Capítulo Diez:

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Senjuro respiro temblorosamente, llevando su puño hacia su corazón, tratando inútilmente de apaciguar solo poco el dolor, llevaban bastante tiempo fuera del territorio de Tanjiro, y Senjuro creía que eso era la razón del sentimiento de su corazón, era como si se desangrara por el anhelo de su compañero.

Aunque sabía que algo estaba mal con su lazo, había sentido el cambio repentino, casi desgarrador y comenzaba a pensar que así debió sentirse desde el principio, ya no se sentía sombrío, frio y distante, no, ahora era brillante y estaba abierto, era cálido y desbordante, sabía perfectamente que no debía, ni podía darse el lujo de la esperanza, Tanjiro no cambiaría de la noche a la mañana, no dejaría a esa mujer tan fácilmente, la amaba, se lo había recordado cada vez que Senjuro trataba de acercarse, solo porque Senjuro se hubiera alejado de su vida, no quería decir que Tanjiro despertaría de su aturdimiento enamoramiento, pero el sentimiento casi hizo querer regresar.

Acaricio su vientre aun plano y sintió la vida creciendo ahí, tan pequeña y hermosa, su cachorro, su dulce cachorro de Tanjiro, su compañero.

Miro hacia atrás anhelante, quería regresar, dar la vuelta y regresar a él, pero su hijo lo hizo seguir adelante, su cachorro no viviría en ese entorno toxico, no vería a su padre omega humillado, golpeado y pidiendo clemencia a su padre alfa, nunca jamás.

Senjuro solo podría haber aguantado, podía haberse quedado con su compañero y seguir aguantando, pero ahora con su hijo no nato, no podía arriesgarse a que es mujer lo dañara de ninguna forma.

Como decía el dicho "uno como quiera, ¿Pero los niños? Senjuro sonrió torcidamente, él y sus locuras.

— ¿Quieres regresar? — el murmullo de su hermano lo hizo saltar.

Senjuro miro más allá al horizonte, no tenía cara para mirar a Kyojuro y responderle con sinceridad, no después del sacrifico tan grande que había hecho su padre.

— No — dijo tratando de engañarse.

Senjuro respiro cerrando los ojos, por su cachorro.

Su lobo gimoteaba en su interior caminando de un lado a otro en lo más oscuro de su mente exigiéndolo que regresara, susurrando que Tanjiro cambiaria y que nos residiría como sus compañeros y querría a su hijo, que el vínculo estaba abierto, algo había cambiado, que Tanjiro nos necesitaba.

Pero años de dolor y humillación fueron mucho más fuertes que el sentimiento de amor que todavía existía entre ellos, no, no entre ellos, en él.

Suspirando trato de mirar hacia delante, hacia su libertad, luchando por no cambiar y regresar a su muerte, por un estúpido presentimiento sin fundamentos.

—¿A dónde nos dirigimos? — pregunto en su lugar, no debía caer en ese falso sentimiento de comodidad.

Kyojuro le dio una mirada de soslayo mientras disminuía su paso.

— Se dice que hay una pequeña manada escondida con magia en esta región, en su mayoría omegas que huyeron de sus compañeros abusivos — murmuro Kyojuro la última oración por respeto al omega, ellos sabían, todos los miembros de su manada, sabían que Tanjiro era un abusivo.

— ¿Se dice? ¿No necesitamos más que un simple dicen por ahí? — rio entre dientes Senjuro ante lo que sus ojos observaban, Kyojuro lo miro con su rostro colorado hasta las orejas, era gracioso que un gran y poderoso beta se sintiera y se viera avergonzado.

—Se han reportado desapariciones en estas áreas, sobre todo omegas — Kyojuro carraspeo tratando de recomponerse.

—El portal se abrirá si lo necesita el omega — dijo con firmeza mientras seguía su camino.

Senjuro deseo necesitarlo, necesitar el refugio, la paz, la protección, la atención y sobre todo el compañerismo que perdió hace mucho en su manada, no quería desear más, no quería regresar con su compañero, a sus fuertes brazos, su calor y amor.

Senjuro casi bufo, si claro amor, su amor nunca fue correspondido y jamás lo seria, ahora estaba solo, solo con su cachorro, fugitivos de la justicia por un crimen que nunca cometió y lo peor de todo era que, había arrastrado a Kyojuro a todo su alboroto.

El olor a lobo los envolvió antes de que se dieran cuenta, pasos y rasguños en la tierra de varios lobos rodeándolos lo asusto, ni siquiera los había sentido, ni escuchado al acercarse.

¿Eran ejecutores de Tanjiro?

No, no podían ser, habían dejado el territorio de Tanjiro hace días, entonces ¿Habían entrado en territorio de otra manada? Kyojuro lo habría sabido, era su trabajo como beta saber de todos los territorios cerca del de su alfa.

Kyojuro tomo su brazo, estaba demasiado asustado como para actuar, lo sacudió para poder sacudir un poco su shock un poco y lo coloco a sus espaldas justo cuando cuatro lobos ¡Blancos! Los rodeaban, gruñendo amenazantes.

Kyojuro los miro con asombro escrito en su atractivo rostro.

Uno de los omegas, porque si, todos eran omegas, omegas guerreros por lo que se podía apreciar, cambio, era hermoso, su largo cabello azabache hasta la cintura solo le sumaba más hermosura, sus grandes ojos verdes analíticos y examina torios los observo analíticos.

—¿Quién de ustedes es el omega que pidió resiguió? — pregunto con altivez.

Kyojuro y Senjuro se miraron por un segundo ¿Que no era obvio? Kyojuro era solo musculo duro firme y fibroso, su lobo gritaba dominación, Senjuro era mucho más suave, son curvas en los sitios adecuados y trasero de burbuja redondo y abultado, pero aun con todas sus dudas por lo obvio dio un paso adelante, tratando de sonar seguro, hincho su pecho y se alzó a toda su altura, con Kyojuro aun a sus espaldas, como refuerzo.

— Soy yo el omega que pide refugio — dijo con firmeza y toda la autoridad que pudo.

En el momento en que las palabras salieron de sus labios un velo de árboles descendió y desapareció el abundante y espeso bosque, dando paso a un campo libre lleno de pequeñas casas de madera, cultivos y cachorros corriendo, con omegas detrás de ellos y betas siguiéndolos como escolta, parecían felices.

— Bienvenido a la manada omega — respondo el mismo omega a sus espaldas.

— Vamos, te presentare al alfa omega —dijo con bastante orgullo ante sus palabras.

—¡Senjuro! — el grito de su hermano lo detuvo.

Kyojuro era retenido por los demás omegas inspeccionando sus pertenencias y al mismo lobo, Senjuro casi se ríe por la coquetería de varios de ellos, Kyojuro no sabía qué hacer.

— Necesitamos saber si es amigo o enemigo — comento el porta voz de la manada.

— Es mi hermano, me ayudo a escapar — murmuro tímidamente.

Después de una inclinación de cabeza, los demás omegas dejaron en paz al pobre lobo ataviado por tantas caras dulces y aromas exquisitos.

— Entonces vamos — dijo el hermoso omega de ojos verdes mientras tomaba su mano.

Senjuro presentía que aquí, su cachorro seria feliz, con eso le bastaba. 

Déjame Tenerte ⌠TanjiSen⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora