Llegada

234 33 7
                                    

En colaboracion con HailTheJoker

Seraphina

La vida en los últimos meses ha sido un desastre.

Una vez conocí a cierto lisiado, un chico fuerte e indomable, siempre se levantaba a pesar de sus heridas, pero jamás imaginé por todo aquello que tuvo que pasar, pues la vida siempre da mil y un giros, a veces para bien o para mal.

Desde que perdí mi habilidad siento como todo se sale fuera de su lugar, antes, cuando era poderosa todos me temían, respetaban y admiraban menos el, un ser único y diferente, alguien tan poderoso como yo.

Mi amigo, mi compañero, mi todo ahora se había ido.

¿Y qué hice para detenerlo?... Nada.

Lo juzgué, lo herí y ahora cargaba con ese peso.

A pesar de todo eso seguía cuidándome, protegiéndome... soy tan mala agradecida, él siempre estuvo para mí, en mis momentos más oscuros estuvo ahí, en cambio yo le agradecí dejándolo solo, pero ¿Qué podía hacer? Me sentí traicionada.

Intente ignorarlo, evitarlo, pero el seguía buscándome... ¿Tanto significaba para él?

-Yo estaré aquí para ti... no estás sola en esto-

Mis ojos se ensancharon al recordar aquellas palabras.

Pronto lagrimas fluían de aquellos orbes que alguna vez poseyeron un azul zafiro, pues ahora la oscuridad había azotado mi corazón.

-Perdóname...- caí de rodillas al ya no soportar la angustia

El sonido del estruendo alerto a mi compañera de cuarto haciéndola entrar a mi habitación.

-¿Qué pasa Seraphina?- decía Elaine apuradamente mientras rápidamente me envolvía en sus brazos.

-Lo siento...-

-Perdóname John...-

Mi mente comenzó a nublarse y así caí en la inconciencia mientras suplicaba el perdón de aquella persona que tanto quise.

John

Hoy por la mañana había recibido una llamada de mi padre, pues estaría de visita por unos días, haciendo que rápidamente me vistiera y saliera en su búsqueda, no sin antes dejar el desayuno para mi acompañante de la noche anterior Cecile.

Vino a enseñarme muchas cosas del como liderar la escuela y cosas así, no sabía muy bien por qué, puesto que, dejaría de ser rey muy pronto, también aprendí un poco de sus gustos y costumbres que tenía, pues a pesar de que era fría seguía siendo una chica.

Ya era muy tarde para entonces y decidí dejarla quedarse en mi habitación. Mientras ella dormía en mi cuarto yo lo hacía en el de Blyke.

Desde la última vez que vino, había dejado todo perfectamente arreglado, por lo cual no tenía problema alguno.

Salí de los terrenos de la escuela adentrándome en la acalorada ciudad para reunirme con mi padre.

Entre a cierta cafetería y me senté a esperarlo.

-Puedo ofrecerle algo de tomar, ¿señor? -

-Esperare un momento, gracias- parece que mi voz tétrica la alcanzo haciéndola retirarse.

Estos pequeños momentos de tranquilidad eran verdaderamente apreciables y necesarios en mi vida.

-¿Hijo?-

Ante aquella mención mire hacia arriba, ahí estaba él.

Mi padre.

Me levante rápidamente y lo abrace, era bueno verlo y más cuando tanto lo necesitaba.

-Papá-

Ambos nos sentamos y llamamos a aquella camarera que un poco dudosa, pero acepto nuestra orden prometiendo que no tardarían mucho con nuestra comida.

-¿Cómo has estado hijo?-

-Padre hay muchas cosas que debo contarte-

-Hablemos, tenemos mucho tiempo-

Pase las siguientes horas contando todo lo que había pasado, cada mínimo detalle fue mencionado.

Al terminar mi relato, espere una paliza, gritos e insultos, pero no llego nada.

Cuando mire de nuevo mi padre ya no estaba, a lo cual me alarme, pero alguien me tomo por los hombros.

Con fuerza bruta me levanto y me dio un profundo y amoroso abrazo, que sinceramente hizo tambalear mi corazón provocando que algunas lágrimas salieran de mis ojos.

-Lo intenté, intenté no dañar a nadie, solo quería una vida tranquila...-

-No pude...papá no pude...-

Ya no retenía mis lágrimas, por mi rostro mares se sacudían, todo se volvió borroso por el abusivo cumulo de lágrimas.

-Hijo, lo lograste, lograste más de lo que puedes imaginar-

-El que no haya salido como esperabas no importa-

-Lo diste todo de ti para mejorar y eso es lo importante, se que lo que hiciste esta mal, pero tu hijo mío no eres ningún villano, tu corazón es el más puro que existe-

-Diste tu felicidad para proteger la de alguien más, sacrificio más noble no existe-

-Todo estará bien-

Con esas palabras un alivio entro en mí, fui el villano de una historia mal contada.

Mi padre paso la siguiente hora alentándome hasta que fuimos interrumpidos por aquella camarera nuevamente.

-D-Disculpen, pero ya vamos a cerrar-

Ambos asentimos y pagamos saliendo de aquel lugar.

Caminamos por aquellas oscuras calles platicando de cualquier cosa hasta que unos hombres aparecieron enfrente de nosotros.

-Dennos todo lo que tengan- decía mientras nos apuntaban con sus manos y encendían su habilidad.

Mala idea pensé mientras igualmente encendía mi habilidad y leía su aura, por la posición de sus manos pude imaginar como un láser o rayo, pero algo salió disparado de mis manos.

Di en ambos objetivos dañándolos en sus manos provocando que se quejaran de dolor.

Rápidamente mi padre los noqueo, mientras yo aún seguía mirando mis manos.

-¿Qué demonios fue eso John?, ni siquiera habían usado su habilidad-

-No lo sé-

-Simplemente pensé en lo que podían haber hecho y salió de mis manos-

Quise probarlo, apagué mi habilidad y la volví a encender, el dorado se apodero de mis ojos y el poder me inundo.

Extendí mis manos, pero nada sucedió.

Repetí el mismo proceso, pero nada.

Entonces el recuero tan familiar del aura de aquellos ladrones me invadió y de mis manos láseres negros se formaron.

-Cambio...-

-¿Qué?- pregunto anonadado mi padre

-Mi habilidad cambio...-


Un comentario suyo me motiva a seguir con esta historia.

Gracias por leer.

unCORRECTEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora