61 - El Escudo Espejo

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Link, Navi y Sheik fueron escoltados por algunas guardias hacia el interior de la fortaleza, donde la líder de la tribu los esperaba.

Nabooru era quien estaba en segundo lugar luego del rey de las bandidas, Ganondorf. Claro que luego de que él se convirtió en el Rey del Mal y cubrió todo Hyrule en la oscuridad, las Gerudo dejaron de reconocerlo como su legítimo rey. 

Luego de eso, ella tomó el cargo de líder y se volvieron parte esencial en la resistencia contra las tropas oscuras. Furioso por esta traición, el Señor Oscuro envió algunas de sus legiones a acabar con la fortaleza de las Gerudo, pero si no hubiese sido por Sheik, ellas no seguirían con vida.

Él les advirtió del ataque que se aproximaba, poniéndose en riesgo a sí mismo al siquiera entrar en los dominios de las bandidas. Es por su valor y por su ayuda que las Gerudo no solo les dieron la bienvenida en su fortaleza, sino que además le permitieron ser uno de ellas. Esto significaba que cuando ellas lo necesitaran, o él las necesitara a ellas, la ayuda siempre les llegaría a ambos.

Y esa era la situación.

Como antes mencioné, nuestros héroes fueron llevados hasta una habitación sostenida por varias vigas de madera, con muros de piedra. 

De hecho, todo el interior de la fortaleza estaba construida de esta manera, es decir, en lo profundo de la montaña, para así funcionar como una segunda protección en caso de invasión. La parte exterior era una fortaleza bien armada y protegida, y el interior era una serie de túneles y habitaciones subterráneas que solo las Gerudo conocían.

En el lugar en el que se encontraban en ese momento tenía un techo muy alto, del cual había un agujero que le permitía a la luz entrar. Además, en su centro había un altar, el cual estaba protegido por cuatro guardias que vigilaban en cada esquina de la habitación.

"¡Woah!"

Exclamó Navi sorprendida. Era una construcción impresionante, esa era la verdad.

Ahí, todos esperaron a las acciones de Nabooru, quien se acercó a dicho altar y de ahí recogió un objeto que reposaba encima.

"Este..."

Comenzó, dándose la vuelta y revelando en sus brazos un escudo muy elegante.

"Es el Escudo Espejo"

Se trataba de un escudo de un metal rojo en sus bordes y en su centro un metal plateado que parecía brillar. El caso era que dicho metal plateado estaba tan pulido y limpio que reflejaba la luz y según la leyenda hasta la magia. Además, en el área del centro tenía grabado el emblema del pueblo Gerudo.

"Con este ancestral objeto podremos saber qué tan puros son sus corazones

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"Con este ancestral objeto podremos saber qué tan puros son sus corazones... A quien la luz del sol reflejada por el brillo de el Escudo Espejo toque, sus más oscuros secretos serán revelados... Solo a aquellos con un espíritu en paz, les será revelado el camino al Templo Espíritu"

Link no dijo nada, por lo que Nabooru simplemente le preguntó directamente:

"¿Estás de acuerdo con esto, héroe?"

"Sí"

Fue todo lo que dijo, dando un paso adelante. La líder Gerudo se paró debajo del haz de luz el cual se reflejó con gran intensidad en la superficie plateada.

Una vez tuvo control de la luz del sol, la mujer redireccionó el escudo hasta que el reflejo brillara en el joven. En el instante en el que esto sucedió, en la superficie plateada se pudo observar como imágenes aparecían con claridad.

Ahí se podían ver los rostros de todos los amigos que Link había hecho durante su vida. Desde los Kokiri hasta la Princesa Zelda. Todos se mostraban en peligro, rodeados por un intenso fuego y oscuridad.

El Héroe del Tiempo llevaba en sus hombros la paz del mundo. Todos en el reino dependían de él. Solo él podía traer la paz, y si no encontraba la manera, todo estaría perdido. 

No era fácil llevar una carga de esa magnitud. No era fácil lidiar con todo ello. Menos cuando él tenía en su vida tan solo diez años. Esos siete años que pasaron en Hyrule para él fueron solo unos segundos.

Su vida, su felicidad, sus decisiones. Todo le fue arrebatado.

Esa era su mayor secreto. El dolor de todo ello y la carga que debía llevar.

Pero aún con todo esto, jamás dejó de sonreír o de creer en sus amigos. Era lo que lo hacía seguir aún teniendo el mayor dolor en su corazón.

Link estaba en paz, y eso era algo que no pasó por alto el Escudo Espejo.

"Eres dingo, héroe"

Dijo finalmente la líder de las bandidas.

"Eres digno de ir al Templo Espíritu. Te guiaré hasta allá yo misma... Sin embargo, es momento de ver si tú, Sheik, eres digno de ello"

Fue al escuchar estas palabras que el rostro de Sheik cambió por unos segundos. Su mirada de total seguridad y serenidad se mostró aterrada. No pudo evitar retroceder cuando vio que Nabooru se le acercaba, cosa que fue notada por todos en la habitación.

"¿Sheik?"

Preguntó el Héroe del Tiempo algo confundido. El Sheikah lo miró de reojo sin decir nada y luego miró fijamente al escudo mágico.

"¿Todo bien, amigo?"

"Estoy bien, no te preocupes..."

Respondió él. Era de esperar que esta respuesta no iba a satisfacer a ninguno de los ahí presentes, por lo que agregó:

"No estoy cualificado para esta misión. Eso es todo"

"¿Qué quieres decir...?"

"No soy digno... Deberás ir tú solo"

"¿Qué?"

"Tengo en mi corazón un secreto que no puede ser revelado a nadie... Ni siquiera por ayudarte en tu búsqueda... Lo siento mucho, pero no puedo arriesgarme"

Hubo silencio por unos segundos hasta que el joven héroe sonrió y simplemente le enseñó un pulgar arriba a su compañero.

"Ya nos has ayudado más que suficiente, Sheik... Déjame el resto a mí"

Sheik dejó salir una pequeña risa. Aunque su rostro estaba totalmente cubierto, era notorio que estaba sonriendo.

"Bien..."

Sin embargo, no alcanzó a decir nada más porque unas campanadas se pudieron escuchar proviniendo de afuera.

"¡Nos atacan! ¡Todas en posición de ataque!"

Los gritos de las mujeres se escuchaban por toda la base subterránea, corriendo de un lado a otro para prepararse para la batalla.

"¡Vamos! Debemos ir al frente"

Exclamó Nabooru. Y con eso, los demás fueron tras de ella.

THE LEGEND OF ZELDA: OCARINA OF TIME - LA NOVELADonde viven las historias. Descúbrelo ahora