Realidad o miseria

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Jane

¿Qué era yo? Alguien que pudiese ser llamado un humano, no lo creo, el confinamiento, las amenazas y sobre todo el dolor me habían cambiado, pues aquellos días se convirtieron en meses y después en años en total soledad y oscuridad.

Yo había nacido para estar en la cima de todos, para reinar sobre este mundo donde el poder es lo que verdaderamente importa y aun así no fui lo suficientemente fuerte para salvarlos, para salvarme a mí misma, había fracasado.

Todo el tiempo que soñé en conocer a mi hijo, en poder verlo crecer era el mismo tiempo que usaba masacrando gente, liberando mi ira acumulada en luchas sin sentido por proteger aquello que llamamos "inmunidad" es cierto había sacrificado mi vida por la de ellos, no me arrepentía.

Amaba no más que un ligero recuerdo de aquello que una vez llamé familia, aquello que tanto desee tener y sobre todo aquella persona de la cual me enamore, alguien diferente, alguien que me hizo cambiar. Lo extrañaba, los extrañaba mucho...

Desde aquella mañana en que mi maldito teléfono sonó, desde aquella mañana en la que desaparecí solo dejando un -te amo-, desde aquella mañana en la cual pude ver a la única persona que amaba en esta vida romperse en mil pedazos, fue aquella mañana en la que mi amado niño alzaba sus brazos intentando alcanzar a alguien qué jamás regresaría, desde entonces maldije mi vida mi habilidad y al destino mismo, por mostrarme una vez mas lo infeliz que seria cada maldito día a partir de ese momento.

-Perdóname John, Will...- Las noches se volvieron agónicas mientras mi cuerpo era esposado a paredes de un grueso metal, mientras se perdía aquello que nos permite movernos, el alma.

Los días eternos comenzaron, las torturas y ofensas solo incrementaron, estaban drenando mi mente, mi vida... pues cualquiera que fuera el objetivo me había convertido en su mascota más leal y poderosa.

Los meses se volvieron años y con ello la cantidad de victimas y sangre que corría por mis manos incrementaba, siempre era lo más veloz que podía, destrozaba todo a mi paso sin piedad alguna, pues ahogaba mis frustraciones masacrando a todos y a todo lo que se cruzaba en mi camino.

Era un frenesí, entre la vida y la muerte mi solo nombre existía, siendo cada vez peor al día anterior, me había vuelto en el ángel de la muerte, alguien que aparecía en una luz blanca cegando a todos aquellos que pudiesen verme.

¿Y al final que resulto? Siempre regresando al mismo lugar, a la misma celda pudriéndome en silencio mientras lagrimas de recuerdos ajenos escurrían por mi cara y corazón, las grietas en mi mente y alma se hacían mas notorias incluso si mirabas desde la distancia. -Mátenme, por... favor-Jane

¿Qué era yo? Alguien que pudiese ser llamado un humano, no lo creo, el confinamiento, las amenazas y sobre todo el dolor me habían cambiado, pues aquellos días se convirtieron en meses y después en años en total soledad y oscuridad.

Yo había nacido para estar en la cima de todos, para reinar sobre este mundo donde el poder es lo que verdaderamente importa y aun así no fui lo suficientemente fuerte para salvarlos, para salvarme a mí misma, había fracasado.

Todo el tiempo que soñé en conocer a mi hijo, en poder verlo crecer era el mismo tiempo que usaba masacrando gente, liberando mi ira acumulada en luchas sin sentido por proteger aquello que llamamos "inmunidad" es cierto había sacrificado mi vida por la de ellos, no me arrepentía.

Amaba no más que un ligero recuerdo de aquello que una vez llamé familia, aquello que tanto desee tener y sobre todo aquella persona de la cual me enamore, alguien diferente, alguien que me hizo cambiar. Lo extrañaba, los extrañaba mucho...

Desde aquella mañana en que mi maldito teléfono sonó, desde aquella mañana en la que desaparecí solo dejando un -te amo-, desde aquella mañana en la cual pude ver a la única persona que amaba en esta vida romperse en mil pedazos, fue aquella mañana en la que mi amado niño alzaba sus brazos intentando alcanzar a alguien qué jamás regresaría, desde entonces maldije mi vida mi habilidad y al destino mismo, por mostrarme una vez mas lo infeliz que seria cada maldito día a partir de ese momento.

-Perdóname John, Will...- Las noches se volvieron agónicas mientras mi cuerpo era esposado a paredes de un grueso metal, mientras se perdía aquello que nos permite movernos, el alma.

Los días eternos comenzaron, las torturas y ofensas solo incrementaron, estaban drenando mi mente, mi vida... pues cualquiera que fuera el objetivo me había convertido en su mascota más leal y poderosa.

Los meses se volvieron años y con ello la cantidad de victimas y sangre que corría por mis manos incrementaba, siempre era lo más veloz que podía, destrozaba todo a mi paso sin piedad alguna, pues ahogaba mis frustraciones masacrando a todos y a todo lo que se cruzaba en mi camino.

Era un frenesí, entre la vida y la muerte mi solo nombre existía, siendo cada vez peor al día anterior, me había vuelto en el ángel de la muerte, alguien que aparecía en una luz blanca cegando a todos aquellos que pudiesen verme.

¿Y al final que resulto? Siempre regresando al mismo lugar, a la misma celda pudriéndome en silencio mientras lagrimas de recuerdos ajenos escurrían por mi cara y corazón, las grietas en mi mente y alma se hacían mas notorias incluso si mirabas desde la distancia. -Mátenme, por... favor-

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⏰ Última actualización: Nov 05, 2023 ⏰

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