once.

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El sol comenzaba a salir y consigo un chico rubio, estaba decidido en descubrir sus sentimientos hacia vegetta antes de que fuera demasiado tarde, no quería lastimar a nadie

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El sol comenzaba a salir y consigo un chico rubio, estaba decidido en descubrir sus sentimientos hacia vegetta antes de que fuera demasiado tarde, no quería lastimar a nadie.

Lástima que ya lo había hecho.

– ¡Vegettita! te he extrañado, tiene bastante que nos vimos — saludo alegre el más alto.

– pues claro, he estado ocupado con mis cosas y al parecer tu con el chico mexicano ¿vosotros han estado muy juntitos no lo crees?

Inmediatamente las mejillas del híbrido se tiñeron de un tono rojizo, mostrando su vergüenza por el hecho que vegetta los haya visto juntos.

– eh, si. Pasamos un buen tiempo juntos, es un buen amigo — decidió no decir mucho sobre su relación con el menor.

– ¿y a que venías? — pregunto el de ojos violetas.

– Bueno, me apetecía verte ¿no puedo venir a verte?

– claro que sí rubius, solo se me hizo extraño — respondió.

– prometo venir a visitarte más seguido para que no te extrañes — menciono acercándose notoriamente.

– de acuerdo ¿quieres que te muestre algo? — dijo vegetta mientras se hacía para atrás, decidido a mantener distancia.

Después de esto ambos chicos pasaron un momento juntos, mostrando que se extrañaban mutuamente, estaban felices de pasar un momento juntos.

Quackity como era costumbre estaba solo, pensando en que estaría haciendo rubius, preguntándose si sería bueno ir a visitarlo y preguntarle si le gustaría ir a minar juntos

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Quackity como era costumbre estaba solo, pensando en que estaría haciendo rubius, preguntándose si sería bueno ir a visitarlo y preguntarle si le gustaría ir a minar juntos.

sin pensar mucho decidió mandarle un mensaje, recibiendo una respuesta casi inmediata.

Feliz al ver una respuesta positiva tomó sus cosas básicas para ir a minar y camino hacía la casa de rubius.

– ¡RUBIUS! ¡¿DONDE VERGA ESTAS?! — grito el mexicano mientras se quejaba por subir la pequeña montaña que tenía que escalar para llegar a su destino.

– ¡arriba!

– hijo de su puta madre, me va a hacer subir — murmuró para si mismo mientras continuaba subiendo.

Cuando por fin logró subir, camino con dirección a la puerta esperando a que el oso la abra.

– ¡ÁBREME HIJO DE LA CHINGADA, QUE SE ME ESTÁ YENDO EL PINCHE AIRE!  — se quejó mientras se tocaba el pecho.

– joder tío, que eres muy llorón, pasa.

– ¿chillón yo? no mames, siempre soy yo el que te busca... —  dijo mientras pasaba a la casa.

– bueno ya, ya. Voy a buscar mis cosas y nos vamos.

–¿y que hiciste en todo el día? — pregunto buscando algún método para sacar un tema de conversación.

– fuí a ver a Vegetta, pasamos la tarde juntos — La expresión del menor cambió notoriamente, mirándose afligido, preocupando rápidamente al rubio, no quería que pensará cosas que no.

– Pero no paso nada, solo me mostró su casa y platicamos un poco — mencionó tratando de que la expresión del castaño cambiará, lo cual pasó.

– oh, ya veo ¿lo pasaste bien? — pregunto incómodo, estaba rezando mentalmente que rubius no haya notado su (muy notable), tristeza.

– Si, pero me fui antes para ir a visitarte después, de hecho estaba por salir de mi casa hacía la tuya cuando me llegó tu mensaje — mintió, pero no quería que su pequeño continuará con su cara triste. Disimuladamente miro su rostro, notando que funcionó su truco, el chico con sombrero había sonreído levemente, cubriendo su boca casi al instante.

– pinche pendejo ¿de verdad ibas a ir a verme? — sonrojado hasta las orejas, quería disimular su emoción mirando el suelo, sus ojos se hicieron pequeños y con su mano de nuevo intento cubrir su sonrisa que parecía no querer desaparecer.

El osito lo notó y sonrió también, le gustaba ver a quackity tan indefenso y tímido gracias a él, saber que provocaba tanto en el menor con unos simples alagos lo hacían muy feliz.

Y no de una mala manera, aunque el no lo quisiera admitir quackity provocaba lo mismo en el. Cuando notaba esas pequeñas miradas que le brindaba el menor hacia su persona lo hacían sentir más de lo que podía explicar; su cuerpo temblaba y sus manos comenzaban a sudar, sus mejillas enrojecían casi al instante y sentía sus orejas calientes.

Ambos estaban cayendo uno por el otro, aunque uno tenía sentimientos hacia otra persona, o eso creía él.
Quizá no quería ver la verdad.

He estado haciendo caps muy cortos ¡perdón! prometo que el próximo capítulo será de al menos 1000 palabras, lo juro

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He estado haciendo caps muy cortos ¡perdón! prometo que el próximo capítulo será de al menos 1000 palabras, lo juro.

Ya falta cada vez menos para que esto terminé. :(

es todo, los quiero ¡BYEEE!

717 palabras.
14/08/22.

together? →「rubckity」¡ 𝗖𝗢𝗥𝗥𝗜𝗚𝗜𝗘𝗡𝗗𝗢!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora