Todos estaban preocupados, su alfa había caído en una especie de coma inducido por el mismo hechizo, nadie había previstos el alcance del hechicero al dejar caer el maleficio sobre toda la manada, porque no solo habían sido afectados, el alfa y su compañero, no, todas las parejas registradas de alfa y omega había pasado por algo similar, el desagrado por sus omegas, las heridas, los golpes, las humillaciones, gracias a Senjuro muchos lograron tomar motivación y escapar de ese infierno y los que se quedaron estaban completamente renuentes a perdonar a sus alfas, el daño estaba hecho y no solo les afectaban a los propios alfas y omegas, no, si no, a su especie, por lo menos en su manada, la tasa de nacimientos se habían reducido demasiado, los cachorros siempre había crecido fuertes y saludables al ser un omega el que los había dado a luz, las mujeres no eran malas, pero eran menos fértiles y capaces de traer cachorros fuertes al mundo.
Solo esperaban que el hechizo solo los hubiera afectado a su manada, porque si había el mismo problema con las demás su propia existencia estaba en juego.
Los hechiceros de su manada trabajaban arduamente para sacar de raíz, todo el mal y brujería negra de entre los suyos, pero era demasiado fuerte, casi podrían llegar a pensar en ella como una maldición, y por más tiempo que pasaba no cabía duda de ello.
Tanjiro despertó de forma abrupta, dando un grito desgarrador lleno de dolor y angustia, lagrimas gruesas y pesadas mojaban sus mejillas, la ira hirviendo por sus venas cada vez que recordaba lo que Kanao le había obligado a lastimar a Senjuro, no, el que su compañero hubiera sido lastimado de la manera en la que lo hizo, no fue otro con la culpa de el mismo su propia debilidad, él había permitido que Kanao entrara en su vida, él fue el mismo quien alzo la mano e hizo la sentencia, no tenía perdón.
Tragando grueso se levantó de la cama tembloso, nunca en su vida se había sentido así, tan débil y desprotegido, tan a la derriba, nunca pensó que algún día se daría cuenta de lo tanto Senjuro lo mantenía unido.
Con el mal sabor de boca tomo una ducha, había sudado en exceso mientras dormía, la pesadilla que había contemplado en sueños no podía ser otra más que su propia realidad.
Aun podía recordar vívidamente la manera en que tomo a Senjuro por primera vez, podía sentir el asco y la crueldad con la que lo había volteado y se había enterrado en él sin ningún tipo de preparación.
Sus desplantes, la mirada triste de Senjuro cada vez que pedía su atención y él no podía ni otorgarle un minuto de su tiempo.
Su desprecio al imaginarlo desnudo, gimiendo y suplicando, todos esos celos en los que tuvo que estar solo porque él no podía sacar su cabeza del culo.
La manera en la que Senjuro había mantenido a la manada entera mientras él, seguía jugueteando con esa mujer.
Y ahora comprendía que quizás nunca seria perdonado, pero tenía que intentar, tenía que intentar recuperar ese amor que creyó por sentado todo el tiempo.
Abrió la puerta de su habitación, con los ojos claros tristes de Senjuro aun pintados en sus retinas observo a Zenitsu levantarse de la silla delante de su escritorio.
— Alfa — pronuncio con alivio su beta provisional, Shinjuro se había negado a volver a su puesto original, el lobo aún seguía firme al lado de su hijo omega, con la decisión de Senjuro de dejarlo, pero Tanjiro no podía dejarlo, Senjuro era su compañero y no necesitaba, lo necesitaba más que nunca, rogaria su perdón, aunque tuviera que arrodillarse y suplicar, lo haría, Senjuro lo valía.
— Informe — dijo de forma cansada, aún tenía algo de sueño y agotamiento acumulado.
Tanjiro se sentó a la espera de que su beta hablara, pero.... cuando alzo la mirada se encontró con una expresión de estupefacción casi eterna.
—¿Que? — bufo de mala gana.
— ¿Está bien alfa? ¿No es consciente de que ha dormido por cinco días sin despertar? Nuestros magos informaron que esto podría pasar, que el hechizo lo obligaría a volver a controlarlo — Tanjiro gruño.
— Jamás me volverán a controlar de esa manera — gracias a Kanao habia perdido todo lo importante en mi vida, su estabilidad, su personalidad, su fuerza y sobre todo su compañero.
Tanjiro suspiro ante el ceño fruncido con algo de miedo.
— Soy muy consciente de que he dormido sin parar, el hechizo me quiso atrapar, era como algo viscoso, sucio y oscuro en mi cabeza tratando dominarme — volvió a suspirar peor esta vez fue de manera nostálgica — Solo el recuerdo de Senjuro me mantuvo alejado — aun podía recordar cuando eran más jóvenes, cuando aún su lazo no se había formado, cuando no habían descubierto que eran compañero, el cómo Tanjiro cada vez que observaba sonreír a Senjuro su corazón se agitaba y las mariposas en su estómago se agitaba, como se masturbaba cada noche pensando en Senjuro al agacharse para ayudar a los guerreros, aun sentía como lo había deseado todo su vida y como todos esos sentimientos se había atenuado casi desaparecido en cuanto el hechizo comenzó a formarse.
Apretó los puños con rabia sobre el escritorio, pero, así como recordaba todo eso antes, recordaba lo que había sucedido después, las miradas anhelantes, los intentos desesperados y sobre todo los temblores de miedo de Senjuro ante una agresión suya, era una escoria, un monstruo, un ser que no merecía perdón.
Respirando hondamente Tanjiro trato de controlar su propia ira hacia él mismo.
—¿Que ha pasado con Kanao? — Tanjiro hizo una mueca, un lacerante y punzante dolor atravesó su cabeza, visiones de Senjuro en fragmentos de su calvario atravesaron su visión, Tanjiro suspiro apretando el puente de su nariz para tratar de mitigar el dolor, las visiones se detuvieron abruptamente, un Senjuro con un atuendo sugerente el día de su acoplamiento, el omega habia hecho de todo para poder seducirlo y llavarlo a su cama, Tanjiro sabia que en algún otro tiempo se había sentido atraído por Senjuro pero desde que conoció a Kanao esos deseos ya no lo dominaban, era consciente muy en el fondo que eso estaba mal, que se debía a este hombre y a su lazo pero algo lo retenía.
La visión cambio de repente en un latido, con el mismo Senjuro con la misma bata transparente.
— ¡Yo soy tu compañero, no ella! ¡Te debes a mí y a nuestro lazo Tanjiro, debes marcarme! — grito entre lágrimas, Tanjiro recordaba averse sentido frustrado, enojado y rabioso, ¡¿Que se creía ese omega?! El no tenia deseos de acostarse con un hombre y mucho menos con una abominación.
La insistencia de Senjuro lo estaba colmando, si eso era lo que quería el omega tan desesperadamente eso le daría.
Había tomado el brazo de Senjuro con tanta fuerza que creyó haberlo roto, pero su pensamiento había sido terminar con eso lo más rápido posible.
Senjuro había gritado de dolor cuando lo había arrojado a la cama.
— ¿Es esto lo que quieres? ¿Tanto deseas que te folle? — dijo con indignación mientras sus manos destrozaban la bonita vestimenta del omega.
— ¡Basta Tanjiro! ¡No lo quiero así! ¡No así! — había gritado y suplicado ,Tanjiro nunca escucho.
Tanjiro recordaba haber mirado la incapacidad en el brazo de Senjuo al día siguiente y su mirada apagada y sin brillo después de su noche de acoplamiento, no le había importado menos haberle quitado su virginidad de la manera en que lo hizo, se lo había merecido por ser una aberración de la naturaleza.
Tanjiro respiro temblando de pura saña y rabia contenida, esa maldita bruja lo había orillado a maltratar de esa manera tan atroz a su dulce compañero.
— ¡Asesínala! ¡La quiero muerta! — grito Tanjiro mientras se levantaba con furia y arrojaba todas sus pertenencias en el escritorio de un manotazo.
Zenitsu se detuvo abruptamente, su boca se cerró de golpe, nunca pensó que su alfa reaccionaria así, solo le estaba dando su informe.
Tanjiro estaba más allá de la salvación.
Nota Irenne:
Buenas Buenas!
Se que esto esun poco repentino pero me nacio escribirlo, espero queme perdonen, espero poder seguir con la historia...no estoy muy convencida pero tratare.
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Déjame Tenerte ⌠TanjiSen⌡
FanfictionEsta historia esta inspirada en un libro hetero llamado Una segunda oportunidad, todos los derechos a su autor.