Prólogo

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El mundo ya no es el lugar seguro que era antes... Las fuerzas del mal una vez más amenazan con destruir la paz que existe...

Con cada día que pasa la oscuridad gana poder...

El bosque ya no es seguro, ya no más...

El tiempo ha llegado...

El tiempo de que él cumpla su destino...

<<[O]>>

Era una noche tormentosa en el reino de Hyrule. Del oscuro cielo caía una torrencial lluvia que cubría las vastas llanuras del reino. En la distancia se podían ver rayos caer, seguidos por los estruendosos truenos.

Debajo de esta violenta tormenta un joven que iba vestido de verde se encontraba observando el cielo. Él era rubio de ojos azules, de unos diez años. Llevaba un gorro puntiagudo en la cabeza, una túnica verde que lo cubría hasta los muslos y un par de botas de cuero.

 Llevaba un gorro puntiagudo en la cabeza, una túnica verde que lo cubría hasta los muslos y un par de botas de cuero

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Frente al joven había un enorme muro blanco el cual estaba rodeado por un río. En el centro de este muro había un portón, y la única forma de pasar era por el puente levadizo, que estaba alzado. El portón estaba coronado por un emblema que si bien para el joven era algo desconocido, de alguna forma era muy familiar.

De un segundo a otro el puente comenzó a descender y el joven salió del trance en el que se encontraba y miró hacia el frente donde se sorprendió al ver lo que había detrás del portón

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De un segundo a otro el puente comenzó a descender y el joven salió del trance en el que se encontraba y miró hacia el frente donde se sorprendió al ver lo que había detrás del portón. Al fondo, detrás de los muros había una ciudad ardiendo y el olor a muerte se podía sentir en el aire. En el horizonte, detrás de la ciudad había una gran colina en la que se podía ver un enorme castillo que al igual que la ciudad, estaba en llamas. 

El joven algo asustado retrocedió, aunque sentía una necesidad incontrolable de acercarse, como si fuera su deber ir. Y lo habría hecho de no ser porque algo lo detuvo. De entre las llamas, apareció una figura que venía a toda velocidad hacia donde el joven estaba. Era un caballo que corría con desesperación, escapando del incendio. Encima de este caballo habían dos figuras, una mujer de unos cuarenta, de cabello blanco cuyo rostro estaba cubierto con un pañuelo y una niña de la misma edad del joven de rubios cabellos, que iba vestida elegantemente.

El joven esquivó rápidamente al caballo para no ser atropellado y observó como ellos escapaban del lugar. Notó entonces que la joven de su edad miraba con horror algo que había detrás, y al voltear vio horrorizado a un jinete de negro con ojos amarillos, que iba montado encima de un enorme caballo negro con crin y cola rojas como la sangre.

El joven vio con horror al jinete mientras este le sonreía con malicia; no sabía ni quien era él, ni quienes eran la mujer y la niña que vio antes; solo sabía que su vida peligraba. Antes de que pudiera reaccionar él vio un resplandor blanco y luego todo se puso oscuro.

THE LEGEND OF ZELDA: OCARINA OF TIME - LA NOVELADonde viven las historias. Descúbrelo ahora