Capítulo Siete:

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Tanjiro no lograba comprender porque le dolía y molestaba tanto el ver a su compañero caer y probablemente morir de la manera más dolorosa existente, debería sentir liberado por fin se había deshecho del estorbo que había representado Senjuro en su vida, era un lastre, una abominación y un asqueroso ser que solo estuvo ahí para hacerle la vida mucho más difícil, a él y a su verdadera compañera Kanao.

Aun lo molestaba, no, más bien, sentía una ira y rabia crecer en la boca del estómago, el solo pensar en Senjuro en brazos de otro lobo y pensar en su embarazo que lo hizo posible y creíble, lo hacía desear destrozar algo, algo en particular, algo que le había arrebatado a su compañero y que a su vez había manchado su piel nívea, no lograba comprender porque el deseo de asesinar al lobo que se atrevió a tocar lo que era suyo y era irónico, nunca pensó en Senjuro como suyo, siempre había sentido más que asco el solo pensar en tocarlo, pero algo insistente y doloroso en la parte posterior de su cabeza le decía que era suyo.

Su mente era un caos doloroso y mientras trataba de mitigar el dolor, su mente zumbando que debería ir tras Senjuro, que debería morir junto a él, lo estaban molestando.

Llego a la gran casa de la manada sin mucha ceremonia, lo único que su cuerpo y cabaza deseaban era dolor por días, gracia a la Diosa nadie estaba a la vista, Senjuro había hecho un grn revuelo con su huida y por supuesto su padre ahora se pudría en sus celdas, porque por alguna extraña razón el recordar el rostro triste de Senjuro lo hacía sentir un malestar más allá de lo humanamente posible, lo bueno era que no era humano.

La luz de la habitación que compartía con Kanao estaba encendida, era raro, a esta hora la loba debía estar dormida, después de haber perdido a su bebé, debería estar cansada y dolida, se podía escuchar una discusión a través de la madera de la puerta, los oídos humanos no hubieran podido escuchar, estaba amortiguada, pero su oído mejorado lo podía escuchar claramente, era Kanae la hermana de su compañera la que gritaba casi histéricamente.

— ¡¿Como que perdiste a ese engendro?! ¡Es un maldito hombre omega, no puede hacer nada por el mismo! — se escuchó un golpe fuerte, Tanjiro se frenó o mejor dicho algo lo hizo detenerse, un instinto primitivo y básico.

— ¡El plan era muy sencillo, hacer creer a Tanjiro que estabas embarazada y luego plantar las evidencias en la habitación del omega y acusarlo de hacerte abortar! — se volvió a escuchar movimiento.

— Pero como pensé eres tan estúpida como Shinobu, nunca lograremos hacernos del completo poder de la manada, por ti y tus estupideces y ahora el maldito omega esta embarazado y tu una loba inservible que esta seca y ni para tener cachorros sirves — se escuchó un sollozo.

— ¡¿Es de él? — algo se cayó por ser empujado.

— ¡Te estoy preguntando que si es de Tanjiro estúpida! — un sollozo más histérico.

— Si — se escuchó un murmullo.

— ¿Cómo es eso posible? Se supone que tú siempre estuviste dispuesta, ¿Cómo Tanjiro termino en la cama del omega? — pasos

— No lo sé, el hechizo de la bruja no funciono por completo en parejas destinadas, esa noche Tanjiro se levantó como poseído y camino hasta la habitación de Senjuro, solo lo escuche gritar — otra vez pasos.

— Yo no creo que el hechizo no funcionara, yo creo que fuiste tú y tu incapacidad de seducirlo como era debido — Tanjiro apretó los puños hasta que sus nudillos se volvieron blancos ¿Hechizo? ¿Lo había manipulado para aborrecer a su compañero? Había funcionado bastante bien, hasta había violado a su propio compañero por querer su cercanía.

— Lo que harás es darle más de la pócima que te dio la bruja para que solo tenga de deseos de follarte a ti, el hechizo se fortalecerá con eso y lo sabes — Tanjiro tuvo suficiente.

Déjame Tenerte ⌠TanjiSen⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora