Capítulo Tres:

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Senjuro tembló, conocía muy bien esa expresión, estaba furioso por algo que erróneamente pensaba había hecho.

En cuanto Kyojuro cerró la puerta y estuvieron completamente solos, Tanjiro recorrió la distancia que los separaba en dos grandes zancadas, su corazón trono en su garganta en cuanto lo vio alzar su mano ¿Lo golpearía? ¿Llegaría a tal extremo de lastimarlo? En vez de que el golpe impactara, fue algo mucho peor, tomo su delgado cuello y apretó suficiente su mano como para asfixiarlo, llevándolo directo hasta tocar la pared más cercana, Senjuro tuvo que tomar su muñeca en una súplica silenciosa, necesitaba respirar, el agarre se aflojo solo un poco, lo suficiente para que el aire llegara a sus pulmones.

— Tanjiro por favor — suplico gimiendo, sus dedos ardían al contacto de su piel y no pudo evitar el placer de ser tocado por su compañero ¿Cuánto tiempo hacía de eso? Pero lo que estaba haciendo era todo menos amor, lo estaba lastimando inconscientemente, lo heria de una forma tan despiadada.

— ¿Crees que eres tan importante, que puedes tratar así a Kanao de esa manera? — un golpe bajo y doloroso, no lo creía importante en su vida, ¿Entonces porque hizo valido su reclamo? ¿Por qué lo proclamo su compañero? Si, ya estaba enamorado de Kanao para cuando descubrieron su vínculo ¿Por qué no rechazarlo?, por supuesto, su estatus más elevado, aquellos que se emparejaban con omegas, eran considerados bendecidos, además de ser más fuertes y agiles, otra mejora por su naturaleza omega.

— Tanjiro, ella vino a buscarme primero y... — trato de justificarse sumisamente, su naturaleza lo obligaba a doblegarse hacia su alfa, aún más hacia su compañero.

— ¡Suficiente! — mordió.

— No quiero escuchar tus escusas, Kanao no es como tú, ¡Ella es una chica gentil y dulce! Ella es valiosa para la manada, le dará al heredero alfa, en cambio tú, eres un maldito lastre, inservible que nunca pudo darme lo que ella si — porque nunca le dio una verdadera oportunidad.

— Tanjiro..ella simplemente vino a mí, aun cuando sabía que .... — dijo tratando de que su voz no sonara tan suave, tan rota y frágil.

Entonces de un momento a otro todo se volvió negro por un segundo, ni siquiera la vio venir, si no hubiera sentido el ardor y picor en su mejilla, nuca hubiera imaginado que Tanjiro lo hubiera abofeteado, pero el sonido fue tan fuerte que vibro en las paredes, sus ojos claros rápidamente se llenaron de lágrimas, tuvo que llevar su mano sobre su mejilla dañada, lo había golpeado tan fuerte que era seguro que su cabeza vibro y tendría un moretón más tarde.

— No eres nada Senjuro, solo estas aquí porque yo te lo permito, no lo olvides nunca, puede que la Diosa te haya elegido como mi compañero, pero yo tengo la última palabra en esta manada, si te atreves a herir a Kanao de nuevo, me asegurare de que te arrepientas — con esa amenaza fría y firme lo azoto contra la pared y lo soltó para irse.

Senjuro lo miro partir destrozado y humillado, su espalda resbalo por la liza pared hasta caer sentado aun sosteniendo su mejilla enrojecida, lo había golpeado, al fin había sobrepasado es fina línea, su llanto histérico era lo única que se escuchaba en las silenciosas habitaciones.

Pasos apresurados se escucharon por el pasillo, pero Senjuro seguía demasiado afectado como para componerse y cuando observo a su hermano entrar su llanto se descontrolo aún más.

— ¿Senjuro? — pregunto más que preocupado Kyojuro, se arrodillo a su lado y lo obligo a mirarlo, Senjuro tenía su mirada baja lastimado y humillado, cuando sus ojos claros recorrieron el gran verdugón que comenzaba a teñirse de verde y morado, sus ojos se volvieron rojos de ira.

— Lo voy a matar — sentencio listo para levantarse, pero la mano firme de Senjuro lo obligo a quedarse en donde estaba.

— No, déjalo — murmuro hipando.

Déjame Tenerte ⌠TanjiSen⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora