数; 𝟎𝟔

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Jimin entro saludando a todos mientras marcaba su tarjeta de entrada. Había dormido algo mal en la noche, pero nada que un buen café no arreglara. Fue directo a la sala de empleados para preparárselo, le sorprendió ver que no había mucha gente como solía ser.

—¡Jimin! —otra chica que trabajaba ahí se le acercó—. ¿Ya viste al huésped de la suite? Es guapísimo.

El rubio negó sonriendo.

—No he tenido la oportunidad —se encogió de hombros.

—¿Oportunidad de qué? —Lisa llego hasta ellos.

—De hacer tu tarea favorita —el más bajo se burló—. Observar a los visitantes del hotel.

Todos volvieron a reír hasta que los gritos provenientes del pasillo llamaron su atención, era Paul, no era de extrañarse que el gerente estuviera haciendo escandalo desde la mañana, siempre era el que les llamaba la atención.

—¡Dónde están Jimin y Lalisa! —llego corriendo a la sala—. ¡Necesito de su ayuda!

Ambos jóvenes se miraron con algo de pánico, empezaron a empujarse para huir de ahí, estuvieron a punto de salir por la otra puerta de la sala, pero Lisa empujo al rubio para salir primero.

—¡Jimin! —Paul llego a él para tomar sus manos afligido—. ¡Ahí estas! Necesito que me ayudes.

A lo lejos vio a Lisa haciendo suplicas con la mano para que lo perdonara.

—¿Qué es lo que sucede? —dijo sin más en signo de derrota.

—¡Necesito un traductor! El señor "J" es coreano igual que tu —soltó un quejido de preocupación—. Él y su asistente no hablan inglés ¡Y nuestra reunión es hoy!

Park sintió que un balde de agua fría le cayo en la cabeza.

—Señor Paul —alejo sus manos asustado—. ¡Yo no estoy capacitado para eso!

—Lo sé —suspiro volviendo a suplicar—. Pero no tengo tiempo de buscar un traductor... Tu solo tienes que decirme lo que él me diga y después yo te diré lo que debes comentar.

—No puedo... Lo siento —quiso salir corriendo—. ¿Y si lo arruino? No, no y no.

—No lo arruinaras —lo tomo de la mano, mientras caminaban lejos de los curiosos—. Te pagaré extra.

Sonrió mostrando los dientes, mientras volvía a suplicar. Realmente no esta seguro, pero si iba a echarse la soga al cuello, pues un poco de dinero extra no le vendría mal.
Ya que, acepto sabiendo que se arrepentiría de ello.

Estaban en el ascensor de camino a la reunión, había hecho sus actividades con la cabeza en el cielo, no había podido concentrarse ya que se moría de los nervios

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Estaban en el ascensor de camino a la reunión, había hecho sus actividades con la cabeza en el cielo, no había podido concentrarse ya que se moría de los nervios. No es que le tuviera miedo a la gente, pero su corazón le decía que si arruinaba algo, lo echarían fuera del hotel.

歴史; ゴーンWhere stories live. Discover now