数; 𝟏𝟏

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A primera hora de la mañana Jeon se levantó; se dio un baño y se preparó... ¿Debía usar algo casual o  formal? Llevo una palma a su frente, parecía un colegial a punto de ir a su primera cita, se alistó con algo rápido y fue directo a la cocina para preparase un desayuno ligero, un batido estaría bien, no quería perder tiempo.

Señor —su asistente entró rápidamente—. Me han dicho que el joven Park no se ha presentado a trabajar, dicen que es raro ya que nunca falta y no se ha reportado enfermo.

Como temía; su preocupación se acrecentó.

Ve con el gerente y pregúntale por toda la información que tenga acerca de Park Jimin, por favor —tomó su teléfono—. Yo iré a buscar a alguien, te esperare en el lobby.

Ambos salieron de la habitación, se separaron y Jeon comenzó a buscar en el piso que estaba siendo limpiando por los trabajadores del hotel.

—Disculpe señor —un chico captó su atención—. Por el momento no puede entrar a estas habitaciones.

Ignoro al chico y camino buscando a la pelirroja, entró a los distintos cuartos, hasta que la vio. Se acercó a ella rápidamente.

Eres amiga de Jimin ¿Cierto? —se asustó un poco; pero asintió—. ¿Sabes dónde está?

No —habló con tono consternado—. Trate de llamarle, pero no he recibido noticias de él... ¿Usted lo conoce?

Si... Necesito hablar con él —suspiró frustrado.

Puedo darle su número —se encogió de hombros, sacando su teléfono.

Intercambiaron la información y después de eso le dijo que le avisaría de cualquier cosa acerca de su amigo, estaba en el ascensor de camino a lo lobby cuando recibió una llamada de Yeji.

Intercambiaron la información y después de eso le dijo que le avisaría de cualquier cosa acerca de su amigo, estaba en el ascensor de camino a lo lobby cuando recibió una llamada de Yeji

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Jimin estaba de aquí para allá recogiendo sus cosas... Bueno, las cosas importantes, que sólo podía llevar consigo de manera rápida. Empaco todas sus ropas para luego ir acomodando sus maletas en la entrada. Desde que huyó ayer había empezado a buscar un boleto de avión más próximo en salir. El único que había encontrado era uno programado a las 12 del día, debía salir una hora antes hacia el aeropuerto.

Vio su teléfono apagado en una esquina de su mesa, pensó en Lisa, le dolía dejar a su amiga, pero sería mejor no ponerla en peligro si no sabía nada de él.
También miro a su alrededor, pensó que si alguna vez llegaba esta día, estaría preparado, que equivocado estaba. Miro su departamento y sus cosas; le dolía dejar esto... se había encariñado con el alma, después de todo él lo gano con su esfuerzo.

No era momento de ponerse sentimental, el timbre del Inter Phone lo asustó, debía ser su taxi, lo había pedido para que lo llevara desde antes.
Tomó todas sus cosas y también tomó la jaula de viaje donde Moka ya se encontraba.

Sus nervios se pusieron de punta cuando alguien llamó a su puerta, no quería alertar a alguno de sus vecinos o si no también tendrían problemas.
Se acercó a la puerta y la abrió despacio asomado sus ojitos, sintió que el alma se le salía del cuerpo al ver a Jungkook ahí.

Trato de cerrarla de golpe, pero el contrario no le dejó. Era demasiado fuerte.

¡No! ¡Vete! —gritó el pelinegro echando todo su cuerpo encima de la puerta para poder ganarle, pero no podía.

¡Jimin! —empujó cada vez más—. ¡Solo quiero hablar!

Los ladridos de Moka se escuchaban desde atrás.

¡No dire nada! —era inútil; Jeon le estaba ganando—. ¡Lo juro!

Cuando sintió que ya no podía más; diviso cualquier ruta de escape, no tenía ninguna idea de que hacer, las lágrimas comenzaron a correr por su cara y el pánico no ayudaba en nada. Salió corriendo tomando a Moka y fue directo a su habitación, casi cerrando la puerta; ya que Jeon volvió a empujarla con fuerza.

¡Jimin! ¡No tengas miedo! —comentó escuchando los sollozos del chico.

¡Solo vete! ¡Me iré lejos! —abrazó la jaula de su mascota al escuchar sus ladridos.

Salió corriendo hacia el baño esta vez; cerró la puerta con seguro y miro a su alrededor.

¡Jimin abre la puerta! —escuchó la voz de Jeon—. ¡Por favor! ¡Solo hablemos!

Se limpió la cara desesperado, miro el ventanal en su baño y salió hacia el pequeño balcón, miro hacia abajo. Era un edificio gigantesco, nadie escucharía sus gritos de auxilio, pero su vista se posó en el piso de abajo.
Si era lo suficientemente ágil, con un salto podría llegar al otro balcón, al de su vecino.

¡Jimin! —escuchó como el contrario trataba de abrir la puerta—. ¡No tengas miedo! ¡Solo abre!

¡No! ¡No sabes lo que me pasará! —gritó desesperado.

Salió al balcón y miro por última vez a su perrito.

Regresaré por ti Moka —dijo llorando mientras se cruzaba del otro lado del barandal—. Lo juro.

Su mascota quien estaba en la jaula lloró, empujando con su patita la puerta en un intento nulo de seguir a Jimin.
No podía hacerle eso a su perro, un movimiento en falso y moriría.

Así que con cuidado, calculo la distancia, cerró los ojos dándose ánimos; estaba aterrado, pero era la única manera de huir y justo cuando iba a dar el salto sintió a Jeon tomarle de la cintura.

¡Jimin! ¡Qué haces! —lo sujeto con fuerza.

¡No! ¡Suéltame! —agitó sus brazos—. ¡Tengo que irme!

¡Cálmate! —lo arrastró de vuelta al baño, ignorando los manotazos del chico en sus brazos—. ¡No voy a hacerte daño!

¡Déjame ir! —lloró gritando sin importar quien podría escucharlo—. ¡No lo entiendes! ¡Tienes que dejarme ir!

Ambos cayeron al suelo, Jimin estaba completamente aterrorizado, soltaba berridos que Jeon jamás creyó oír nunca. ¿Quién le había hecho tanto daño a su más preciado tesoro?
Lo abrazó con fuerza, pero al parecer el pelinegro ya no tenía más energía para seguir huyendo, ya que solo se desplomó contra su pecho llorando como si no hubiera un mañana.

—Tranquilo —susurró el señor J mientras le acariciaba su cabeza—. Sácalo... Llora hasta que no puedas más.

Y así lo hizo, no supo cuánto tiempo estuvo en el suelo con Park en sus brazos gimiendo y sollozando, podía sentir que su camisa ya estaba mojada por las lágrimas del joven en su pecho.
Pasaron las horas en las que lloró hasta quedarse dormido, Jeon lo noto cuando el cuerpo de su Minnie se relajó y su cabeza cayó de golpe hacia él. Se dijo a sí mismo que una vez que despertara, las cosas no serían tan fácil como pensaba.

歴史; ゴーンWhere stories live. Discover now