𝐈𝐍 𝐌𝐘 𝐓𝐇𝐎𝐔𝐆𝐇𝐓𝐒 ┊ 003.

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TIEMPO ATRÁS.

Corrí a lo largo de la cancha, lo más rápido que podía, rebotando el balón una y otra vez, di un pase a mi compañera y ella encestó, ganando un punto. Pasaron los minutos hasta que logramos ganar con poca diferencia pero ganamos, nos despedimos y me fui a cambiar, claramente me duché, aprovechando que el gimnasio tiene duchas aseguradas.

— ¡Sumie-san, me voy adelantar! 

— Claro, ya voy.

Terminé por prepararme adecuadamente, luego salí con mis cosas, justo en la salida me topé con el entrenador.

— Que bueno que sales, Sumie.

— Oh entrenador, ¿Qué necesita? — Pregunté curiosa.

— ¿Podrías llevar esto a la enfermería? Por favor. — Me ofreció algunos papeles.

— Claro... No hay problema. 

— Muchas gracias. — Asintió y se marchó.






Caminé por el largo pasillo mientras miraba el atardecer, bostecé levemente sintiendo el cansancio apoderarse de mi; Por fin llegué a la enfermería, pedí permiso antes de abrir la puerta e ingresar. Justo ahí me encontré con una chico familiar para mi, cerré la puerta atrás de mi y dejé  los papeles en el mesón grande.

¿Quién era? 

Mi mente hizo clic al recordar.

— Oh... ¿Eres Miya Osamu? Uno de los gemelos. — Pregunté.

Ya estaba al tanto de lo que hablan, en toda la escuela se murmuraba de los famosos gemelos Miya, miembros del equipo de volley, no podría olvidar ese detalle.

— Hmm. — Asintió.

— ¿Qué ocurrió? — Volví a preguntar, acercándome a él.

— Un accidente. — Respondió.

Chequeé, tenía un raspón en su rodilla y sus manos no estaban en buen estado.

— Déjame ayudarte con eso.

Más que accidente parecía algo más, tal vez una pelea, ¿Dónde estaba su gemelo? Tomé el botiquín y sacando algunas herramientas ayudé a curar sus heridas.

— Por cierto, no me presenté. — Pausé levemente, elevando la mirada a él. — Soy Masumi Sumie, estoy en tercer año. 

Le dediqué una pequeña sonrisa antes de volver a atender el raspón de su rodilla.

— Un gusto... — Imitó en bajo.

— ¿Y bien? Miya-san, ¿Me dirás qué ocurrió? No parece un simple accidente.

— Mmm.... — Guardó silencio un momento. — Una pelea, con mi gemelo, nada importante.

— Ya decía yo que algo andaba mal. — Solté una pequeña risita, tomé sus manos para revisarla. — Debes cuidarte, juega volley ¿no? No es bueno que te hagas daño.

— Lo tendré en cuenta...

— Perfecto. — Terminé por atender sus manos, luego guardé el botiquín. — Bueno, ya debo irme Miya-san, nos veremos pronto, cuídate. 

Me despedí haciendo una pequeña reverencia antes de marcharme de allí, todavía me quedaba por llegar a casa. Siendo sincera, tenía el presentimiento de que no sería esa la primera ni la última que nos veríamos.






Al día siguiente, iba llegando a Inarizaki, iba concentrada en mi teléfono, revisando los mensajes de mis padres, quiénes, estaban fuera del país, novedades y bla bla, me distraje del exterior.

— Cuidado. — Alguien tomó mi hombro, deteniéndome. 

Sorprendida, di media vuelta para ver de quién se trataba, era nada más ni nada menos que Osamu, rápidamente me incliné agradeciendo, por poco choco con la puerta.

— Muchas gracias, Miya-san.

Este abrió la puerta e indicó que entrara, así lo hice, luego entró Osamu.

— Ibas distraída. — Comentó, deteniéndose en su casillero.

— Estaba viendo algunas cosas, me distraje. ¿No te toca entrenamiento? 

— Si, pero antes debo ir al salón de profesores a entregar algo antes de ir al gimnasio. — Explicó.

— Comprendo, bueno, mucha suerte hoy. Gracias de nuevo, nos veremos. — Después de cambiarme los zapatos, me dirigí al salón.

Me había sorprendido, tenía muchas dudas, ¿Me estaba siguiendo? Sea lo que sea, estaba agradecida por ayudarme.



𝐈𝐍 𝐌𝐘 𝐓𝐇𝐎𝐔𝐆𝐇𝐓𝐒 ┊ Atsumu Miya. ☑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora