Capítulo Dos:

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Y ahí estaba ella, tan hermosa y perfecta como siempre, sus largas y turgentes piernas dominaban y predominaban más allá de su 1.62.

Su cintura esbelta y curvilínea dotada con grandes y redondos pechos, ahora se daba cuenta porque tenía tan embobado a su alfa, con una mujer así, cualquiera caería a sus pies ¿Y que era Senjuro? Un hombre escuálido, con falta de peso y demasiado afeminado para gusto de muchos, sin llegar a tener un coño apretado y húmedo para joder, cualquiera se decepcionaría de ser su compañero, ahora entendía a todos esos cambia formas condenados a enlazarse con un omega, jamás estarían completamente satisfechos, de verdad eran unos fenómenos.

Con esos pensamientos luchando por derramar lágrimas, Senjuro pretendió pasar de largo a la mujer lobo.

Ella estaba en medio del gran recibidor cerca de las majestuosas escaleras dobles y dudaba que lo dejaría ir sin decir nada.

— Senjuro — llamo derramando hipocresía, era casi palpable, casi lo podía comer y sabía que casi todos en la casa en esos momentos lo sabían o quizás no, quizás en verdad si eran una gran actriz.

— ¡Senjuro espera! — ahora grito desesperada, lo poco que le importaba, Senjuro siguió caminando hacia las escaleras.

Pero antes de poder tomar la barandilla, su mano huesuda tomo su muñeca y lo obligo a mirarla, Senjuro gruño y jalo su propio brazo para zafarse, fue un movimiento violento que le asusto, lo miro con sus grandes ojos de ciervo y parecía a punto de llorar, su tacto le daba asco, tanto como Senjuro le daba a Tanjiro.

—¡Senjuro lo siento! — sollozo.

— No quería que terminara así — sus temblorosas manos fueron a su boca tratando de disminuir su malestar, Senjuro simplemente la observo con su rostro inexpresivo, de verdad era muy buena actriz, por eso nadie sospechaba como era en verdad, le creían su acto de inocencia y pudor, pero Senjuro lo sabía mejor, era una manipuladora y hambrienta de poder.

—Es el alfa ¿Cómo podría negárselo? — ¿Ahora tenía la culpa Tanjiro? Como si no hubiera sido ella la que se le metió entre ceja y ceja, como un dolor persistente en el estómago, literalmente se había metido en la cama de Tanjiro completamente desnuda, proclamando que se la follara.

— Sabes que nunca quise que las cosas llegaran tan lejos, pero también lo amo y amo esta manada tanto como tú, por favor, no me odies a mí, ni a este bebé — ahora sus manos fueron directo a su vientre aun plano.

Sejuro quería reír, quizás ni bebé existía, simplemente debía ser otra forma de manipular a su alfa y toda esa risa rápidamente se convirtió en furia, la maldita trataba verse como la víctima no el, después de que fue Senjuro quien dio todo de si por esta manada, el que sangro y sudo, el que puso su integridad en riesgo, no simplemente se abrió de piernas para Tanjiro, siendo hijo del beta naturalmente tenía más rango que esta arpía manipuladora.

Con la frente en alto, orgullosa y febril, Senjuro murmuro con frialdad.

— Contrólate, mujer patética — Senjuro rio sin humor.

— ¿Llevas al heredero de esta manada y aun así te comportas como una niña caprichuda e insolente que no conoce su lugar? Soy el compañero de tu alfa, me debes respeto — Kanao rompió en fuerte sollozos ensayados, sus piernas cedieron cayendo al suelo, los miembros de la manada que se habían reunido para contemplar su pequeña discusión dieron un paso al frente, esperando que Senjuro hiciera algo por ayudarla, pues se quedarían esperando, estaba cansado de su juego.

— ¡Kanao! — por fin alguien rompió el tenso momento y por su puesto era su hermana mayor, Kanae, la que tenía más influencia en la manada, la que haría que todos aceptaran a su hijo...no quería decirlo porque el niño no tenía la culpa, era inocente en todo este asunto y pelea de adultos, pero si era de su madre y de su Tanjiro, era un bastardo.

— ¡Ella está embarazada! Nada menos que del heredero alfa, ¿Cómo puedes decirle cosas tan horribles cuando ella solo quería enmendar su error? — ahí estaba su juego sobre la mesa, lo harían ver como el villano como siempre, rechazando al hijo no nato de su compañero, ya estaba cansado, cansado de luchar y perder, de defenderse, ya basta.

Con una mirada fulminante hacia la hipocresía en dos las piernas, Senjuro suspiro, tratando de relajar su temperamento, ya no valía la pena, había aprendido la lección, habían conseguido lo que querían.

— Me retiro y no quiero que me molesten lo que resta de la noche, solo simplemente Kyojuro —dicho esas palabras le dio la espalda al teatrito ensayado de las hermanas.

Estaba molesto, herido y agotado cuando entro en sus habitaciones, claro que por supuesto, Tanjiro lo mantendría lo más alejado de las suyas, suponiendo que estaban de extremo a extremo de la casa, pero eran acogedoras y era su refugio del exterior.

Senjuro olio y sintió a otro lobo en la habitación, pero su sentido e instinto le dijo que era inofensivo y así fue, era su hermano, la única persona que siempre estuvo ahí para él, la única que vio a través de la máscara traicionera y abusiva de esas mujeres, el único que siempre le creyó, el único que lo consoló e inevitablemente se derrumbó, corrió hacia sus brazos llorando a mares.

— Escuche lo que te hizo el bastardo, no podía llegar demasiado rápido hacia ti, sabía que me necesitarías — Senjuro sollozo sonoramente, enterrándose en el pecho firme de su hermano, en su calor.

— Ya no importa — dijo Senjuro tercamente, limpiando las lágrimas que aún se derramaban por sus mejillas.

— Me canse — arrullo el omega, decidido., tratando de mirar un futuro prometedor.

—Sé que merezco algo mejor, merezco a alguien que me quiera por quien soy y lo que soy, no mendigare por más por atención y mucho menos por amor — y con esas palabras rezo para ser fuerte y no dejar que el vínculo con Tanjiro lo volviera a arrastrar a la oscuridad en la que el alfa lo había metido.

Senjuro se encendió al recordar el vivido momento con su madre, una hermosa sonrisa adorno su rostro triste, el único momento de felicidad en meses.

— Escucha Kyojuro, vi a mamá — no pudieron regocijarse juntos, porque un fuerte estruendo se pudo escuchar, se infiere que azotaron la puerta tan fuerte que volvió a azotarse por el impulso al cerrarse.

Tanjiro entro soltando dagas con su mirada profunda y oscura color rojizo, Senjuro bajo la mirada, después de todo era su alfa, su poder era abrumador y escandaloso, Senjuro dio un paso para alejarse de los brazos de su hermano, Tanjiro nunca le gusto su cercanía, ni la de nadie, lo había recluido a esas habitaciones, cortando lazos con todos sus amistades, aunque Tanjiro hubiera embarazado a otra mujer que no era su compañera, egoístamente había proclamado a Senjuro como suyo y el que se atreviera a tocarlo encontraria la muerte, condenando a Senjuro a un mar de insatisfacción y dolor, sin llegar a conocer lo que era el buen sexo o cariño, el amor que se profesaban los compañeros predestinados.

— Fuera — ladro el alfa.

Kyojuro inflo su pecho, dispuesto a luchar si era necesario, pero el simple sutil toque de su hermano en su antebrazo, desinflo cualquier tipo de lucho, Kyojuro nunca sería capaz de vencer a un alfa como Tanjiro, era demasiado poderoso, no cualquiera podría con él.

La mirada afilada y oscura observo el toque por mucho más tiempo del debido y luego se deslizo imponente hacia Senjuro, un escalofrió doloroso recorrió su espina dorsal, estaba enojado, no, furioso.

— ¡Fuera! — grito la orden, Senjuro salto de la impresión, jamás lo había escuchado así.

Ahora ¿Que había hecho? 

Déjame Tenerte ⌠TanjiSen⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora