歴史; ゴーン

数; 𝑭 𝑰 𝑵 𝑨 𝑳

Aquella pareja se encontraba en la cama, Jeon tenía a Jimin encima suyo, con las mantas cubriéndolos y la luz del atardecer entrando por el refilón de las cortinas.

—¿Desde cuándo te hiciste tan grande y fuerte? —hizo un puchero acariciando los pectorales de Jeon.

—¿No te gusta? —dijo mientras le acariciaba el cabello.

—Me encanta —río dándole un beso a su pecho.

Ambos rieron.

—También tienes unos hermosos tatuajes —esta vez se giró un poco para  tomar la mano del más joven.

—Los hice porque estaba aburrido —se encogió de hombros.

—Aún así me gustan —volvió a recostar su cabeza en el amplio pecho.

—Por cierto... Yeji me había dicho que el traductor era rubio —hizo un gesto refiriéndose a su cabello.

Escucho a Jimin soltar una carcajada.

—Me había cambiado el color de cabello después de nuestro primer encuentro —le dio un peso en la nariz—. Es por eso que no me reconociste.

Le hizo cosquillas para desquitarse.

—Sabes... Después de todo —le acarició el cabello—. Mi deseo si se hizo realidad.

—¿Qué? —vio la cara del Jimin alzarse para ver la suya.

—Mi último cumpleaños —señaló el collar—. Desee que tú y yo fuéramos de vacaciones a un lugar bonito, juntos y henos aquí.

—Eso es hermoso Jungkookie —sonrió.

—Creo que debemos hablar sobre nosotros —esta vez su tono cambió a uno más serio—. ¿No crees?

—¿Y qué es tan importante señor J? —susurró sonriendo levemente.

—¿Quieres estar conmigo? —le acarició el rostro.

—¿Crees que hubiera venido hasta aquí si no quisiera estar contigo? —su Jungkookie podía haber crecido, pero seguía igual de ingenuo.

—Entonces vuelve conmigo —su mano viajo hasta su espalda, dando suaves caricias—. Vivamos juntos, como habíamos planeado desde jóvenes; tú y yo nada más.

—¿Y qué voy a hacer? —subió una mano a su cara—. No puedo quedarme sin hacer nada.

—Se me traductor personal —habló con ironía—. Viajo mucho para negocios, sus habilidades me serían muy útiles señor Park.

Jimin soltó una carcajada, sonrió mientras le daba un beso.

—Esta bien —acarició su pecho otra vez—. Pero debemos conseguir una casa o un departamento que sea apto para Moka,

El cual ladró desde la extravagante cama que Jeon le había comprado, Jimin volvió a reír.

—Eso no lo dudes —le beso la mano, bajando por su muñeca.

Se giró bruscamente, poniéndose encima del pelinegro otra vez.

—Voy hacerte recordar cómo era estar juntos —colocó cada brazo a lado de su cabeza—. Para que así nunca quieras irte de mi lado Minnie otra vez.

Jimin lo abrazó del cuello.

—Parece que mi lindo gatito ahora se convirtió en un tigre —rio al ver sus lindos dientes—. Y yo espero que nunca volvamos a separarnos.

Se volvieron a besar, sintiéndose por primera vez felices. No habían tenido una historia de amor perfecta en un inicio, pero era su historia, donde ellos decidirán acerca de ella, a partir de ese momento. Después de todo, ahora, nadie iba separarlos, nadie.