego, y dándose la vuelta, se dirigió a su habitación.
Jungkook solo se quedó de pie, viendo cómo Jimin se encerraba en la habitación. Sabía que tipo de pensamientos negativos podían llegar a la mente de su novio, y sin poder evitarlo, comenzó a preocuparse.
A su mente llegaron recuerdos de situaciones similares a esta, y es que, pese a que Jimin se mostrará como una persona totalmente segura de si misma, por dentro siempre le carcomian sus inseguridades, siempre tenía la sensación de ser menos ante los ojos de los demás, siempre con miedo a ser rechazado,siempre sintiéndose una perdida de tiempo
Actualmente Jimin asistía a terapias con el psicólogo para trabajar en su baja autoestima pero era inevitable que a veces tuviera ciertas recaídas, eso era algo que no se iría de la noche a la mañana.
Pese a que el proceso fuese algo largo, Jungkook siempre estuvo a su lado, apoyando y felicitando cada paso que daba, siempre dándole ánimos para seguir, y esta vez no sería la excepción.
Una idea cruzo por la cabeza del azabache, y en lugar de dirigirse a la habitación, se dirigió a la cocina. Prendiendo el fuego de la estufa, puso leche a calentar y tomo dos tazas, dejándolas de lado para tomar de la alacena la caja de chocolate en polvo y un tarro de mini-malvaviscos
Se quitó el saco gris que llevaba puesto,quedando solo con su camiseta blanca y su pantalón de vestir. Esperaba que si Jimin no lo dejaba pasar, al menos le diera uno de sus pantalones de chandal porque claramente la ropa formal no era lo suyo.
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BURBUJAS DE AMOR
RomantizmJimin y Jungkook, dos jóvenes que deciden dar rienda suelta a sus sentimientos y empiezan a aventurarse en el terreno del amor. Demasiado tímidos y torpes para ello pero lo suficientemente valientes para arriesgarse y explorarse mientras crean su pe...