数; 𝟎𝟒

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10 años después
Montreal, Canadá.


¡Jimin! —Lisa llegó corriendo a él—. ¿Viste al bomboncito de la 360? Es guapísimo.

Park río rodando los ojos por los comentarios de su loca amiga.

Y hubieras visto sus abdominales; con el agua de la piscina relucían —movió sus manos emocionada.

Siguió doblando algunas toallas para meterlas en el carrito, y seguir ordenando el piso en el que les había tocado esta semana.

Y es por eso que no nos asignan en el área de las albercas —avanzó empujando el carrito—. Porque holgazaneas viendo a los huéspedes.

—Somos invisibles —camino con él—. La mayoría no nos presta atención; así podemos darnos el lujo de observar su belleza.

Entraron a una habitación para empezar a limpiarla ya que estaba desordenada.
Quitaron las sábanas del huésped anterior y prosiguieron a poner las limpias y en un santiamén terminaron de acomodar todo, salieron no sin antes rociar algo de aromatizante y dejar el cuarto reluciente.

—Por cierto —esta vez Park fue el que hablo—. ¿Saldrás estas vacaciones?

—No lo sé —se encogió de hombros y su tono cambió a uno más apagado—. Me gustaría visitar a mis padres, pero debo ahorrar un poco más.

—Ya veo —sonrió—. Si pides más horas podrás obtener lo suficiente.

La vio asentir.

—¿Y tú planeas algo? —entraron a la siguiente habitación para continuar con su trabajo.

—Quiero ir con mi bebé a un lugar bonito —sonrió bateando las pestañas.

—Creo que si merecemos un descanso —habló la pelirroja mientras aspiraba la alfombra de la habitación.

Pasaron toda la mañana limpiando el piso; cuando tenían bastante que hacer el tiempo se pasaba volando, así era casi todos los días en el hotel.
Cuando terminaba su turno, ambos checaban su pase de salida e iban a sus casas para descansar.

Ambos tomaban el mismo transporte público de camino a casa, pero el departamento de Jimin quedaba un poco más lejos que el de Lisa. Se despidieron con la promesa de verse al otro día siempre.

Jimin le dijo adiós desde la ventana y después de unos 20 minutos ya estaba bajando y caminando directo a su edificio; saludo al portero y sin más entro al ascensor.
Una vez en su piso; llegó a la puerta y por fin estaba en casa; los ladridos de su bebé lo recibieron con felicidad extrema.

—Hola Moka —abrazó a su lindo perrito.

Era un Jack Russell Terrier muy juguetón y animado, le dio varios besos en su cabecita peluda, después de bajarlo, fue directo a su habitación mientras se quitaba el uniforme del hotel. Hoy definitivamente no había sido un día tan pesado, pero siempre le gustaba relajarse tomando un baño de agua caliente y luego envolverse en su pijama.

Y así lo hizo, una vez con los músculos más flojos, fue a prepararse algo para cenar y ver algo de televisión con Moka calentándole los pies.

Desde que llegó a Montreal, Jimin había encontrado trabajo en uno de los hoteles más reconocidos de la zona, gracias a su empleo y su buen salario; fue capaz de ir construyendo su hogar en el departamento que ahora le pertenecía, e incluso tenía un horario flexible; desde las 8 de la mañana hasta las 3 de la tarde... Después de un tiempo conoció a su amiga Lisa, una chica que también había venido a Canadá a buscar trabajo, comenzaron a salir y conocerse mejor, así descubrieron que ambos aparte de aprender inglés, también sabían coreano.

歴史; ゴーンWhere stories live. Discover now