Capítulo Cuatro:

666 58 22
                                    

Se desato una feroz y sangrienta pelea, porque literalmente se estaba salpicando sangre de las dos partes por igual, nunca imagino que su podre fuera tan poderoso como para hacerle frente a un alfa como Tanjiro, pero la, aunque la habitación era amplia y espaciosa, era limitada, destrozando todo lo que se le atravesara, Senjuro se había quedado ahí con la esperanza de poder huir con su padre y hermano sin tener que ser un paria en la comunidad cambia forma, sin llegar a hacer un pícaro.

Cuando todo el mundo en un momento de pánico abandonó todo, Senjuro se quedó, no más que para que se hiciera valer la tradición de desafío, porque si, su padre había desafiado a su pareja por el puerto de alfa y cuando Kyojuro se acercó, no pudo evitar derrumbarse en sus brazos y pecho cálido.

Senjuro solo había arrebatado su mirada del combate por un segundo para hundirse en la comodidad y seguridad que le ofrecía su hermano, cuando todo el mundo escucho el chillido agonizante y triste, la batalla había acabado y su padre estaba debajo de Tanjiro con los mortales colmillos del alfa sobre su garganta, Senjuro sintió el pánico crecer.

— ¡No! — grito lleno de terror.

— Si lo matas, juro que me iré, escapare y nunca jamás volverás a verme, lo juro por la Diosa — no sabía si su amenaza surgiría efecto en Tanjiro, quizás no le importaba lo suficiente como para que le importara si se iba, pero por la reacción que tuvo cuando su padre quizo llevarlo, dijo muchas cosas, los penetrantes y peligrosos ojos sangre de Tanjiro parpadearon y gracias a la Diosa soltó a un muy mal herido Shijuro y cambio irradiando poder por la molestia de haber sido sobajado y ordenado por un omega.

Había gritado su plan a los cuatro vientos, estaba jodido.

— ¡Tráiganme unas esposas de plata y llévenlo a las celdas de inmediato! — ordeno furiosamente a todos los que tuvieron la osadía de quedarse presente.

— Y tu — gruño hacia Senjuro con un dedo acusatorio, quien esta vez no bajo la mirada, lo miro a los ojos todo el tiempo, ya basta.

— Vete de mí vista, y quédate en tu habitación hasta que te diga que puedes salir, permanecerás ahí y harás todos tus asuntos dentro de esas paredes, ¿Me he explicado bien, Senjuro? — Senjuro simplemente asintió lentamente, esos ojos fríos e inexpresivos nunca le había dolido antes como ahora, ahora comprendía todo el dolor y sufrimiento que le había hecho sufrir por su egoísmo y sed de poder.

Asintiendo a sus ejecutores le permitió salir, Kyojuro rápidamente lo rodeo con su brazo sobre sus hombros, se escuchó un fuerte gruñido a sus espaldas y cuando voltearon la mirada, la expresión de Tanjiro era puro odio que contusionaba sus atractivos rasgos.

— Y tu — ladro.

— Te quedaras lo más alejado de tu hermano como sea posible, no te quiero cerca de el — Kyojuro lo observo evaluativamente esperando su aceptación, cuando Senjuro asintió, dejo caer su brazo, permitiendo que volvieran a avanzar.

Los días siguientes pasaron rápidamente, dándole tiempo a organizar su escape, aunque Tanjiro había colocado ejecutores en sus puertas Kyojuro había averiguado la manera de comunicarse, mediante cartas encriptadas donde solo ellos dos sabían su lenguaje así, aunque las leyeran nunca sabrían de qué significaba las insignificantes palabras.

Como Senjuro había predicho, no había visto a Tanjiro desde que su padre lo había desafiado, debería seguir enojado de que el un omega hubiera desafiado su autoridad por salvar a su padre, pero ¿Qué pensaba Tanjiro? ¿Qué no lucharía por su padre? ¿Qué aceptaría con la cabeza gacha la ejecución del hombre que le dio la vida y lo cuido? ¿Qué seguiría siendo el mismo idiota sumiso y obediente de siempre? No, ya no, se había cansado de sus tratos y desplantes y todo por una mujer mezquina.

Déjame Tenerte ⌠TanjiSen⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora